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Este es el documento que cambió la Amazonía

Este es el documento que cambió la Amazonía

El mismo día de su ordenación como obispo, Pedro Casaldáliga publicó un amplio documento donde denunciaba la situación de esclavitud en que vivían la mayoría de los campesinos de la Amazonia. El documento también cuestionaba a la jerarquía de la iglesia y ponía nombre a los opresores … pronto la represión cayó sobre él y su equipo. Sin embargo, poco después aquel documento cambiaría la historia de la Amazonía.

 

El mismo día en que fue consagrado obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia, el 23 de octubre de 1971, Pedro Casaldáliga publicó la primera denuncia global sobre la situación en la Amazonia.

La carta pastoral «Una Iglesia de la Amazonía en conflicto con el latifundio y la marginación social» se convertiría en un documento histórico que, impreso clandestinamente y enviado a la mayoría de medios de comunicación brasileños, significó un punto de inflexión en la reivindicación y la defensa de los pueblos indígenas, de las familias de campesinos, del medio ambiente, de la situación de las mujeres y de la lucha por la tierra.

Era la primera vez que un obispo se posicionaba clara, abierta y públicamente sobre lo que pasaba en la Amazonia. Casaldáliga aportaba datos, estadísticas, casos y testigos concretos para poner nombre y apellidos a los explotadores. Era la primera vez que ese Brasil continental -que vivía de espaldas a la lejana Amazonia, era conocedora de la realidad de explotación y violencia que se estaba imponiendo en aquella región aislada.

Como decía Berta Camprubí en su artículo Pedro Casaldáliga, 90: Un día en la casa del obispo de los pobres , publicado en El Periódico de Cataluña:

 

En aquellos años, las tierras de Mato Grosso estaban dominadas por la superposición de títulos de propiedad, heredados principalmente de la Ley del suelo de 1850, que distribuía ilegalmente territorios ancestrales indígenas, creando grandes explotaciones, algunas de hasta 7.000 kilómetros cuadrados. Eran tierras de pistoleros, de abandono legal e institucional. Allí, la violencia era el método mediante el cual se resolvían todos los conflictos. Casaldáliga enterró a muchos campesinos sin tierra e indígenas en aquellos tiempos.

 

¿De qué hablaba concretamente el documento?

 

A lo largo de más de 80 páginas repletas de referencias a estudios sociológicos y antropológicos que puntualmente se habían hecho en aquella región, el documento pastoral del obispo Pedro analizaba con rigor la situación de esclavitud y violencia en que vivían los pueblos y las comunidades del Amazonas; denunciaba los problemas ambientales que comenzaban a percibirse como tales; y, sobre todo, ponía nombres y apellidos a los responsables del genocidio que los terratenientes estaban llevando a cabo con la complicidad del gobierno militar brasileño.

El documento recogía además testigos de la explotación, apuntando directamente los nombres de los responsables -algunos grandes propietarios de tierras- e informaba, sin intermediarios, de la situación de los sin-tierra, los indios y los trabajadores brazales.

 

Los primeros pioneros de la región son los llamados «posseiros» (personas que no tienen el título de propiedad de su tierra). Viven aquí desde hace 5, 10, 15, 20 y algunos hasta 40 años. Cultivando con los métodos más primitivos, plantando arroz, maíz, yuca. Agricultura de pura subsistencia. Criando ganado.
No hay asistencia sanitaria ni higiénica, no hay protección legal, ni hay medios técnicos disponibles. Se juntan en poblados pequeños, llamados «Patrimonios» (que el estado les venía como tierras vírgenes – Santa Terezinha, Porto Alegre, Cedrolândia, Pontinópolis) o esparcidos por el campo a una distancia de 12 a 20 km unos de otros.
Pedro Casaldáliga, 1971

 

En los años 60 y 70, la Amazonia era el vasto territorio que la dictadura brasileña se obsesionaba en «desarrollar«. Era el territorio «salvaje» al que la mayoría del país daba la espalda deseando mirar hacía la supuesta «modernidad». Una extensión equivalente a la mitad de toda Europa que el gobierno brasileño pretendía repartir entre sus amigos y las grandes empresas que apoyaban al régimen, aprovechando la falta de interés que despertaba.

Por eso, cuando casi nadie hablaba de la causa indígena; cuando la preocupación por el medio ambiente no estaba en la mesa de ninguna discusión; y cuando la extrema pobreza de los trabajadores rurales, a menudo esclavizados, era un tema alejado de cualquier foco de la prensa o de la Iglesia, esta Carta Pastoral de Casaldáliga sacudió el país, destapando su vergüenzas. Fue un golpe directo a la propaganda de la dictadura que vendia un país en «crecimiento, hacia el desarrollo». Por primera vez, se internacionaliza la crueldad de la situación económica, social y ambiental de la Amazonia.

¿Cuál fue el impacto del documento?

 

El documento tuvo que ser impreso fuera de la región del Araguaia por la fiel colaboradora de Casaldáliga, la hermana Irene Franceschini. Con estas palabras nos lo explica Martixu Ayuso, de la Fundación Pedro Casaldáliga:

 

Aquella mujer que, en plena dictadura, llevó la primera carta pastoral del Pedro Casaldáliga como obispo dentro de una caja envuelta en un pañuelo en un avión militar! Cuando se le preguntó qué llevaba, respondió «medicamentos, alguna ropa, cosas poco importantes … si desea abrirla …».

 

La carta-documento del obispo Pedro se hizo eco en la mayoría de periódicos y publicaciones de Brasil y provocó una revolución en plena represión militar.

En aquella época, los intereses económicos y los amigos del régimen se estaban repartiendo el centro-oeste del país a costa de los pueblos indígenas y del medio ambiente, y un obispo como Casaldáliga molestaba y ponía los focos mediáticos sobre la Amazonia.

 

Después de varios meses de rumores y calumnias, amenazas de arresto, de muerte, de «visitas» de la policía y el ejército federal, (…) la primera semana de septiembre, el señor Ariosto da Riva, padre y mentor de los terratenientes, acompañado de un sacerdote, se presentó al Señor Nuncio en Río [de Janeiro] para intentar evitar mi consagración [como obispo] …

 

Y es que, como afirma el sociólogo José de Souza Martins (1995), “el documento es uno de los más importantes de la historia social de Brasil” y eso no lo podían tolerar los militares y tampoco la complaciente jerarquía de la Iglesia.

 

En su carta pastoral de 1971, Casaldáliga propone una nueva manera de ver esta [sobreexplotación y falta de derechos de los trabajadores rurales], hace una denuncia larga y dura e inicia una trabajo pastoral consistente en la Prelatura que empieza primero desnaturalizando esta violencia y luego construyendo una red de solidaridad entre los trabajadores migrantes y la iglesia local.
Lucilene Aparecida Castravechi. XXVII Simposio Nacional de Historia. Natal 2013.

 

«Después de la publicación de esta carta-documento, que se hizo eco en la Iglesia, interna y externamente, otros documentos del mismo carácter comenzaron a aparecer en diferentes regiones brasileñas. De los obispos del noroeste llegó el texto “He oído los gritos de mi pueblo”, en 1973. El mismo año, los obispos y misioneros del Amazonas publicaron el documento urgente “Y-Juca-Píramo. El indígena: aquel que debe morir”.

Desde el oeste del país, sus obispos publicaron también el texto “Marginación de un pueblo, el clamor de las iglesias” en 1974.

Pero no sería hasta casi 10 años después de la denuncia de Casaldáliga, en 1980, que la CNBB [la Conferencia Episcopal Brasileña] se manifestaría oficialmente ante la situación que se estaba viviendo en la Amazonía. El documento titulado “La iglesia y los problemas de tierra” «analizaba y denunciaba los impactos del desarrollo capitalista en el campo brasileño», nos cuenta Marco António Mitidero, de la Universidad Federal de Sergipe.

Lea el texto del documento original, traducido al castellano

 

Le dejamos la carta-documento en castellano, traducida por Alfonso Pombo Fernández y cortesía de SERVICIOS KOINONÍA: «Una Iglesia de la Amazonía en conflicto con el latifundio y la marginación social».

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NOVEDAD EDITORIAL: «Vientos de profecia a la Amazonia»

NOVEDAD EDITORIAL: «Vientos de profecia a la Amazonia»

¿Cuál es la relevancia social, política y eclesial de los 50 años del Obispado de Pere Casaldáliga en São Félix do Araguaia? Como hicieron un grupo de religiosos y militantes para hacer frente a los «dueños de los latifundios y del Estado dictatorial» y en las «estructuras de la propia iglesia»?

Conoce de la mano de Antonio Canuto la organización interna, la acción política, la actividad pastoral y la labor social que han hecho del Obispado de São Félix do Araguaia «una referencia obligada para la comprensión de los proyectos económicos y los modelos de sociedad que estaban en disputa en la Amazonia; así como de los proyectos eclesiales enfrentados.»

[Ya a la venta en portugués | En catalán en octubre | Pendiente en español]

 

«Desde su nacimiento, el Obispado de São Félix do Araguaia puso en el centro de sus preocupaciones los graves crímenes contra los pueblos indígenas, los ribeirinhos, los posseiros (sin tierra) y otros pueblos tradicionales y contra la espantosa devastación de la Amazonia.

La lucha de David contra Goliat, que además se libró en medio de las circunstancias más desfavorables, mientras tenían en contra el gobierno militar y su proyecto de «ocupación» y «desarrollo» de la Amazonia que se estaba llevando a cabo con mano de hierro, sin ningún respeto por el pueblo que vivía allí y sin ningún tipo de cuidado por la naturaleza. El gobierno financió la implantación de grandes latifundios en la Amazonia y ‘legalizó’ así la ocupación del territorio, la deforestación de la selva y su conversión en grandes áreas de pasto.

El obispado tenía en contra a todo el gran capital nacional e internacional, tanto el comercial como el industrial y el financiero. El capital gozaba de exención de impuestos, de grandes subsidios, de financiaciones públicas generosas, y además de todo el apoyo militar y jurídico que fuera necesario para incentivar e, incluso, para encubrir los crímenes ambientales y humanos que estaban cometiendo.

Conflictes per terra a l'Araguaia

Fotograma de la mini-serie «Descalzo sobre la tierra roja» emitido en 2012.

 

El Obispado de Casaldáliga sufrió también el ataque sistemático de la prensa escrita, radiofónica y televisiva: periódicos y revistas, radios y cadenas de televisión, pusieron en marcha una guerra constante de informaciones distorsionadas, calumnias, mentiras y difamaciones con las que se tildaba a aquella iglesia de estar «contra el progreso» del país y vinculada a intereses extranjeros que perseguían la «internacionalización de la Amazonia».

La estrategia de aquella Prelatura era que el grito ahogado de los expulsados de su tierra, de los indígenas desplazados o diezmados llegara a la opinión pública y sensibilizara así al resto de la Iglesia y de la sociedad.

 

Todo lo que pasó en el Obispado de São Félix, fue un «trailer» del desastre anunciado que se extendería por toda la Amazonía en los años posteriores, con una diferencia notable: Desde el primer momento, en la Prelatura se documentó la denuncia de los excesos ambientales y sociales sufridos y también de la resistencia valerosa de los pequeños campesinos con el apoyo de la Iglesia local. La estrategia era que el grito ahogado de los expulsados de su tierra, de los indígenas desplazados o diezmados llegara a la opinión pública y sensibilizara así al resto de la Iglesia y de la sociedad.

El Obispado de Casaldáliga se situó al frente o al lado de las principales iniciativas que se enfrentaban a esta situación crítica ecocida en relación con la tierra, las aguas y la selva; etnocida en relación con los pueblos indígenas; genocida en relación con los sin tierra y los ribeirinhos

«Vientos de profecía en la Amazonia» quiere hacer desaparecer el riesgo de perder la memoria subversiva de lo que ha representado para la Iglesia y la sociedad, el profetismo del Obispado de Sao Félix do Araguaia.

 

Portada de l'edició brasilera: «Ventos de profecia na Amazônia»

Portada de la edición brasileña: «Ventos de profecía na Amazônia»

 

El libro está dividido en cinco bloques:

1. El primero nos permite conocer cómo se organizaban las comunidades antes de la llegada de Pedro Casaldáliga.

2. La segunda parte lleva por título: «Una Iglesia perseguida en tiempos de represión» y nos permitirá descubrir cómo es que el aquel pequeño Obispado de la Amazonia se encontró en el ojo del huracán al oponerse valiente y proféticamente a la violencia de los terratenientes.

3. La tercera parte está dedicada a mostrarnos la vida interna de aquella Iglesia. Descubriremos cómo eran sus comunidades de base y pastorales, cómo fue el nacimiento de los ministerios laicales, cuál era el papel de las mujeres y cómo se tomaban las decisiones administrativas que fundamentaron aquella comunidad enfrentada a los grandes intereses.

4. En la cuarta parte conoceremos las acciones pastorales, sociales y políticas del Obispado, en el campo de la comunicación con su boletín mensual Alvorada, en el campo de la educación popular e indígena, de la cultura, de la salud, de la militancia a favor de los derechos humanos y de las estrategias que se siguieron en las tareas de formación y actuación en el ámbito político y social.

5. La última parte está dedicada a explicarnos cómo fue la renuncia del obispo Casaldáliga, presentada en cumplir los 75 años, el día 16 de febrero de 2003. Así, nos adentraremos en los detalles de la angustiosa espera por el nombramiento de su sucesor y la llegada, finalmente, del nuevo obispo en 2005.

El prólogo de Óscar Beozzo finaliza:

«Felicitaciones a su autor, Antônio Canuto, y mi agradecimiento profundo por haber recuperado la historia del Obispado de São Félix do Araguaia, insertado en la caminhada de la Iglesia de Brasil y compañera y socia de tantas otras Iglesias de la Patria Grande Latinoamericana, pasión y compromiso de toda una vida, por parte de Pedro Casaldáliga.»

 

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