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Así fue la ordenación episcopal de Casaldáliga

Así fue la ordenación episcopal de Casaldáliga

Pedro nunca quiso ser obispo. Nunca le gustó la idea de formar parte de la jerarquía de la iglesia. Por eso, su primera reacción al recibir la carta de su nombramiento episcopal fue decir “no”. ¿Por qué acabó aceptando?

Hacía sólo tres años que él y Manuel habían llegado al poblado de São Felix do Araguaia. Tardaron una semana en camión desde São Paulo, pero ahora, poco a poco, estaban consiguiendo construir una comunidad fija, capaz de atender a todas las familias de aquella zona: una región en la “puerta de entrada” de la Amazonía, del tamaño de Portugal, en el estado brasileño de Mato Grosso.

Pero esa tarea principal de estructurar una iglesia estable se deparó prontamente con la realidad: pobreza extrema, violencia, abandono, explotación, esclavitud…una región poblada de migrantes de muchas partes de Brasil que, atraídos por las llamadas “políticas de colonización de Amazonía“, llegaban a aquellas tierras desamparadas en busca de una vida mejor.

 

Llegada de Casaldàliga y Manuel Luzón a São Félix do Araguaia

Esta es la primera imagen que conservamos de la llegada de los claretianos Casaldáliga y Luzón a la región del Araguaia, en 1968.

 

Ubicada a más de 1.200 km de la capital del estado de Mato Grosso, Cuiabá, y a otros tantos de la joven Brasília, la escasa presencia del estado condenaba a sus habitantes a la ausencia total de servicios de salud, de educación o de seguridad.

La estructura de la propiedad de la tierra, caracterizada por los latinfundios que llegaban a tener tamaño de los estados, iba configurando una sociedad desgarrada: por un lado, los grandes terratenientes, sus gerentes y sus “secuaces”. Por otro, como el propio Pedro Casaldáliga describía:

 

«Campesinos del nordeste, procedentes directamente de [los estados de] Maranhão, Pará, Ceará, Piauí …, o pasando por Goiás. Conquistadores de la región, “sin-tierra”. Pueblo simple y duro, nómada como por destino en una migración forzada y desorientada, con una hamaca para dormir a sus espaldas, sus muchos hijos, algún caballo flaco y cuatro utensilios de cocina en una bolsa».

Pedro Casaldáliga

 

Pedro Casaldáliga en una de las comunidades indígenas de la región

La pareja Luiz Gouveia y Eunice Dias de Paula fueron unos de los primeros en llegar en 1973. Han hecho de profesores bilingües em el poblado indígena, ayudando en la formación de los profesores indígenas y, por ello, son en gran parte responsables de que la lengua Tapirapé aún exista.

 

Llegamos a un mundo sin retorno. La misión tenía 150.000 kilómetros cuadrados de ríos, selvas y bosques, al noroeste de Mato Grosso, dentro de la llamada Amazonía “legal”, entre los ríos Araguaia y Xingu, incluida la isla del Bananal, la isla fluvial más grande del mundo.

Sin otra “base” eclesiástica que nuestra casa, de 4×8, a orillas del Araguaia, maravilloso y turbio, sin saber por dónde empezar, sin saber quién habitaba la región, donde las distancias de todas las especies justificaban todas las indecisiones.

La única carretera que existía seguía construyéndose, roja y polvorienta, hacia la selva y los campos abiertos que acabábamos de cruzar, y el “jaguar” materialmente concreto tenía todo el derecho de cortarnos el camino frente al camión.

Solo había un médico en el área, no había correo, electricidad, teléfono, telégrafo, había 3 jeeps viejos en todo São Felix y eran los únicos autos en el lugar.

Pedro Casaldáliga

 

Pedro hace un compromiso radical

 

Muy pronto, los problemas de tierra, la pobreza y la violencia contra los peones y los sin-tierra hicieron mella en Casaldáliga y su equipo: los primeros años, enterraron a cientos de “peones sin nombre” y “a menudo sin ataud”, que intentaban sobrevivir en esa tierra. Fue entonces cuándo decidieron comprometerse radicalmente con la gente.

 

Mato Grosso era, sigue siendo, una tierra sin ley. Alguien lo ha clasificado como el “estado corral” del país. No encontramos infraestructura administrativa, ni organización laboral, ni inspección. La ley era la ley del más fuerte. Del dinero y del 38. Nacer, morir, matar eran los derechos básicos. Verbos conjugados con increíble facilidad.

Pedro Casaldáliga, 1971

 

La construcción de una iglesia organizada y estructurada comenzó primero dedicándose a atender las necesidades más básicas de las familias: la salud y la educación fueron la prioridad. ¿Cómo celebrar misa o administrar los sacramentos sin comprometerse con las necesidades de las familias al mismo tiempo?

Gradualmente lograron construir una pequeña escuela (que, después, daría lugar a un proyecto pedagógico que se tornaría referencia en educación popular de la Amazonía); organizaron un puesto de salud y de primeros auxílios; hicieron de enfermeros y …, en esa acción, se fueron comprometiendo a favor de los “sin-tierra” y posicionando contra el latifundio.

Una iglesia que rezaba, celebraba misa y administraba los sacramentos como cualquier otra, pero que también se comprometió radicalmente en la defensa de los más pobres: los sin-tierra, los peones y los Pueblos Indígenas. Nunca hubo ninguna imposición o intención de evangelizar, en el sentido antiguo, arcaico y colonialista de la palabra.

 

El dia de la consagración com obispo

 

En julio de 1971, Casaldáliga recibió la carta del Vaticano con el nombramiento como obispo. Su respuesta, de estricta renuncia, estaba escrita y preparada para ser entregada a Nuncio. Sin embargo, el equipo pastoral y el Obispo Tomás Balduíno consiguieron que Casaldáliga cambiara de opinión y le pidieron que aceptara.

El altavoz que les brindava el cargo era único y la situación en la Amazonía tan gritante que demandaba que alguién fuera la voz de los sin voz. Aunque reacio a aceptar, su equipo se lo pidió haciéndole ver que quizás sería la única manera de hacer llegar su denuncia a las más altas esferas, sin tanto riesgo de las consecuencias. Tenía que aceptar. En aquél contexto, con aquella posición, ser Obispo era la única posibilidad que tenían.

Así, por decisión conjunta, el 23 de octubre, luego de un intento de asesinato que casi acabó con su vida, Pedro Casaldáliga sería ordenado Obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia.

«Al aire libre, junto al río Araguaia», Pedro fue ordenado por el arzobispo Fernando Gomes dos Santos, el arzobispo de Goiânia; Tomás Balduíno, obispo de la diócesis de Goiás y por el arzobispo Juvenal Roriz, obispo de Rubiataba, GO.

Ordenación episcopal de Casaldáliga en São Félix do Araguaia

Imagen de uno de los momentos de la ordenación episcopal de Casaldáliga. La celebración fue al aire libre y asistió toda la gente de São Félix do Araguaia.

 

Esa noche del 23 de octubre de 1971, la bóveda celestial, las aguas de Araguaia y todos los que estábamos allí fuimos testigos de que algo nuevo estaba sucediendo. Un obispo rechazó las marcas de poder para sumergirse totalmente en la vida de la gente.

Antônio Canuto
Agente de Pastoral da Prelazia de São Félix do Araguaia

 

En la tarjeta-recordatorio de su ordenación, Pedro declaró el obispo que quería ser:

«Tu mitra será un sombrero de paja campesino; el sol y la luz de la luna; la lluvia y el sereno,
la mirada de los pobres con los que caminas y la mirada gloriosa de Cristo, el Señor.
Tu báculo será la verdad del Evangelio y la confianza de tu pueblo en ti.
Tu anillo será la fidelidad a la Nueva Alianza del Dios Libertador y la fidelidad a la gente de esta tierra.
No tendrás otro escudo que la fuerza de la Esperanza y la Libertad de los hijos de Dios;
ni usarás otros guantes que no sean el servicio del Amor».

 

Tarjeta original de la ordenación episcopal de Casaldáliga

Tarjeta original de recuerdo que se entregó a los presentes en la Ordenación Episcopal de Casaldáliga, en el río Araguaia, el 23 de octubre de 1971

 

La primera denuncia mundial sobre la situación de la Amazonía

 

En septiembre de 1970, Casaldáliga ya había escrito la primera denuncia sobre la situación de esclavitud en la que se encontraban la mayoría de los trabajadores agrícolas de la región: en “verdaderos campos de concentración”.

Sin embargo, el mismo día de su consagración episcopal, publicó, clandestinamente, un documento-denuncia que es, todavía hoy, “uno de los más importantes en la historia de la lucha por la tierra en Brasil”.

El informe consta de más de 80 páginas con datos estadísticos, referencias y análisis que denuncian la gravedad de la situación amazónica. El documento citaba abiertamente nombres de compañías, propietarios y gerentes; informaba sobre casos concretos de violencia y de vulneración de derechos y hacía posible que Brasil supiera, por primera vez, que en la distante Amazonía había trabajo esclavo, explotación y asesinatos por “causa de la tierra”.

 

Periódicos de Brasil informan sobre el impacto de la carta

El impacto del documento de Casaldáliga, ya obispo, resonó en todo Brasil

 

La noche del día en que firmé el documento, era noche de “luz de luna”, salí a ver la gran luna, respiré el aire más fresco y me ofrecí al Señor. Entonces sentí que con el documento también podría haber firmado mi propia pena de muerte; Al menos acababa de firmar un desafío.

De hecho, unos días después comenzó a llegar la advertencia de uno de los terratenientes y buscadores de tierras más grandes de Brasil, tantas veces más tarde repetida por muchos otros terratenientes, voces eclesiásticas, “amigos”: se suponía que no debía entrar en estos problemas porque podría acusarme de ser subversivo; de hecho, la policía federal nos estaba controlando; el delegado adjunto de Sao Felix era un agente; los granjeros me demandarían; etc.

Pedro Casaldáliga

 

El documento fue publicado en la mayoría de medios de comuncación brasileños y suscitó la airada reacción del gobierno militar.

No había vuelta atrás: la Prelatura de San Félix de Araguaia y su Obispo recién consagrado, optaban radicalmente por los pobres y se oponían a los grandes propietarios. En cada gesto, en cada palabra y en cada documento.

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NOVEDAD EDITORIAL: «Vientos de profecia a la Amazonia»

NOVEDAD EDITORIAL: «Vientos de profecia a la Amazonia»

¿Cuál es la relevancia social, política y eclesial de los 50 años del Obispado de Pere Casaldáliga en São Félix do Araguaia? Como hicieron un grupo de religiosos y militantes para hacer frente a los «dueños de los latifundios y del Estado dictatorial» y en las «estructuras de la propia iglesia»?

Conoce de la mano de Antonio Canuto la organización interna, la acción política, la actividad pastoral y la labor social que han hecho del Obispado de São Félix do Araguaia «una referencia obligada para la comprensión de los proyectos económicos y los modelos de sociedad que estaban en disputa en la Amazonia; así como de los proyectos eclesiales enfrentados.»

[Ya a la venta en portugués | En catalán en octubre | Pendiente en español]

 

«Desde su nacimiento, el Obispado de São Félix do Araguaia puso en el centro de sus preocupaciones los graves crímenes contra los pueblos indígenas, los ribeirinhos, los posseiros (sin tierra) y otros pueblos tradicionales y contra la espantosa devastación de la Amazonia.

La lucha de David contra Goliat, que además se libró en medio de las circunstancias más desfavorables, mientras tenían en contra el gobierno militar y su proyecto de «ocupación» y «desarrollo» de la Amazonia que se estaba llevando a cabo con mano de hierro, sin ningún respeto por el pueblo que vivía allí y sin ningún tipo de cuidado por la naturaleza. El gobierno financió la implantación de grandes latifundios en la Amazonia y ‘legalizó’ así la ocupación del territorio, la deforestación de la selva y su conversión en grandes áreas de pasto.

El obispado tenía en contra a todo el gran capital nacional e internacional, tanto el comercial como el industrial y el financiero. El capital gozaba de exención de impuestos, de grandes subsidios, de financiaciones públicas generosas, y además de todo el apoyo militar y jurídico que fuera necesario para incentivar e, incluso, para encubrir los crímenes ambientales y humanos que estaban cometiendo.

Conflictes per terra a l'Araguaia

Fotograma de la mini-serie «Descalzo sobre la tierra roja» emitido en 2012.

 

El Obispado de Casaldáliga sufrió también el ataque sistemático de la prensa escrita, radiofónica y televisiva: periódicos y revistas, radios y cadenas de televisión, pusieron en marcha una guerra constante de informaciones distorsionadas, calumnias, mentiras y difamaciones con las que se tildaba a aquella iglesia de estar «contra el progreso» del país y vinculada a intereses extranjeros que perseguían la «internacionalización de la Amazonia».

La estrategia de aquella Prelatura era que el grito ahogado de los expulsados de su tierra, de los indígenas desplazados o diezmados llegara a la opinión pública y sensibilizara así al resto de la Iglesia y de la sociedad.

 

Todo lo que pasó en el Obispado de São Félix, fue un «trailer» del desastre anunciado que se extendería por toda la Amazonía en los años posteriores, con una diferencia notable: Desde el primer momento, en la Prelatura se documentó la denuncia de los excesos ambientales y sociales sufridos y también de la resistencia valerosa de los pequeños campesinos con el apoyo de la Iglesia local. La estrategia era que el grito ahogado de los expulsados de su tierra, de los indígenas desplazados o diezmados llegara a la opinión pública y sensibilizara así al resto de la Iglesia y de la sociedad.

El Obispado de Casaldáliga se situó al frente o al lado de las principales iniciativas que se enfrentaban a esta situación crítica ecocida en relación con la tierra, las aguas y la selva; etnocida en relación con los pueblos indígenas; genocida en relación con los sin tierra y los ribeirinhos

«Vientos de profecía en la Amazonia» quiere hacer desaparecer el riesgo de perder la memoria subversiva de lo que ha representado para la Iglesia y la sociedad, el profetismo del Obispado de Sao Félix do Araguaia.

 

Portada de l'edició brasilera: «Ventos de profecia na Amazônia»

Portada de la edición brasileña: «Ventos de profecía na Amazônia»

 

El libro está dividido en cinco bloques:

1. El primero nos permite conocer cómo se organizaban las comunidades antes de la llegada de Pedro Casaldáliga.

2. La segunda parte lleva por título: «Una Iglesia perseguida en tiempos de represión» y nos permitirá descubrir cómo es que el aquel pequeño Obispado de la Amazonia se encontró en el ojo del huracán al oponerse valiente y proféticamente a la violencia de los terratenientes.

3. La tercera parte está dedicada a mostrarnos la vida interna de aquella Iglesia. Descubriremos cómo eran sus comunidades de base y pastorales, cómo fue el nacimiento de los ministerios laicales, cuál era el papel de las mujeres y cómo se tomaban las decisiones administrativas que fundamentaron aquella comunidad enfrentada a los grandes intereses.

4. En la cuarta parte conoceremos las acciones pastorales, sociales y políticas del Obispado, en el campo de la comunicación con su boletín mensual Alvorada, en el campo de la educación popular e indígena, de la cultura, de la salud, de la militancia a favor de los derechos humanos y de las estrategias que se siguieron en las tareas de formación y actuación en el ámbito político y social.

5. La última parte está dedicada a explicarnos cómo fue la renuncia del obispo Casaldáliga, presentada en cumplir los 75 años, el día 16 de febrero de 2003. Así, nos adentraremos en los detalles de la angustiosa espera por el nombramiento de su sucesor y la llegada, finalmente, del nuevo obispo en 2005.

El prólogo de Óscar Beozzo finaliza:

«Felicitaciones a su autor, Antônio Canuto, y mi agradecimiento profundo por haber recuperado la historia del Obispado de São Félix do Araguaia, insertado en la caminhada de la Iglesia de Brasil y compañera y socia de tantas otras Iglesias de la Patria Grande Latinoamericana, pasión y compromiso de toda una vida, por parte de Pedro Casaldáliga.»

 

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Barcelona agradece “la utopía fértil” de Casaldáliga

Barcelona agradece “la utopía fértil” de Casaldáliga

«Que Pedro sembró es una evidencia». Es una de las muchas frases que este lunes por la noche han demostrado que el legado de Pedro Casaldáliga continua muy vivo. Doscientas personas se han reunido en Barcelona la víspera de San Pedro para agradecer la maestría del que fue obispo de São Félix do Araguaia. Con un encargo compartido: el mundo sigue herido y es necesario militar en la esperanza .

Pocos líderes religiosos consiguen tanto quórum en su predicación. A nadie se le ha hecho extraño que este lunes se haya hablado del «Reino de Dios» en la plaza del Rey. Una promesa evangélica que Casaldáliga persiguió para hacer llegar la justicia y la paz para todos. Y hacerlo «aquí y ahora», como han subrayado los periodistas Antoni Bassas y Mònica Terribas, conductores de este homenaje cívico. Un acto organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Asociación Araguaia y la Fundación Pedro Casaldáliga que se ha emitido en directo y que se puede recuperar aquí.

Uno de los vídeos que se han proyectado durante el homenaje ha recordado el testamento vital del obispo Pedro: «Opten verdaderamente por los pobres, optemos por una Iglesia-comunidad, de hermanos y hermanas iguales, sin poder», decía. Decenas de representantes de entidades diversas, amigos y compañeros de militancia, desde Cataluña al Mato Grosso, subrayaron su estilo de vida sobrio y coherente. Y han descrito «el privilegio» de haber conocido una persona excepcional. Ejemplo honesto, un referente ético para los descreídos. Como ha dicho el periodista y activista social David Fernández: «Pedro Casaldáliga siempre será la utopía fértil; las cosas bien hechas, las de verdad, duran para siempre».

«Muchas gracias a todas las entidades amigas que han asumido las causas del Pedro como herramienta transformadora de toda la sociedad», dijo Gloria Casaldáliga, presidenta de la nueva Fundación Pedro Casaldáliga. «Sabemos que vivimos tiempos complejos y que la tarea no será sencilla», ha apuntado y ha recordado las dificultades que vive Brasil y la región del Araguaia.

También se han sumado las voces del actor Eduard Fernández, del teólogo y colaborador de la Agenda Latinoamericana Jordi Corominas, de la artista catalano-brasileña Priscila Barbosa, del activista Arcadi Oliveres, poco antes de su muerte, así como los testimonios del capuchino Michael Moore, del abad de Montserrat, Josep Maria Soler, de la dominica Lucía Caram o de la actriz Núria Valls, entre otros amigos y compañeros de Casaldáliga.

Como religioso, como obispo en Brasil, como poeta universal, Pedro defendió siempre los derechos de los agricultores y de los sin tierra. Lo hizo con sensibilidad poética, con tenacidad y también con sentido del humor. «A mis católicos y católicas de Cataluña: debemos tomarnos la Iglesia con un poco de buen humor», decía. Y sobre todo, sostenida en la esperanza, eje de este nuevo homenaje conjunto.

Han asistido al homenaje una buena representación de los misioneros claretianos en Cataluña, como Joan Soler, de la Asociación Araguaia, el provincial de San Pablo, Ricard Costa-Jussà, el delegado en Cataluña, Máximo Muñoz, el presidente de la ONG enlace Solidario, Josep Roca, y la directora del Casal Claret de Vic, Anna Larios. También ha habido representación política, como la alcaldesa de Balsareny, pueblo natal de Casaldàliga, Noelia Ramírez, y Albert Batlle, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Así como de familiares de Casaldáliga y de personalidades y entidades amigas, como la teresiana M. Victoria Molins, la delegada de Manos Unidas Barcelona, ​​Mireia Angerri, Eudald Vendrell, Miquel Torres y Josep Maria Fisa, presidente, director y consiliario de Justicia y Paz Barcelona respectivamente, Xavier Garí en representación de Cristianismo y Justicia.

Texto de Laura Mor, publicado primero en Catalunya Religió.

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Homenaje a Pedro Casaldáliga

Homenaje a Pedro Casaldáliga

El Ayuntamiento de Barcelona, la Asociación Araguaia y la Fundación Pedro Casaldáliga celebran un homenaje conjunto a Pedro Casaldáliga en la ciudad de Barcelona. El acto se celebrará el próximo lunes 28 de junio.

Presentado por los periodistas Mònica Terribas y Antoni Bassas, contará con la participación de los actores Eduard Fernàndez, Clara Segura y Núria Valls, así como de la artista catalano-brasileña Priscila Barbosa.

La palabra directa, clara y siempre lúcida de Casaldáliga será la protagonista, acompañada al piano por el músico Carles Cases y flanqueada por decenas de testigos que trabajaron con él y le conocieron profundamente, procedentes de todo el mundo.

Casaldáliga fue uno de los referentes más importantes en la lucha por la tierra y a favor de los Pueblos Indígenas de la Amazonía. Desde su muerte, el 8 de agosto, y debido a la pandemia, las entidades convocantes no han podido despedirse de este claretiano internacional como hubieran querido. Por ello, ya que las restricciones lo permiten, y coincidiendo con la víspera de San Pedro, este acto de recuerdo se celebrará abierto al público.

Debido a la situación actual, seguirá habiendo limitaciones de aforo, pero el acto completo podrá seguirse en directo en la web de la Fundación Pedro Casaldáliga (www.fperecasaldaliga.org), en su cuenta de Facebook y en el canal de YouTube del Ayuntamiento de Barcelona.

El 26 de marzo de 2021, el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó por unanimidad la concesión de la Medalla de Oro al Mérito Cívico, a título póstumo, a Pedro Casaldáliga «en reconocimiento a su lucha permanente contra los abusos de poder y la explotación, y por su firme compromiso con la justicia social, la igualdad y la dignidad de los Pueblos Indígenas».

 

Fundación Pedro Casaldáliga

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Los 8 rasgos fundamentales para convertirnos en hombres y mujeres “nuevas”

Los 8 rasgos fundamentales para convertirnos en hombres y mujeres “nuevas”

Con mayor o menor lucidez, con lógica vital más o menos consecuente, ya hemos descubierto la sociedad hecha sistema, dentro de la estructura que nos envuelve y condiciona, bajo la inevitable solicitación de la coyuntura diaria.

La Iglesia, perita en eternidad y menos perita en historia, durante siglos, muchas veces, fácilmente sólo veía personas; o individuos, sólo; o, más dicotómicamente aún, a veces solamente veía almas…

Sin dejar de enfrentar nunca esa globalidad estructural en la cual se forja la historia humana y dentro de la cual acontece el Reino, deberíamos ahora redescubrir, comprometidamente, la persona, miembro de la sociedad y protagonista de la historia y del Reino.

El Hombre -el varón y la mujer- es un ser estructurado y estructurante. La historia, el sistema y el Reino lo hacen, pero, a su vez, él hace el sistema, la historia y el Reino.

Pedro passeando junto al Río Araguaia

En nuestra América Latina, por ejemplo, despierta hoy convulsivamente para la segunda liberación total, dos grandes hombres marxistas proclamaron, con sus palabras y con su vida -y con su muerte-, la utopía del hombre nuevo, la ensoñación incontenible del «hombre matinal»: el Ché y Mariátegui. Y en la revista «Amanecer» de marzo y abril de este año de muerte y de Gracia de 1982 acabo de leer un fragmento del libro premiado del comandante sandinista, Ornar Cabezas, sobre «la mirada del hombre nuevo» y «el hombre nuevo que está en la montaña…».

La reflexión y la vivencia de una espiritualidad de la liberación, en América Latina (en el Tercer Mundo, en el mundo más en general, pienso yo sinceramente), deberán tener como consideración y exigencia básicas la utopía necesaria del hombre nuevo.

Hace días que intento delinear, para mis adentros, los rasgos fundamentales del hombre nuevo. Y ese intento es lo que ofrezco ahora, como una contribución balbuciente al libro del DEI sobre «Espiritualidad y liberación en América Latina».

Nuestros teólogos, nuestros sociólogos, nuestros psicólogos y nuestros pastoralistas dirán su palabra mayor, científicamente. Y nuestros santos y nuestros mártires harán verdad -lo hacen ya, con caudalosa efusión- el rostro Latinoamericano del hombre nuevo.

Los rasgos del hombre nuevo serían, a mi modo de ver:

 

1. LA LUCIDEZ CRITICA

Una actitud de crítica «total» frente a supuestos valores, medios de comunicación, consumo, estructuras, tratados, leyes, códigos, conformismo, rutina…

Una actitud de alerta, insobornable.

La pasión por la verdad.

 

2. LA GRATUIDAD ADMIRADA, DESLUMBRADA

La gratuidad contemplativa, abierta a la trascendencia y acogedora del Espíritu. La gratuidad de la fe, la vivencia de la Gracia. Vivir en estado de oración.

La capacidad de asombrarse, de descubrir, de agradecer.

Amanecer cada día.

La humildad y la ternura de la infancia evangélica.

El perdón mayor, sin mezquindades y sin servilismos.

 

3. LA LIBERTAD DESINTERESADA

Ser pobres para ser libres frente a los poderes y a las seducciones.

La libre austeridad de los que peregrinan siempre.

Una morigerada vida de combate.

La libertad total de los que están dispuestos a morir por el Reino. 

 

4. LA CREATIVIDAD EN FIESTA

La creatividad intuitiva, desembarazada, humorada, lúdica, artística.

Vivir en estado de alegría, de poesía, de ecología.

La afirmación de la autoctonía.

Sin repeticiones, sin esquematismos, sin dependencias.

 

5. LA CONFLICTIVIDAD ASUMIDA COMO MILITANCIA

La pasión por la justicia, en espíritu de lucha, por la verdadera paz. 

La terquedad incansable. 

La denuncia profética.

La política, como misión y como servicio. 

Estar siempre definido, ideológica y vivencialmente, del lado de los más pobres.

La revolución diaria. 

 

6. LA FRATERNIDAD IGUALITARIA

O la igualdad fraterna.

El ecumenismo, por encima de razas y de edades y de sexos y de credos.

Conjugar la más generosa comunión con la salvaguardia de la propia identidad étnica, cultural y personal.

La socialización, sin privilegios.

La real superación, económica y social de las clases que están ahí, en orden al surgimiento de la sola clase humana.

 

7. EL TESTIMONIO COHERENTE

Ser lo que se es. Hablar lo que se cree. Creer lo que se predica. Vivir lo que se proclama. Hasta las últimas consecuencias y en las menudencias diarias.

La disposición habitual para el testimonio del martirio. 

 

8. LA ESPERANZA UTÓPICA

Histórica y escatológica. Desde el hoy para el mañana. La esperanza creíble de los testigos y constructores de la resurrección y del Reino.

Se trata de utopía, la utopía del Evangelio. El hombre nuevo no vive sólo de pan; vive de pan y de utopía.

Solamente hombres nuevos pueden hacer el mundo nuevo. Pienso que estos rasgos corresponden a los rasgos del Hombre Nuevo Jesús. Así de utópicamente vivió Él; esto enseñó en Belén, en la Montaña y en la Pascua; así nos configura trabajosamente su Espíritu, derramado en nosotros.

 

Publicado en el libro “Experiencia de Dios y pasión por el pueblo. Escritos Pastorales”, en 1983.

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La Tierra Sin Males de Casaldáliga

La Tierra Sin Males de Casaldáliga

En 1978, la Facultad de Teología de Catalunya, para conmemorar su 25 aniversario, decidió por unanimidad de su claustro académico nombrar Doctor Honoris causa al obispo Pedro Casaldáliga. Pero hubo un veto del Arzobispo local, aduciendo que Casaldàliga no era teólogo sino poeta.

El teólogo benedictino Lluís Duch escribió: “Casaldáliga no ha sido reconocido oficialmente como teólogo: para él quizá sea una suerte; para la institución hubiera podido significar la posibilidad de reconocer un profeta en su patria”.

Con este motivo escribí un largo artículo sobre la teología poética de Casaldáliga que le hice llegar.

Casaldáliga contempla el bello mundo indígena (el Araguaia, las garzas blancas, la aldea de los indios Tapirapé..) anticipo de la Tierra sin males, ahora destruido por los malditos latifundios y el Imperio. Llama a Romero “San Romero de América” y le dice a Pedro que deje la curia. Vive la pasión y la cruz con el pueblo, teme que le maten de pie, sube y baja del Carmelo, sin tener nada, ni llevar nada, no se cansa de esperar el Reino. Ve al Resucitado junto al mar de Tiberíades, con las llagas y las brasas del pan encendidas. Vive bajo el viento del Espíritu y se presenta al Padre con la mano llena de nombres.

Casaldáliga no sabía nada de lo sucedido en Barcelona y agradeció mi artículo. Posteriormente nos encontramos varias veces en Bolivia y otra vez en São Paulo en una reunión de obispos y teólogos latinoamericanos promovida por él.

Casaldáliga ha sido un buen pastor, un místico, profeta y poeta, teólogo de los pobres, de este octavo sacramento que el Espíritu administra: ¡la voz del pueblo! Quizás esto último es lo que a algunos les cuesta reconocer.

 

Texto de Víctor Codina, SJ

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