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La huida de un pueblo amazónico por la expansión de la soja

La huida de un pueblo amazónico por la expansión de la soja

No es la primera vez que el pueblo Khikatxi, en territorio indígena wawi, se reubica en lo más profundo de la selva para preservar la salud y el bienestar de sus habitantes. ¿Será la última?

Cada noche, los hombres kisêdjê llevan sillas de plástico al centro de un enorme patio rodeado por las decenas de chozas que componen la aldea Khikatxi. La estación seca y la escasa luz se combinan para crear un cielo negro profundo y estrellado sobre el territorio indígena wawi, en el noreste del estado brasileño de Mato Grosso. Habitualmente se reúnen para tratar los asuntos de la comunidad o simplemente para hablar sobre el día. Se sientan en círculo en la oscuridad, interrumpida ocasionalmente por el brillo ardiente de un cigarrillo o la pantalla de un teléfono móvil.

Aquella tarde de finales de octubre, un visitante inició la conversación. El jefe Paulo Xavante había llegado unas horas antes tras un viaje de 400 kilómetros desde otro territorio indígena. Su misión era recoger semillas de pequi, una fruta amarilla de sabor fuerte nativa del Cerrado, que había empezado a crecer curiosamente por encima de la media en la zona de transición de la sabana con la Amazonia.

Aldea indígena

La estación seca trae consigo noches estrelladas bajo las cuales los hombres de Kisêdjê se reúnen para tratar los asuntos de la aldea (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

La frontera agrícola avanza rápidamente en Mato Grosso. En sólo una década, la superficie plantada de soja creció un 50%, ocupando en gran medida los pastizales degradados y empujando la ganadería hacia el norte. En 2021, el estado cosechaba una cuarta parte de toda la soja brasileña, unos 35 millones de toneladas, una cifra equivalente al 80% de la producción total de Argentina y el doble de la de China. Además de su abundante soja, el estado cuenta con 79 territorios indígenas.

Xavante planeó cultivar pequi en un agroforestal, integrando los cultivos comerciales con el bosque nativo como forma de generar ingresos sin deforestar. A pesar de enfrentarse a las presiones de la expansión de la producción de productos agrícolas en Mato Grosso, su pueblo quiere evitar asociarse con los agricultores y plantar soja, como ya hacen otros pueblos xavantes, como en el territorio de Sangradouro.

“He venido a buscar pequi para alimentarnos y comerciar, para favorecer nuestra salud y el aire que respiramos”, dijo Xavante, dirigiéndose a los oyentes sentados. “Estoy en contra de lo que están haciendo en Sangradouro. Allí hubo manipulación, porque el agricultor se lleva el 80% y el indio el 20% [de los ingresos de la soja], y luego se destruye la tierra”.

La frontera agrícola avanza rápidamente en Mato Grosso. En sólo una década, la superficie plantada de soja creció un 50%, ocupando en gran medida los pastizales degradados y empujando la ganadería hacia el norte. En 2021, el estado cosechaba una cuarta parte de toda la soja brasileña, unos 35 millones de toneladas, una cifra equivalente al 80% de la producción total de Argentina y el doble de la de China. Además de su abundante soja, el estado cuenta con 79 territorios indígenas.

Frontera de la soja en la Amazonia

La frontera del territorio wawi es clara: a un lado el bosque nativo, al otro los extensos campos de soja (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Los campos ya tocan los límites del territorio wawi. Aunque no se ha cruzado la línea, los kisêdjê se sienten amenazados por el impacto del monocultivo en su tierra y su gente. Son vecinos, pero viven una existencia antagónica. Por esta razón, en 2018, el jefe Kuiussi Suyá tomó la drástica decisión de trasladar la totalidad de la aldea Khikatxi, de 380 personas, unos 10 kilómetros hacia la selva amazónica. El proceso aún está en marcha.

Explosión de la soja en Querência

Me reuní con el jefe Kuiussi en el puesto de salud indígena de Querência, un municipio de 17.000 kilómetros cuadrados que abarca un centro urbano de 18.000 habitantes y el territorio wawi. Kuiussi, que se está recuperando de una afección cardíaca, dijo que siempre que puede evita ir a la ciudad. Contó que creció pescando en el cercano río Pacas y corriendo por el pueblo, antes de que los emigrantes del sur ocuparan la región en la década de 1980, alentados por el gobierno federal.

Al llegar a Querência por la carretera BR-242, el primer monumento visible es un silo que almacena granos. (Vídeo: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Querência se ha convertido en el décimo municipio productor de soja de Brasil. También se encuentra en la ruta del Arco Norte, un corredor de tránsito de productos básicos planificado que hoy es prioritario para la agroindustria y el gobierno de Jair Bolsonaro. El Arco Norte pretende desarrollar un sistema de ferrocarriles, vías fluviales y carreteras para trasladar las cosechas de cereales del medio oeste de Brasil a sus puertos del norte y noreste, reduciendo el coste de las exportaciones. Brasil exporta alrededor del 60% de su soja y el 70% de los envíos van a China, según datos de comercio exterior. 

Hasta ahora, sólo empresas brasileñas han conseguido contratos para construir el Arco Norte. Pero se esperan inversiones de China en la red logística. “China ha empezado a centrarse en toda la cadena de producción agroalimentaria, desde su inicio en la agricultura del país productor hasta incluir la logística, la energía, los puertos, los ferrocarriles, las distintas etapas de toda la cadena de producción”, dijo Yan Tian, del Global Environmental Institute, una ONG con sede en Beijing.

El Arco Norte ya es una parte importante de la logística de la agroindustria y aún puede crecer más. “En 2009, exportamos unos 7 millones de toneladas [de cultivos de cereales] a través del Arco Norte, y hoy son aproximadamente 42 millones de toneladas. La tendencia es seguir creciendo”, dijo Elisangela Pereira Lopes, de la Confederación de Agricultura y Ganadería, durante una audiencia pública en el Senado en 2021.

La carretera BR-242 conduce a Querência y tiene un intenso tráfico de camiones que transportan granos. (Vídeo: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Sin embargo, las infraestructuras de la agroindustria se extienden hacia zonas social y ambientalmente vulnerables, según André Ferreira, director del Instituto de Energía y Medio Ambiente (IEMA). “Hemos identificado 200 intervenciones de infraestructuras logísticas propuestas, planificadas o deseadas por el mercado en la Amazonia, y eso refuerza el movimiento hacia los puertos del Arco Norte, en una zona que es muy sensible”, dijo en un reciente seminario web sobre rutas sostenibles de productos básicos hacia China.

“El gobierno y gran parte de los productores de granos tienen un solo pensamiento, que es buscar la salida por el Arco Norte. Pero la sociedad tiene que debatirlo, evaluando cuáles son las ventajas y desventajas para el país, ya que es una zona sensible de la Amazonia. No sólo por la deforestación y la emisión de gases de efecto invernadero, sino también porque hay comunidades indígenas amenazadas por los proyectos de infraestructuras”, añadió Ferreira.

Querência está atravesada por la carretera BR-242, también conocida como la “ruta del grano”. Es una de las rutas “estratégicas” designadas por el gobierno para el transporte de productos agrícolas. En el futuro, podría conectarse a las redes ferroviarias Fico y Fiol, también destinadas al transporte de mercancías, y parte del proyecto Arco Norte.


Los incendios destruyen el bosque nativo a lo largo de la carretera BR-242, una ruta estratégica para el transporte de productos agrícolas desde zonas como Querência, donde las plantaciones de soja se han expandido significativamente en las últimas décadas. (Vídeo: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

A lo largo de los márgenes de la BR-242, son visibles los duros límites entre las extensas explotaciones de soja y los bosques autóctonos a ambos lados. En octubre, hubo incendios en varios tramos. Los incendios no se producen de forma natural en la selva amazónica. Sólo sirven para que la agricultura y la ganadería deforesten y gestionen la tierra. En los últimos años, Querência se ha convertido en víctima de su propio éxito: ha conseguido controlar la devastadora pérdida de bosques, lo que ha llevado a las autoridades medioambientales a dar prioridad a otros lugares. Pero el problema persiste, como muestran los datos de PRODES, el programa gubernamental de seguimiento por satélite para la deforestación.

La agroindustria avanza hacia el territorio Wawi (1984-2020)
territorio Wawi (1984-2020) Territorio Wawi (1984-2020)

 

Al llegar a Querência por la carretera, el primer monumento visible es un silo que almacena las cosechas de grano. Al lado de esa carretera, los concesionarios ofrecen tractores en lugar de automóviles. Las tiendas no venden artículos individuales, sino productos y servicios agrícolas. Las calles de la ciudad están principalmente bordeadas por camionetas polvorientas.

El Portal do Xingu Business es un hotel de alta gama. Acoge a empleados de empresas comerciales de todo Brasil y del extranjero, y casi siempre está lleno, nos dice un recepcionista. El Hotel Brisa, mucho más sencillo, recibe a camioneros que transportan mercancías. Por la noche, las idas y venidas se intensifican y se forma una fila de camiones.

El ruido de las obras de construcción está por todas partes. Los constructores levantan casas, apartamentos y otros establecimientos para dar cabida al crecimiento de un municipio con una economía en auge, pero que se distribuye de forma desigual. Los precios están inflados, mientras que el alcantarillado y la gestión de residuos son inadecuados.

Basura en el Araguaia

La basura se vierte al aire libre en los márgenes de la carretera BR-242. Desde 2010, la política brasileña de gestión de residuos exige la construcción de vertederos con impermeabilización para evitar la contaminación del suelo y el drenaje de líquidos y gases tóxicos procedentes de la descomposición. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

La situación había angustiado al jefe Kuiussi durante años. “Pensé mucho, solo en el monte, hasta que anuncié mi decisión de trasladar la aldea. Y todos estuvieron de acuerdo.”

Reconstruir un pueblo desde cero

Desde el centro urbano hacia el territorio wawi, el asfalto liso da paso a una carretera de tierra que pasa por asentamientos de la época de la reforma agraria de los años 80 y plantaciones en las que brotan plantones de soja. En medio de varias plantaciones hay caminos bordeados por las palmeras buriti típicas del Cerrado. A medida que me acerco a mi destino, todavía a más de 100 kilómetros, la vegetación adquiere rasgos amazónicos. Los árboles son más altos, más corpulentos, ocultando el interior de la selva a las miradas indiscretas. En otras ocasiones, el paisaje de transición dificulta la determinación de cuál era el bioma circundante.

 

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En el camino, atravesé la finca de 210 kilómetros cuadrados de Agropecuária Rica, hasta su límite con el territorio wawi. Los propietarios de la empresa han intentado incluso ampliar su propiedad hacia la zona indígena, pero el Tribunal Federal denegó la petición. Hoy, los kisêdjê dicen que no hubo ninguna incursión, pero afirman que una avioneta rocía agroquímicos sobre la plantación de Rica una media de tres veces por cosecha, y que pasa por encima de su territorio. La información de contacto que figura en los registros oficiales de la empresa no está actualizada, y no ha sido posible localizar a los propietarios.

Con un mapa escrito a mano y sin conexión a Internet, dejé los campos de soja de Rica y tomé una carretera que bordeaba el bosque. Unos cinco kilómetros más tarde, un edificio de ladrillos abandonado reveló mi ubicación. Era la escuela del antiguo pueblo de Khikatxi. Más adentro, había ruinas de chozas, pero no había nadie a la vista.

Escuela abandonada

Escuela abandonada en el antiguo pueblo de Khikatxi. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Volví a subir por el camino de tierra del campo y, con la ayuda de algunos de sus empleados, recorrí otros diez kilómetros antes de encontrar por fin el nuevo pueblo en construcción.
En el gran patio circular de entrada, los hombres estaban añadiendo fibra de buriti al techo de lo que servirá como puesto de salud. Los troncos cortados en el suelo de tierra delimitan el lugar donde estará la nueva escuela. También se está construyendo una tienda para vender o intercambiar alimentos y joyas.

Otro edificio de ladrillo alberga ya salas administrativas, una cocina comunitaria y un porche con sillas escolares y una pizarra. Además de ser una escuela improvisada, el centro acoge reuniones y es donde, de forma intermitente, funciona el wifi, por lo que siempre está ocupado.

Hombres utilizan fibra de buriti en la construcción del nuevo pueblo de Khikatxi

Hombres utilizan fibra de buriti en la construcción del nuevo pueblo de Khikatxi. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

En el segundo patio de la aldea, las chozas que albergan a las familias indígenas ya están levantadas en un amplio círculo. Más allá, hay pequeños campos, la selva amazónica y el río Pacas.

Una historia de disputas territoriales

Un antiguo camino abierto por los ganaderos, antes de la ratificación del territorio wawi en 1998, fue el punto de partida del nuevo pueblo. “Empezamos a abrir la zona desde la carretera, con el apoyo de maquinaria del municipio. Los primeros en llegar, en 2018, fueron el cacique y algunos dirigentes. Luego, marcamos las casas”, dijo Winti Suyá Kisêdjê, un líder local.

Los indígenas ocupan imponentes chozas, construidas según la tradición kisêdjê. Pero la construcción de infraestructuras comunitarias avanza a su propio ritmo, dependiendo de la disponibilidad de personal y otros recursos de las autoridades públicas y las ONGs.

A lo largo de décadas, se taló parte del bosque para dar paso a los pastizales. Pero al no haber nueva deforestación, el bosque secundario creció y se superpuso al pastizal. Además del pasto, los kisêdjê conservan algunas tradiciones ancestrales.

Poco después del amanecer, la comunidad acude en peregrinación al río Pacas. Los hombres pescan matrinxãs y pacus y, con un poco de suerte, capturan caimanes para la comida del día. Las mujeres utilizan los troncos de los árboles como bancos para lavar los utensilios y la ropa, mientras los niños nadan a su alrededor. Un silencio tranquilo -interrumpido sólo por los pájaros, los insectos y el curso de agua- hace que parezca que siempre han estado allí. Pero la mudanza más reciente ni siquiera fue la primera.

Una mujer lava su ropa

Una mujer lava su ropa mientras un niño juega en las aguas del río Pacas. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

A mediados del siglo XX, las disputas por la tierra se intensificaron en el centro de Brasil. En 1961, el gobierno federal creó el Parque Nacional del Xingu, una iniciativa sin precedentes. Fue el resultado de una década de esfuerzos liderados por los indígenas del Xingu y los hermanos Villas Bôas, sertanistas -líderes de expediciones al interior de Brasil- que en la década de 1940 encabezaron una comitiva oficial para cartografiar el país. Sin embargo, abandonaron la misión para instalarse en Mato Grosso.

La líder comunitario Winti Suyá Kisêdjê.

La líder comunitario Winti Suyá Kisêdjê. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Con la creación del parque nacional, varios pueblos que vivían fuera de sus límites tuvieron que trasladarse a la nueva zona protegida, los kisêdjê entre ellos. La presión de los exploradores y gobernantes para crear pistas de aterrizaje, pastizales y aldeas en el Mato Grosso fue cada vez mayor. Más tarde se convirtieron en grandes plantaciones y ciudades populosas.

Sin embargo, los kisêdjê, como muchos grupos indígenas, tienen una fuerte conexión con sus territorios. La antropóloga Marcela Stockler escribió que las aldeas, los campos, los senderos y los cursos de agua se nombran en función de los acontecimientos y encuentros que tuvieron lugar allí: “donde nació tal antepasado, donde se capturaron enemigos, etc.”. La historia del pueblo Kisêdjê se construye sobre el espacio que ocupa su gente.

Winti dice que sus antepasados no han olvidado la tierra que dejaron atrás. “Solían venir al antiguo pueblo todos los años. Remaban dos días en una canoa para llegar allí”, dice. “Pero una vez, cuando llegaron, estaba todo derruido. Había incluso una pista de aterrizaje.”

Tras años de conflictos y peticiones oficiales, los kisêdjê regresaron a su antigua aldea en 1973. Allí permanecieron hasta hace poco, cuando nuevas presiones empezaron a preocuparles.

“El problema de hoy es diferente”

Era antes del mediodía, pero un sol y calor abrasador ya molestaban a los hombres kisêdjê vestidos con trajes tradicionales que se habían reunido bajo un refugio. “En el pasado hubo peleas [con los agricultores] cuando recuperamos nuestras tierras, pero quiero hablar de hoy: el problema de hoy es diferente”, dijo Yaiku Suyá.

Más que las disputas territoriales, las consecuencias a largo plazo de la ocupación desenfrenada por la agroindustria amenazan actualmente el modo de vida de los kisêdjê. Khikatxi es la mayor de las siete aldeas del territorio, ocupada por 608 personas, que viven de la pesca y la caza legalizadas, de pequeñas plantaciones de mandioca, papa y caña de azúcar, y de la recolección de frutos autóctonos.

“Las lluvias a veces son tardías y la planta se muere de calor”, explica el técnico agrícola Yaiku, que añade que, cuando llegan, las tormentas y los vientos se han vuelto lo suficientemente fuertes como para derribar los cultivos. “Alrededor del territorio, fíjate que todo está deforestado. No hay bosque que contenga el viento y el agua. Rezamos al espíritu para que desvíe las fuertes lluvias”.

Hombres Kisêdjê

Los hombres Kisêdjê se reúnen bajo un salín de reuniones para discutir la amenaza de las sequías y las tormentas, nuevos problemas que saben que están relacionados con la expansión de la agroindustria fuera de su territorio. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino).

La intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos se describe en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Según el texto, elaborado por científicos del clima de todo el mundo, la Amazonia es muy vulnerable.

El uso de pesticidas también tiene graves consecuencias para el medio ambiente y la salud humana. “Vi que los alimentos ya no crecían como en la tierra, vi que los cuerpos de la gente cambiaban, la gente tenía picores y diarrea”, dijo el cacique Kuiussi.

Yaiku cuenta que en el antiguo pueblo había una preocupación constante por la comida: “Sé cómo se gestionaba el antiguo campo y me di cuenta de que aparecían nuevas plagas”. Las orugas, las hormigas grandes y los cerdos de monte se multiplicaron, dice. “Con el avance de la soja, el campo empezó a debilitarse. Hay menos variedad de semillas y el veneno mata las plantas”.

Los manantiales se han vuelto fangosos y están contaminados, dijo Yaiku. El agua que consumen proviene de pozos artesianos y a veces hay escasez. El suministro de pescado ha disminuido, y animales como los tapires huelen a agroquímicos, añadió. “La carne incluso ha cambiado de color y ya no tiene sabor. Los animales están consumiendo la soja.”

Los estudios demuestran la contaminación de las aguas de la cuenca del Xingu, incluido el río Pacas, cuyas fuentes se encuentran fuera de la reserva. Una investigación de la Universidad Federal de São Paulo detectó residuos de pesticidas en los cultivos. Otro trabajo de la Universidad de Brasilia constató el encenagamiento del río Pacas en los lugares en los que se habían deforestado los bosques ribereños, y encontró contaminantes en zonas adyacentes a los campos agrícolas. El estudio de la Universidad de São Paulo señaló un desequilibrio en las poblaciones de peces de la cuenca alta del Xingu.

También hay pruebas que demuestran los efectos agudos de la exposición cercana a los plaguicidas. Entre ellos están las irritaciones y alergias cutáneas, los vómitos y la diarrea. Las mujeres embarazadas, los niños y los adolescentes son el grupo de mayor riesgo. Los animales también pueden ser envenenados.

Un oso hormiguero cruza un campo de soja cerca del antiguo pueblo indígena.

Un oso hormiguero cruza un campo de soja cerca del antiguo pueblo indígena. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Pero la reubicación del pueblo ha renovado la esperanza. “Hemos creado nuestro primer campo y estamos entusiasmados. La tierra es buena, no tenemos que luchar contra las plagas. Es más seguro”, dice Yaiku.

Los retos de la economía forestal

Una tierra sana es importante para la recolección de especies autóctonas, una práctica que conecta a los indígenas con su entorno y con los mercados potenciales de productos forestales sostenibles fuera de su territorio.

Los Kisêdjê recolectan entre 600 y 800 kg de miel al año, que, junto con la producción de otras especies, contribuye a Mel dos Índios do Xingu, la primera marca indígena aprobada en el país, que está a la venta desde 2001.

La producción de aceite de pequi orgánico, que los propios Kisêdjê desarrollaron por primera vez, les valió el Premio Ecuatorial de la ONU en 2019. El premio se otorga a soluciones comunitarias innovadoras para el desarrollo sostenible.

Una mujer de Kisêdjê regresa a su pueblo con un cuenco lleno de pequis.

Una mujer de Kisêdjê regresa a su pueblo con un cuenco lleno de pequis. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino) (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

La recogida del pequi es un ritual en el que participa toda la comunidad, especialmente las mujeres. Los árboles más grandes están cerca de la antigua aldea. Se plantaron hace décadas para recuperar las tierras degradados. Pero las semillas ya se están dispersando en los alrededores de la nueva aldea.

“Nos mudamos lejos para estar tranquilos. Al quedarnos aquí, tenemos que pensar en el futuro de los niños”, dijo la matriarca Wekoí Suyá, a través de un traductor. “Pero creemos que habrá mucho pequi, que será suficiente para comercializar”.

Incluso con un menor riesgo de contaminación, la producción de aceite de pequi sigue teniendo problemas. Anteriormente, el procesamiento alcanzaba los 400 litros anuales, pero se interrumpió por la pandemia. Los comerciantes de Brasil y del extranjero también han tenido dificultades para venderlo.

La empresa estadounidense Culinary Culture Connections importa productos sostenibles de América Latina, como el aceite de pequi. Su cofundador, el antropólogo Gregory Prang, ha trabajado con grupos étnicos de Brasil y quiere estimular la economía forestal. Prang dice que el aceite es “muy sabroso” cuando se usa en moquecas (guisos), pero tiene pocos seguidores en suelo norteamericano.

“El pequi es poco conocido aquí [en Estados Unidos] y me falta presupuesto de marketing para promocionar el producto”, dice Prang. “Todos los años tengo que tirar la mitad. La compra es cara y la importación requiere mucho tiempo”. ”

En el último envío, la empresa pidió cien tarros de 180 ml, que tardaron seis meses en llegar a su destino. El producto tiene una vida útil de un año. El tarro, que inicialmente se vendía a 20 dólares, cuesta ahora 7,50 dólares a través del sitio web de la empresa estadounidense.

Una mujer Kisêdjê abre el pequi para obtener el núcleo carnoso

Una mujer Kisêdjê abre el pequi para obtener el núcleo carnoso. Las mujeres recogen los pequis amontonados en el suelo, empuñan machetes y cortan las cáscaras duras del fruto para obtener las semillas, que se llevan a la zona de procesamiento para extraer el aceite. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

Prang se pregunta si la bioeconomía -objeto de crecientes debates sobre cómo los pueblos amazónicos pueden generar ingresos y mantener la selva en pie- puede realmente prosperar. Después de hacer una encuesta sobre las decisiones de compra de más de 1.000 hogares latinoamericanos, se dio cuenta de que pocas personas están interesadas en pagar más por la sostenibilidad.

“Es lo mismo en otras partes del mundo. Hay una tendencia a evangelizar sobre el comercio justo, pero la mayoría de la gente no piensa en ello”, añadió.

Los acuerdos con las cadenas de supermercados Pão de Açúcar y el famoso chef Alex Atala para la compra de aceite de pequi se han roto, dijeron sus oficinas de prensa, sin ofrecer detalles.

Un estudio del proyecto Amazonia 2030 muestra que la soja es la principal exportación de la región, generando 9.800 millones de dólares en ingresos entre 2017 y 2019. Mientras tanto, en el mismo período, las exportaciones de productos de la bioeconomía amazónica generaron 298 millones de dólares, apenas el 2% de las de la soja. El volumen de pequi exportado es tan pequeño que no se incluye en los datos.

El apoyo estatal a las iniciativas respetuosas con los bosques también es desproporcionadamente bajo. Entre 2019 y 2020, el gobierno proporcionó 2.000 millones de reales (428 millones de dólares) en créditos para pequeños y medianos productores de la Amazonía. De esa cantidad, 55 millones de reales (11,7 millones de dólares) se destinaron a actividades sostenibles. El resto se destinó a la agroindustria, principalmente al cultivo de granos y a la producción de carne vacuna, según un informe de la organización Conexsus.

Aun así, los kisêdjê dependen de las actividades de recolección. Wekoí Suyá dice que las mujeres se han hecho cargo de la plantación de los frutos de achiote y muruci. Y este año, la aldea construirá una planta de procesamiento de aceite. “Siempre pensamos en los que vendrán después de nosotros”, dijo.

Indígenas recogiendo frutos de jaboticaba

Indígenas recogiendo frutos de jaboticaba de un árbol cerca de un campo de soja. (Imagen: Flávia Milhorance / Diálogo Chino)

El ciclo de la deforestación por el avance de la soja

En mi última mañana en el pueblo de Khikatxi, Winti me llevó más al norte, a las orillas del río Pacas, que marca el límite del territorio wawi. En la otra orilla había una gran extensión de bosque autóctono, a diferencia de la parte sur del territorio, repleta de campos de soja. Sin embargo, incluso allí se podía ver la deforestación en la distancia.

Deforestación ilegal en la zona de impacto del territorio Wawi
Deforestación ilegal en la zona de impacto del territorio Wawi 2019 Deforestación ilegal 2020

Esta parte de la selva sirve de amortiguador del territorio indígena, con la agricultura intensiva, la ganadería y la tala prohibidas. Sin embargo, las autoridades medioambientales han confirmado que se ha producido una deforestación ilegal y han multado a los responsables.

Las plantaciones de soja se han acercado tanto a los límites de un lado del territorio wawi que han obligado a sus habitantes indígenas a desplazarse. La coexistencia se ha vuelto imposible. Por otro lado, vuelve a empezar el proceso recurrente de ocupación de nuevas partes de la Amazonia. Winti se pregunta qué vendrá después: “¿Vamos a quedar atrapados? ¿Tendremos que desplazarnos de nuevo? ¿Cuándo? ¿Hacia dónde? Esta tierra tiene límites”.

 

Lívia Machado Costa también ha contribuido a este artículo.

 

Este artículo de Flávia Milhorance apareció originalmente en Diálogo Chino y lo publicamos aqui bajo una licencia de Creative Commons.

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Millora del laboratori de l’Hospital Comarcal de l’Araguaia

Millora del laboratori de l’Hospital Comarcal de l’Araguaia

El laboratori de l’Hospital Comarcal de l’Araguaia ha rebut aquest dijous, 10 de març de 2022, nous equipaments per millorar la seva capacitat i qualitat assistencial. L’espai ha estat completament renovat i adaptat per oferir una estructura capaç d’atendre els pacients dels municipis de São Félix do Araguaia, Luciara i Alto Boa Vista.

 

Novo laboratório do Hospital Regional do Araguaia

Novos equipamentos foram adquiridos para atender os pacientes de São Félix do Araguaia, Luciara e Alto Boa Vista

 

Responsable d’atendre una població de més de 20 mil persones, entre ells als pobles Karajá i Xavante, les millores rebudes són el resultat d’un projecte de col·laboració entre la Fundació Pere Casaldàliga, la seva sòcia local (l’Associação ANSA) i el Fons Català de Cooperació al Desenvolupament i permetran augmentar la quantitat i qualitat d’anàlisis i proves diagnòstiques que es podran realitzar localment, evitant llargs desplaçaments i demores per la població més vulnerable de la zona.

 

Nou laboratori a l'Hospital Regional d'Araguaia

El laboratori ha estat equipat per millorar la qualitat de les anàlisis i proves.

 

El Consórcio Intermunicipal de Saúde (CISA), responsable públic de l’Hospital Comarcal ha coordinat els treballs i ha dut a terme la renovació de l’espai i les adequacions tècniques necessaries per a la instal·lació dels nous l’equipaments, en una mostra més del seu compromís amb la salut de la comarca de l’Araguaia.

A la cerimònia d’inauguració van ser presents les representants de la sòcia local de la Fundació, l’Associação ANSA, els alcaldes dels municipis de São Félix do Araguaia, Luciara i Alto Boa Vista, i una representació dels regidors i regidores dels ajuntaments implicats.

 

Inauguração do novo laboratório no Hospital Regional do Araguaia

Moment de l’acte d’inauguració del nou laboratori de l’Hospital Comarcal de l’Araguaia.

 

Placa d'inauguració

Placa inaugural del nou laboratori

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“Avui ja no tinc aquests somnis” [Circular fraterna de Pere Casaldàliga]

“Avui ja no tinc aquests somnis” [Circular fraterna de Pere Casaldàliga]

El Cardenal Carlo M. Martini, jesuita, biblista, arquebisbe que va ser de Milà i col·lega meu de Parkinson, és un eclesiàstic de diàleg, d’acolliment, de renovació a fons, tant de l’Església com de la Societat. Al seu llibre de confidències i confessions Col·loquis nocturns a Jerusalem, declara:

«Abans tenia somnis sobre l’Església. Somiava amb una Església que recorre el seu camí en la pobresa i en la humilitat, que no depèn dels poders d’aquest món; en la qual s’extirpés d’arrel la desconfiança; que donés espai a la gent que pensa amb més amplitud; que donés ànims, especialment, a aquells que se senten petits o pecadors. Somiava amb una Església jove. Avui ja no tinc més aquests somnis».

Aquesta afirmació categòrica de Martini no és, no pot ser, una declaració de fracàs, de decepció eclesial, de renúncia a la utopia. Martini continua somiant ni més ni menys que amb el Regne, que és la utopia de les utopies, un somni del mateix Déu.

Ell i milions de persones a l’Església somiem amb l’«altra Església possible», al servei de l’«altre Món possible». I el cardenal Martini és un bon testimoni i un bon guia en aquest camí alternatiu; ho ha demostrat.

Tant a l’Església (a l’Església de Jesús que són diverses Esglésies) com en a la Societat (que són diversos pobles, diverses cultures, diversos processos històrics) avui més que mai hem de radicalitzar en la cerca de la justícia i de la pau, de la dignitat humana i de la igualtat en l’alteritat, del veritable progrés dins de l’ecologia profunda. I com diu Bobbio «cal instal·lar la llibertat en el cor mateix de la igualtat»; avui amb una visió i una acció estrictament mundials. És l’altra globalització, la que reivindiquen els nostres pensadors, els nostres militants, els nostres màrtirs, els nostres famolencs…

No hi ha manera de servir simultàniament al déu dels bancs i al Déu de la Vida, conjugar la prepotència i la usura amb la convivència fraterna.

La gran crisi econòmica actual és una crisi global d’Humanitat que no es resoldrà amb cap mena de capitalisme, perquè no cap un capitalisme humà; el capitalisme continua sent homicida, ecocida, suïcida. No hi ha manera de servir simultàniament al déu dels bancs i al Déu de la Vida, conjugar la prepotència i la usura amb la convivència fraterna. La qüestió axial és: Es tracta de salvar el Sistema o es tracta de salvar la Humanitat? A grans crisis, grans oportunitats. En idioma xinès la paraula crisi es desdoblega en dos sentits: crisi com a perill, crisi com a oportunitat.

En la campanya electoral dels EUA es va enarborar repetidament «el somni de Luther King», volent actualitzar aquest somni; i, en ocasió dels 50 anys de la convocatòria del Concili Vaticà II, s’ha recordat, amb nostàlgia, el Pacte de les Catacumbes de l’Església serva i pobra. En el 16 de novembre de 1965, pocs dies abans de la clausura del Concili, 40 Sacerdots Conciliars van celebrar l’Eucaristia a les catacumbes romanes de Domitila, i van signar el Pacte de les Catacumbes. Dom Hélder Câmara, el centenari de naixement del qual estem celebrant enguany, era un dels principals animadors del grup profètic. El Pacte en els seus 13 punts insisteix en la pobresa evangèlica de l’Església, sense títols honorífics, sense privilegis i sense ostentacions mundanes; insisteix en la col·legialitat i en la corresponsabilitat de l’esglèsia com a Poble de Déu, i en l’obertura al món i en l’acolliment fratern.

Avui, nosaltres, en la convulsa conjuntura actual, professem la vigència de molts somnis, socials, polítics, eclesials, als quals de cap manera podem renunciar. Continuem rebutjant el capitalisme neoliberal, el neoimperialisme dels diners i de les armes, una economia de mercat i de consumisme que soterrada en la pobresa i en la fam a una gran majoria de la Humanitat. I continuarem rebutjant tota discriminació per motius de gènere, de cultura, de raça.

Avui, nosaltres, en la convulsa conjuntura actual, professem la vigència de molts somnis, socials, polítics, eclesials, als quals de cap manera podem renunciar. Continuem rebutjant el capitalisme neoliberal, el neoimperialisme dels diners i de les armes, una economia de mercat i de consumisme que soterrada en la pobresa i en la fam a una gran majoria de la Humanitat. I continuarem rebutjant tota discriminació per motius de gènere, de cultura, de raça. Exigim la transformació substancial dels organismes mundials (ONU, FMI, Banc Mundial,OMC…). Ens comprometem a viure una «ecològica profunda i integral», propiciant una política agrària-agrícola alternativa a la política depredadora del latifundi, del monocultiu, dels agrotòxics. Participarem en les transformacions socials, polítiques i econòmiques, per a una democràcia d’«alta intensitat».

L’Església es comprometrà, sense por, sense evasions, amb les grans causes de la justícia i de la pau, dels drets humans i de la igualtat reconeguda de tots els pobles. Serà profecia d’anunci, de denúncia, de consolació. La política viscuda per tots els cristians i cristianes serà aquella «expressió més alta de l’amor fratern» (Pius XI).

Com a Església volem viure, a la llum de l’Evangeli, la passió obsessiva de Jesús, el Regne. Volem ser l’Església de l’opció pels pobres, comunitat ecumènica i macroecumènica també. El Déu en qui creiem, l’Abbá de Jesús, no pot ser de cap manera causa de fonamentalismes, d’exclusions, d’inclusions absorbents, d’orgull proselitista. Ja n’hi ha prou amb fer del nostre Déu l’únic Déu veritable. «El meu Déu, em deixa veure a Déu?». Amb tot respecte per l’opinió del Papa Benet XVI, el diàleg interreligiós no sols és possible, és necessari. Farem de la corresponsabilitat eclesial l’expressió legítima d’una fe adulta. Exigirem, corregint segles de discriminació, la plena igualtat de la dona en la vida i en els ministeris de l’Església.

Estimularem la llibertat i el servei reconegut dels nostres teòlegs i teòlogues. L’Església serà una xarxa de comunitats orants, servidores, profètiques, testimonis de la Bona Nova: una Bona Nova de vida, de llibertat, de comunió feliç. Una Bona Nova de misericòrdia, d’acolliment, de perdó, de tendresa, samaritana a la vora de tots els camins de la Humanitat. Continuarem fent que es visqui en la pràctica eclesial l’advertiment de Jesús: «No serà així entre vosaltres» (Mt 21,26). Sigui l’autoritat servei. El Vaticà deixarà de ser Estat i el Papa no serà més Cap d’Estat. La Cúria haurà de ser profundament reformada i les Esglésies locals conrearan la inculturació de l’Evangeli i la ministerialitat compartida. L’Església es comprometrà, sense por, sense evasions, amb les grans causes de la justícia i de la pau, dels drets humans i de la igualtat reconeguda de tots els pobles. Serà profecia d’anunci, de denúncia, de consolació. La política viscuda per tots els cristians i cristianes serà aquella «expressió més alta de l’amor fratern» (Pius XI).

Ens neguem a renunciar a aquests somnis encara que puguin semblar quimera. «Encara cantem, encara somiem». Ens atenim a la paraula de Jesús: «Foc he vingut a portar a la Terra; i què puc voler sinó que cremi» (Lc 12,49). Amb humilitat i coratge, en el seguiment de Jesús, mirarem de viure aquests somnis en el cada dia de les nostres vides. Continuarà havent-hi crisi i la Humanitat, amb les seves religions i les seves esglésies, continuarà sent santa i pecadora. Però no faltaran les campanyes universals de solidaritat, els Fòrums Socials, les “Vias Campesinas“, els Moviments populars, les conquestes dels Sense Terra, els pactes ecològics, els camins alternatius de La nostra Amèrica, les Comunitats Eclesials de Base, els processos de reconciliació entre el Shalom i el Salam, les victòries indígenes i afro i, en tot cas, una vegada més i sempre «jo m’atinc al que s’ha dit: l’Esperança».

A cadascun i cadascuna a qui pugui arribar aquesta circular fraterna, en comunió de fe religiosa o de passió humana, rebi una abraçada de la grandària d’aquests somnis. Els vells encara tenim visions, diu la Bíblia (Jl 3,1). Vaig llegir fa uns dies aquesta definició: «La vellesa és una espècie de postguerra»; no necessàriament de claudicació. El Parkinson és només un contratemps del camí i seguim Regne endins.

Pere Casaldàliga
Circular 2009

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Balsareny apel·la al llegat de Pere Casaldàliga pels drets humans

Balsareny apel·la al llegat de Pere Casaldàliga pels drets humans

El poble on va néixer Pere Casaldàliga aprofundeix en el seu llegat amb un treball escolar i una matinal per recordar la lluita del bisbe i esperonar a agafar-ne el testimoni.

El poble de Balsareny continua aprofundint en el seu coneixement sobre la tasca i l’emprempta que Pere Casaldàliga ha deixat.

Aquesta vegada, la Fundació Pere Casaldàliga i les entitats socials i educatives del poble han organitzat dos actes per tal d’apropar la figura del bisbe a la ciutadania i conèixer amb més profunditat quina va ser la seva tasca a Amèrica Llatina.

Una activitat escolar per aprofundir en el coneixement de la tasca de Casaldàliga

El divendres 3 de desembre, l’Escola Guillem va organitzar una xerrada de la brasilera Zilda Martins, col.laboradora de la Fundació Pere Casaldàliga, nascuda a l’Araguaia i responsable de l’Arxiu del bisbe entre 2013 i 2017.

L'Escola Guillem de Balsareny aprofundeix en la figura i el llegat del Bisbe Pere Casaldàliga

L’Escola Guillem de Balsareny aprofundeix en la figura i el llegat del Bisbe Pere Casaldàliga.

Els nens i nenes de 4art d’ESO es van mostrar molt actius i interessats, fent moltes preguntes i volent saber moltes coses de la vida del bisbe i de la regió on va viure més de 50 anys.

La Zilda va poder explicar en primera persona com era en Pere Casaldàliga, com actuava i què feia en el seu dia a dia. També va poder apropar als alumnes la realitat de São Félix do Araguaia, fent-los conscients de les dificultats en matèria d’educació o salut que encara es pateixen en aquella regió de l’Amazònia. Els nens i nenes de 4art d’ESO es van mostrar molt actius i interessats, fent moltes preguntes i volent saber moltes coses de la vida del bisbe i de la regió on va viure més de 50 anys.

Una matinal popular per recordar la lluita de Casaldàliga

Posteriorment, el dimecres 8 de desembre, a pocs dies de la celebració del Dia Internacional dels Drets Humans,  més de 100 persones van participar de la matinal per recordar el bisbe i apel.lar per la continuïtat a la seva tasca.

Mural a favor dels drets humans que es va pintar ahir al matí i que després es va penjar al campanar

Mural a favor dels drets humans que es va pintar ahir al matí i que després es va penjar al campanar

Tal com relata Queralt Casals, del diari Regió7, en la seva edició del 9 de desembre de 2021:

Les causes de Casaldàliga i el seu llegat van ser presents a la jornada de la mà de l’activista social i periodista David Fernández i del membre de la Fundació Pere Casaldàliga Raul Vico, que van glossar la figura del qui ha estat i continua sent un símbol de la lluita per combatre les desigualtats socials.

El nom de Pere Casaldàliga, que va morir l’agost de l’any passat, està intrínsecament lligat a la lluita pels drets humans. El bisbe balsarenyenc va dedicar la seva vida a treballar pels drets dels pobles camperols i indígenes de l’Amazònia brasilera. El seu poble natal va voler recollir ahir el seu testimoni universal en una matinal organitzada per la Fundació Pere Casaldàliga, el Cercle Cultural de Balsareny i el Centre Instructiu i Recreatiu, que va tenir lloc al Casino. La jornada va començar amb un esmorzar que destinarà la recaptació a projectes solidaris de la fundació i tots els infants que ho van desitjar van poder donar color a un mural en favor dels drets humans que es penjarà al campanar de l’església.

David Fernández i Raul Vico en un moment de la xerrada

David Fernández i Raul Vico en un moment de la xerrada

Casaldàliga avui, en la vigília de la diada dels drets humans de l’any 2021, és la millor esmena al món injust dels nostres dies i al mateix temps el millor antídot contra la pitjor versió de nosaltres mateixos.

David Fernàndez

El plat fort de la matinal va arribar amb la xerrada. Per la seva banda, David Fernández, que va reconèixer que a Casaldàliga «no l’he conegut mai i és com si el conegués de sempre», el va definir com «un referent que les coses es poden fer diferents». L’activista social va assegurar que «Casaldàliga avui, en la vigília de la diada dels drets humans de l’any 2021, és la millor esmena al món injust dels nostres dies i al mateix temps el millor antídot contra la pitjor versió de nosaltres mateixos». En la mateixa línia, l’exdiputat de la CUP va afegir que «el Pere és per sort avui el nostre altre món possible i la nostra utopia necessària i practicable contra tots els tirants i els lladres» i va apel·lar al compromís amb seves les causes «que al final són totes les causes del món que tenen alguna cosa a veure amb la dignitat humana».

Els actes van ser organitzats per la Fundació Pere Casaldàliga, el Cercle Cultural de Balsareny i el Centre Instructiu i Recreatiu, i van tenir lloc al Casino

Els actes van ser organitzats per la Fundació Pere Casaldàliga, el Cercle Cultural de Balsareny i el Centre Instructiu i Recreatiu, i van tenir lloc al Casino de Balsareny.

Casaldàliga no va ser el bisbe dels pobres, va ser el bisbe de la subversió, que va posar de cap per avall la societat de l’Araguaia, el poder polític i la dictadura brasilera i va anar construint una nova societat.

Raul Vico

Al seu torn, Raul Vico, que sí que va conèixer de prop Casaldàliga, amb qui va treballar activament a São Félix do Araguaia, va contextualitzar la tasca del bisbe en defensa dels pobles indígenes. Al seu entendre «no va ser el bisbe dels pobres, va ser el bisbe de la subversió, que va posar de cap per avall la societat de l’Araguaia, el poder polític i la dictadura brasilera i va anar construint una nova societat».

Balsareny té molt més que un bisbe, una persona avançada al seu temps.

Raul Vico

Per tot plegat, l’assessor de l’ONG brasilera ANSA va dir que «Balsareny té molt més que un bisbe, una persona avançada al seu temps que va veure amb una visió profètica quines eren les lluites essencials per fer-nos més humans a nosaltres individualment i com a societat». Per això, va animar als assistents a «mirar més enllà de la figura del bisbe» i a «mantenir net el camí que ha obert».

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1r Aniversari de la Pasqua de Pere Casaldàliga

1r Aniversari de la Pasqua de Pere Casaldàliga

[Programa dels actes a Catalunya al final de la pàgina]

El proper dia 8 d’agost de 2021, es compleix un any de la mort de Pere Casaldàliga. El seu cos descansa ara al Cementiri Karajá de São Félix do Araguaia, on ell mateix va enterrar «centenars de treballadors braçals i indígenes, moltes vegades sense nom i gairebé sempre sense taüt».

En Pere, però, sempre deia que anàvem de «vius a ressucitats» i per això estem segurs que ara viu en tots i totes nosaltres i en cadascuna de les causes -de les lluites- a les que va dedicar la seva vida.

Nascut a Balsareny al 1928, Pere Casaldàliga va ingressar a la Congregació dels Claretians de ben petit i, alguns anys després d’ordenar-se sacerdot al Castell de Monjuïc de Barcelona, ja amb 40 anys, va marxar a l’amazònia brasilera per fundar una «missió» claretiana.

Allà es va trobar amb una terra «oblidada», un «far west» on l’única llei era «la del 38». Els grans terratinents, recolzats pel govern militar havien imposat un estat de violència, esclavitud i repressió sobre els Pobles Indígenes i els petits camperols. La manca d’assistència sanitària, d’educació, de sistema judicial o de qualsevol estructura pública havia encès un seguit de conflictes per causa de la terra que deixaven morts, ferits i refugiats a centenars.

Ben aviat Casaldàliga va prendre partit a favor dels sense-terra i els Pobles Indígenes i va fer públiques diverses denuncies sobre la situació d’explotació que es vivia a l’Amazònia, que van sacsejar Brasil. La persecució, l’empresonament i la tortura no van trigar en caure sobre el bisbat de Casaldàliga. També els sectors conservadors de l’esglèsia es van conxorxar contra aquella petita diòcesi recen fundada a més de 1.200Km al nord de Brasília.

El llegat de Pere Casaldàliga és universal. Les seves lluites són ara assumides per molts i moltes. És una guia i un far per aquests temps.

Casaldàliga sempre es va mantenir fidel als seus ideals, va ser conseqüent amb el seu pensament fins al final. A més, va impulsar i crear diversos moviments socials al Brasil, que avui són referència en la lluita a favor dels treballadors rurals i els Pobles Indígenes. Va aconseguir que a la regió de la seva diocesi més de 14.000 famílies tinguin avui un tros de terra per viure i gràcies a ell avui són polítiques públiques consolidades la lluita contra el treball esclau i pels drets dels treballadors. Casaldàliga va crear una esglèsia-comunitat participativa, oberta, plural, on les decisions es prenien de manera assamblearia. A més, la seva influència, visió i perseverància van fer que la Conferència Episcopal Brasilera (CNBB amb les seves sigles en portuguès) fos de caràcter progessista i es posicionés públicament contra el capitalisme.

El llegat de Pere Casaldàliga és universal. Les seves lluites són ara assumides per molts i moltes. És una guia i un far per aquests temps d’incerteses i de grans desafiaments per la Humanitat.

Per això, en el primer aniversari de la seva Pasqua, el poble on va nèixer, Balsareny, i el poble al que va dedicar mitja vida, São Félix do Araguaia, acolliran diverses celebracions amb un lema comú: L’esperança i la lluita per l’alliberament.

A Balsareny la celebració serà el dia 8 d’agost a partir de les 19:30h al Castell de Balsareny i tindrà la següent programació:

19:30h Celebració de l’Eucaristia, a l’Ermita Romànica.

20:30h Sopar a la fresca amb zona de picnic habilitada i servei de Food Truck, a l’exterior del Castell.

21:15h Il.luminarem el Castell de Balsareny amb l’Esperança de Pere Casaldàliga i les seves causes.

21:30h Recital de poemes, al Saló del Tinell del Castell de Balsareny.

Seguidament, podrem seguir l’Homenatge a Pere Casaldàliga que emetrà el Canal 33 per l’ocasió.

22:45h Concert de Xavier Calvet amb Vidal Soler, al Pati d’Armes del Castell.

L’entrada és lliure, tot i que limitada a l’aforament legal permès.

Les despeses de l’acte es cobriran en format de taquilla inversa per a aquells que hi vulguin col.laborar.

Al Brasil, a la regió de l’Araguaia o telemàticament, els actes es prolongaran durant tota la quinzena i comptaran amb conferències on-line de testimonis i especialistes que analitzaran el llegat de Pere Casaldàliga des de diverses vessants.

A més, tota la comunitat de São Félix hi estarà involucrada amb celebracions, misses i una visita popular a la tomba on descansa prop del Riu Araguaia.

1r Aniversari Pasqua de Pere Casaldàliga

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