«Que Pedro sembró es una evidencia». Es una de las muchas frases que este lunes por la noche han demostrado que el legado de Pedro Casaldáliga continua muy vivo. Doscientas personas se han reunido en Barcelona la víspera de San Pedro para agradecer la maestría del que fue obispo de São Félix do Araguaia. Con un encargo compartido: el mundo sigue herido y es necesario militar en la esperanza .
Pocos líderes religiosos consiguen tanto quórum en su predicación. A nadie se le ha hecho extraño que este lunes se haya hablado del «Reino de Dios» en la plaza del Rey. Una promesa evangélica que Casaldáliga persiguió para hacer llegar la justicia y la paz para todos. Y hacerlo «aquí y ahora», como han subrayado los periodistas Antoni Bassas y Mònica Terribas, conductores de este homenaje cívico. Un acto organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Asociación Araguaia y la Fundación Pedro Casaldáliga que se ha emitido en directo y que se puede recuperar aquí.
Uno de los vídeos que se han proyectado durante el homenaje ha recordado el testamento vital del obispo Pedro: «Opten verdaderamente por los pobres, optemos por una Iglesia-comunidad, de hermanos y hermanas iguales, sin poder», decía. Decenas de representantes de entidades diversas, amigos y compañeros de militancia, desde Cataluña al Mato Grosso, subrayaron su estilo de vida sobrio y coherente. Y han descrito «el privilegio» de haber conocido una persona excepcional. Ejemplo honesto, un referente ético para los descreídos. Como ha dicho el periodista y activista social David Fernández: «Pedro Casaldáliga siempre será la utopía fértil; las cosas bien hechas, las de verdad, duran para siempre».
«Muchas gracias a todas las entidades amigas que han asumido las causas del Pedro como herramienta transformadora de toda la sociedad», dijo Gloria Casaldáliga, presidenta de la nueva Fundación Pedro Casaldáliga. «Sabemos que vivimos tiempos complejos y que la tarea no será sencilla», ha apuntado y ha recordado las dificultades que vive Brasil y la región del Araguaia.
También se han sumado las voces del actor Eduard Fernández, del teólogo y colaborador de la Agenda Latinoamericana Jordi Corominas, de la artista catalano-brasileña Priscila Barbosa, del activista Arcadi Oliveres, poco antes de su muerte, así como los testimonios del capuchino Michael Moore, del abad de Montserrat, Josep Maria Soler, de la dominica Lucía Caram o de la actriz Núria Valls, entre otros amigos y compañeros de Casaldáliga.
Como religioso, como obispo en Brasil, como poeta universal, Pedro defendió siempre los derechos de los agricultores y de los sin tierra. Lo hizo con sensibilidad poética, con tenacidad y también con sentido del humor. «A mis católicos y católicas de Cataluña: debemos tomarnos la Iglesia con un poco de buen humor», decía. Y sobre todo, sostenida en la esperanza, eje de este nuevo homenaje conjunto.
Han asistido al homenaje una buena representación de los misioneros claretianos en Cataluña, como Joan Soler, de la Asociación Araguaia, el provincial de San Pablo, Ricard Costa-Jussà, el delegado en Cataluña, Máximo Muñoz, el presidente de la ONG enlace Solidario, Josep Roca, y la directora del Casal Claret de Vic, Anna Larios. También ha habido representación política, como la alcaldesa de Balsareny, pueblo natal de Casaldàliga, Noelia Ramírez, y Albert Batlle, concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Así como de familiares de Casaldáliga y de personalidades y entidades amigas, como la teresiana M. Victoria Molins, la delegada de Manos Unidas Barcelona, Mireia Angerri, Eudald Vendrell, Miquel Torres y Josep Maria Fisa, presidente, director y consiliario de Justicia y Paz Barcelona respectivamente, Xavier Garí en representación de Cristianismo y Justicia.
El Ayuntamiento de Barcelona, la Asociación Araguaia y la Fundación Pedro Casaldáliga celebran un homenaje conjunto a Pedro Casaldáliga en la ciudad de Barcelona. El acto se celebrará el próximo lunes 28 de junio.
Presentado por los periodistas Mònica Terribas y Antoni Bassas, contará con la participación de los actores Eduard Fernàndez, Clara Segura y Núria Valls, así como de la artista catalano-brasileña Priscila Barbosa.
La palabra directa, clara y siempre lúcida de Casaldáliga será la protagonista, acompañada al piano por el músico Carles Cases y flanqueada por decenas de testigos que trabajaron con él y le conocieron profundamente, procedentes de todo el mundo.
Casaldáliga fue uno de los referentes más importantes en la lucha por la tierra y a favor de los Pueblos Indígenas de la Amazonía. Desde su muerte, el 8 de agosto, y debido a la pandemia, las entidades convocantes no han podido despedirse de este claretiano internacional como hubieran querido. Por ello, ya que las restricciones lo permiten, y coincidiendo con la víspera de San Pedro, este acto de recuerdo se celebrará abierto al público.
Debido a la situación actual, seguirá habiendo limitaciones de aforo, pero el acto completo podrá seguirse en directo en la web de la Fundación Pedro Casaldáliga (www.fperecasaldaliga.org), en su cuenta de Facebook y en el canal de YouTube del Ayuntamiento de Barcelona.
El 26 de marzo de 2021, el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó por unanimidad la concesión de la Medalla de Oro al Mérito Cívico, a título póstumo, a Pedro Casaldáliga «en reconocimiento a su lucha permanente contra los abusos de poder y la explotación, y por su firme compromiso con la justicia social, la igualdad y la dignidad de los Pueblos Indígenas».
Con mayor o menor lucidez, con lógica vital más o menos consecuente, ya hemos descubierto la sociedad hecha sistema, dentro de la estructura que nos envuelve y condiciona, bajo la inevitable solicitación de la coyuntura diaria.
La Iglesia, perita en eternidad y menos perita en historia, durante siglos, muchas veces, fácilmente sólo veía personas; o individuos, sólo; o, más dicotómicamente aún, a veces solamente veía almas…
Sin dejar de enfrentar nunca esa globalidad estructural en la cual se forja la historia humana y dentro de la cual acontece el Reino, deberíamos ahora redescubrir, comprometidamente, la persona, miembro de la sociedad y protagonista de la historia y del Reino.
El Hombre -el varón y la mujer- es un ser estructurado y estructurante. La historia, el sistema y el Reino lo hacen, pero, a su vez, él hace el sistema, la historia y el Reino.
En nuestra América Latina, por ejemplo, despierta hoy convulsivamente para la segunda liberación total, dos grandes hombres marxistas proclamaron, con sus palabras y con su vida -y con su muerte-, la utopía del hombre nuevo, la ensoñación incontenible del «hombre matinal»: el Ché y Mariátegui. Y en la revista «Amanecer» de marzo y abril de este año de muerte y de Gracia de 1982 acabo de leer un fragmento del libro premiado del comandante sandinista, Ornar Cabezas, sobre «la mirada del hombre nuevo» y «el hombre nuevo que está en la montaña…».
La reflexión y la vivencia de una espiritualidad de la liberación, en América Latina (en el Tercer Mundo, en el mundo más en general, pienso yo sinceramente), deberán tener como consideración y exigencia básicas la utopía necesaria del hombre nuevo.
Hace días que intento delinear, para mis adentros, los rasgos fundamentales del hombre nuevo. Y ese intento es lo que ofrezco ahora, como una contribución balbuciente al libro del DEI sobre «Espiritualidad y liberación en América Latina».
Nuestros teólogos, nuestros sociólogos, nuestros psicólogos y nuestros pastoralistas dirán su palabra mayor, científicamente. Y nuestros santos y nuestros mártires harán verdad -lo hacen ya, con caudalosa efusión- el rostro Latinoamericano del hombre nuevo.
Los rasgos del hombre nuevo serían, a mi modo de ver:
1. LA LUCIDEZ CRITICA
Una actitud de crítica «total» frente a supuestos valores, medios de comunicación, consumo, estructuras, tratados, leyes, códigos, conformismo, rutina…
Una actitud de alerta, insobornable.
La pasión por la verdad.
2. LA GRATUIDAD ADMIRADA, DESLUMBRADA
La gratuidad contemplativa, abierta a la trascendencia y acogedora del Espíritu. La gratuidad de la fe, la vivencia de la Gracia. Vivir en estado de oración.
La capacidad de asombrarse, de descubrir, de agradecer.
Amanecer cada día.
La humildad y la ternura de la infancia evangélica.
El perdón mayor, sin mezquindades y sin servilismos.
3. LA LIBERTAD DESINTERESADA
Ser pobres para ser libres frente a los poderes y a las seducciones.
La libre austeridad de los que peregrinan siempre.
Una morigerada vida de combate.
La libertad total de los que están dispuestos a morir por el Reino.
4. LA CREATIVIDAD EN FIESTA
La creatividad intuitiva, desembarazada, humorada, lúdica, artística.
Vivir en estado de alegría, de poesía, de ecología.
La afirmación de la autoctonía.
Sin repeticiones, sin esquematismos, sin dependencias.
5. LA CONFLICTIVIDAD ASUMIDA COMO MILITANCIA
La pasión por la justicia, en espíritu de lucha, por la verdadera paz.
La terquedad incansable.
La denuncia profética.
La política, como misión y como servicio.
Estar siempre definido, ideológica y vivencialmente, del lado de los más pobres.
La revolución diaria.
6. LA FRATERNIDAD IGUALITARIA
O la igualdad fraterna.
El ecumenismo, por encima de razas y de edades y de sexos y de credos.
Conjugar la más generosa comunión con la salvaguardia de la propia identidad étnica, cultural y personal.
La socialización, sin privilegios.
La real superación, económica y social de las clases que están ahí, en orden al surgimiento de la sola clase humana.
7. EL TESTIMONIO COHERENTE
Ser lo que se es. Hablar lo que se cree. Creer lo que se predica. Vivir lo que se proclama. Hasta las últimas consecuencias y en las menudencias diarias.
La disposición habitual para el testimonio del martirio.
8. LA ESPERANZA UTÓPICA
Histórica y escatológica. Desde el hoy para el mañana. La esperanza creíble de los testigos y constructores de la resurrección y del Reino.
Se trata de utopía, la utopía del Evangelio. El hombre nuevo no vive sólo de pan; vive de pan y de utopía.
Solamente hombres nuevos pueden hacer el mundo nuevo. Pienso que estos rasgos corresponden a los rasgos del Hombre Nuevo Jesús. Así de utópicamente vivió Él; esto enseñó en Belén, en la Montaña y en la Pascua; así nos configura trabajosamente su Espíritu, derramado en nosotros.
Publicado en el libro “Experiencia de Dios y pasión por el pueblo. Escritos Pastorales”, en 1983.
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