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Presentación de la Agenda Latinoamericana Mundial 2022 en Barcelona

Presentación de la Agenda Latinoamericana Mundial 2022 en Barcelona

 

La Fundación Pedro Casaldáliga presenta en Barcelona la nueva edición de la Agenda Latinoamericana Mundial. El acto tendrá lugar el próximo jueves 18 de noviembre a las 19h en la Casa América Cataluña y se podrá seguir presencialmente o bien telemáticamente:

La presentación será en catalán e irá a cargo de Gabriela Serra, activista y miembro del Consejo de Redacción de la Agenda Latinoamericana en catalán.

Esta nueva edición, la 31ª, está dedicada a los movimientos populares y a reflexionar sobre su función, su estado y el futuro que tienen en la transformación de la sociedad. Por eso la Agenda Latinoamericana Mundial del 2022 se titula “Organización popular. Esperanza y acción transformadora”.

 

Tema de l'Agenda LlatinoAmericana 2022

 

Cómo es costumbre desde que Pedro Casaldáliga y José Maria Vigil pusieron en marcha la Agenda el 1992, destacadas personalidades, intelectuales y militantes ofrecen sus reflexiones y análisis alrededor del tema principal y, en esta edición, cuenta con la participación entre otras de Leonardo Boff, Ivone Gebara, Juan José Tamayo, Josep Maria Terricabras, Arcadi Oliveres (EPD), Salvador Martí, Frei Betto, Jordi Corominas, etc

 

 

Reflexiones cualificadas por un cambio urgente

 

Tal como explican desde la Comisión de la Agenda Latinoamericana en Cataluña, «la transformación en seguimiento de una nueva sociedad mundial es, sin duda, uno de los retos más grandes que la humanidad ha enfrentado en su historia, si no el que más. El punto de no retorno ecológico nos pone contra las cuerdas, al umbral del abismo hacia la extinción. Afrontamos el mayor reto como especie, la no autoextinción.

Si se piensa en la enorme evolución social, tecnológica, de pensamiento, de desarrollo, etc. y se contrasta, solo, con la huella ecológica de estas evoluciones en los mares, los bosques, las selvas, los desiertos, la atmósfera, la fauna, el planeta entero, el coste de la evolución es terriblemente alto.

Si además la contrastamos con el momento actual de nuestras sociedades –sociedades egocéntricas, sociedades organizadas por y para el consumismo desmesurado, sociedades que ningunean su humanidad, sociedades que luchan para deshumanizar aquello humano– entonces el contraste incluso es irónico y nefasto, una locura.

 

Este año 2022, la Latinoamericana Mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.

 

Habiendo advertido esta crisis desde tantos espacios de lucha, por diferentes voces, a través de las décadas, es innegable que no está todo perdido. De hecho, hay mucha esperanza latiente en todo el mundo y, cómo no, a nuestra Patria Grande, dentro de estas voces, en nuestra Agenda. Este año 2022, la Latinoamericana mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.

El virus ha desenmascarado, todavía más, estas realidades de la «evolución humana», que este año se muestran en los pensamientos variados y siempre proféticos de nuestros articulistas, hijos de su tiempo, poniendo un especial interés en el papel de las voces en conjunto, de los esfuerzos de hermandad y la importancia de unir estos esfuerzos. Las organizaciones sociales se convierten en el eje donde giran las ideas del ver, juzgar y sobre todo el actuar, de nuestras letras.

 

Es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas.

 

Ciertamente, la pandemia que empezó el 2019 todavía es lejos de acabar y ha agraviado las injusticias y las desigualdades. Sin embargo, es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas; con un trabajo de base renovada por los ideales y por las tecnologías, las conciencias continuarán despertándose. Y en consecuencia y con esperanza, la historia tendrá que pararse y después girar verso la humanización y el proceso de amalgamación con la madre tierra.

 

Romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.

 

De signos de esperanza hay, a pesar de que en algunas realidades parecería que no. Todavía hay esfuerzos titánicos para evitar la hecatombe global, y es allá donde se tienen que encaminar nuestros esfuerzos. La adaptación ha empezado, está claro que con un enorme esfuerzo por parte de todo el mundo, porque la humanidad es así, cambiar y adaptarse es difícil: romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.

En algunos ámbitos con menos bastante, como en los espacios religiosos o de espiritualidad, donde los cambios son realmente más difíciles (a pesar de que son evidentes los giros en los paradigmas de la iglesia católica con el papa Francisco para mencionar una feliz excepción); no obstante, existen grupos que realmente lo tienen claro, los de nuevos espacios a la diversidad sexual, los grupos de apoyo y defensa de los migrantes o los que luchan encarnizadamente por la defensa de la Pachamama, nuestra madre tierra. Y es a todos estos esfuerzos en conjunto que la Latinoamericana mundial abre sus espacios este año, siempre en consecuencia de su tiempo y de su gente.

La Agenda Latinoamericana 2022 presenta el esfuerzo de muchos grupos, de pensadoras y pensadores, soñadoras y soñadores, articulistas, promotores y promotoras, editores y editoras que incansablemente luchan por estas esperanzas que impulsan las grandes causas, desde el más mínimo, haciendo frente a los más grandes retos de la especie humana sin tregua y sin dudar.»

 

Fundación Pedro Casaldáliga

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Así fue la ordenación episcopal de Casaldáliga

Así fue la ordenación episcopal de Casaldáliga

Pedro nunca quiso ser obispo. Nunca le gustó la idea de formar parte de la jerarquía de la iglesia. Por eso, su primera reacción al recibir la carta de su nombramiento episcopal fue decir “no”. ¿Por qué acabó aceptando?

Hacía sólo tres años que él y Manuel habían llegado al poblado de São Felix do Araguaia. Tardaron una semana en camión desde São Paulo, pero ahora, poco a poco, estaban consiguiendo construir una comunidad fija, capaz de atender a todas las familias de aquella zona: una región en la “puerta de entrada” de la Amazonía, del tamaño de Portugal, en el estado brasileño de Mato Grosso.

Pero esa tarea principal de estructurar una iglesia estable se deparó prontamente con la realidad: pobreza extrema, violencia, abandono, explotación, esclavitud…una región poblada de migrantes de muchas partes de Brasil que, atraídos por las llamadas “políticas de colonización de Amazonía“, llegaban a aquellas tierras desamparadas en busca de una vida mejor.

 

Llegada de Casaldàliga y Manuel Luzón a São Félix do Araguaia

Esta es la primera imagen que conservamos de la llegada de los claretianos Casaldáliga y Luzón a la región del Araguaia, en 1968.

 

Ubicada a más de 1.200 km de la capital del estado de Mato Grosso, Cuiabá, y a otros tantos de la joven Brasília, la escasa presencia del estado condenaba a sus habitantes a la ausencia total de servicios de salud, de educación o de seguridad.

La estructura de la propiedad de la tierra, caracterizada por los latinfundios que llegaban a tener tamaño de los estados, iba configurando una sociedad desgarrada: por un lado, los grandes terratenientes, sus gerentes y sus “secuaces”. Por otro, como el propio Pedro Casaldáliga describía:

 

«Campesinos del nordeste, procedentes directamente de [los estados de] Maranhão, Pará, Ceará, Piauí …, o pasando por Goiás. Conquistadores de la región, “sin-tierra”. Pueblo simple y duro, nómada como por destino en una migración forzada y desorientada, con una hamaca para dormir a sus espaldas, sus muchos hijos, algún caballo flaco y cuatro utensilios de cocina en una bolsa».

Pedro Casaldáliga

 

Pedro Casaldáliga en una de las comunidades indígenas de la región

La pareja Luiz Gouveia y Eunice Dias de Paula fueron unos de los primeros en llegar en 1973. Han hecho de profesores bilingües em el poblado indígena, ayudando en la formación de los profesores indígenas y, por ello, son en gran parte responsables de que la lengua Tapirapé aún exista.

 

Llegamos a un mundo sin retorno. La misión tenía 150.000 kilómetros cuadrados de ríos, selvas y bosques, al noroeste de Mato Grosso, dentro de la llamada Amazonía “legal”, entre los ríos Araguaia y Xingu, incluida la isla del Bananal, la isla fluvial más grande del mundo.

Sin otra “base” eclesiástica que nuestra casa, de 4×8, a orillas del Araguaia, maravilloso y turbio, sin saber por dónde empezar, sin saber quién habitaba la región, donde las distancias de todas las especies justificaban todas las indecisiones.

La única carretera que existía seguía construyéndose, roja y polvorienta, hacia la selva y los campos abiertos que acabábamos de cruzar, y el “jaguar” materialmente concreto tenía todo el derecho de cortarnos el camino frente al camión.

Solo había un médico en el área, no había correo, electricidad, teléfono, telégrafo, había 3 jeeps viejos en todo São Felix y eran los únicos autos en el lugar.

Pedro Casaldáliga

 

Pedro hace un compromiso radical

 

Muy pronto, los problemas de tierra, la pobreza y la violencia contra los peones y los sin-tierra hicieron mella en Casaldáliga y su equipo: los primeros años, enterraron a cientos de “peones sin nombre” y “a menudo sin ataud”, que intentaban sobrevivir en esa tierra. Fue entonces cuándo decidieron comprometerse radicalmente con la gente.

 

Mato Grosso era, sigue siendo, una tierra sin ley. Alguien lo ha clasificado como el “estado corral” del país. No encontramos infraestructura administrativa, ni organización laboral, ni inspección. La ley era la ley del más fuerte. Del dinero y del 38. Nacer, morir, matar eran los derechos básicos. Verbos conjugados con increíble facilidad.

Pedro Casaldáliga, 1971

 

La construcción de una iglesia organizada y estructurada comenzó primero dedicándose a atender las necesidades más básicas de las familias: la salud y la educación fueron la prioridad. ¿Cómo celebrar misa o administrar los sacramentos sin comprometerse con las necesidades de las familias al mismo tiempo?

Gradualmente lograron construir una pequeña escuela (que, después, daría lugar a un proyecto pedagógico que se tornaría referencia en educación popular de la Amazonía); organizaron un puesto de salud y de primeros auxílios; hicieron de enfermeros y …, en esa acción, se fueron comprometiendo a favor de los “sin-tierra” y posicionando contra el latifundio.

Una iglesia que rezaba, celebraba misa y administraba los sacramentos como cualquier otra, pero que también se comprometió radicalmente en la defensa de los más pobres: los sin-tierra, los peones y los Pueblos Indígenas. Nunca hubo ninguna imposición o intención de evangelizar, en el sentido antiguo, arcaico y colonialista de la palabra.

 

El dia de la consagración com obispo

 

En julio de 1971, Casaldáliga recibió la carta del Vaticano con el nombramiento como obispo. Su respuesta, de estricta renuncia, estaba escrita y preparada para ser entregada a Nuncio. Sin embargo, el equipo pastoral y el Obispo Tomás Balduíno consiguieron que Casaldáliga cambiara de opinión y le pidieron que aceptara.

El altavoz que les brindava el cargo era único y la situación en la Amazonía tan gritante que demandaba que alguién fuera la voz de los sin voz. Aunque reacio a aceptar, su equipo se lo pidió haciéndole ver que quizás sería la única manera de hacer llegar su denuncia a las más altas esferas, sin tanto riesgo de las consecuencias. Tenía que aceptar. En aquél contexto, con aquella posición, ser Obispo era la única posibilidad que tenían.

Así, por decisión conjunta, el 23 de octubre, luego de un intento de asesinato que casi acabó con su vida, Pedro Casaldáliga sería ordenado Obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia.

«Al aire libre, junto al río Araguaia», Pedro fue ordenado por el arzobispo Fernando Gomes dos Santos, el arzobispo de Goiânia; Tomás Balduíno, obispo de la diócesis de Goiás y por el arzobispo Juvenal Roriz, obispo de Rubiataba, GO.

Ordenación episcopal de Casaldáliga en São Félix do Araguaia

Imagen de uno de los momentos de la ordenación episcopal de Casaldáliga. La celebración fue al aire libre y asistió toda la gente de São Félix do Araguaia.

 

Esa noche del 23 de octubre de 1971, la bóveda celestial, las aguas de Araguaia y todos los que estábamos allí fuimos testigos de que algo nuevo estaba sucediendo. Un obispo rechazó las marcas de poder para sumergirse totalmente en la vida de la gente.

Antônio Canuto
Agente de Pastoral da Prelazia de São Félix do Araguaia

 

En la tarjeta-recordatorio de su ordenación, Pedro declaró el obispo que quería ser:

«Tu mitra será un sombrero de paja campesino; el sol y la luz de la luna; la lluvia y el sereno,
la mirada de los pobres con los que caminas y la mirada gloriosa de Cristo, el Señor.
Tu báculo será la verdad del Evangelio y la confianza de tu pueblo en ti.
Tu anillo será la fidelidad a la Nueva Alianza del Dios Libertador y la fidelidad a la gente de esta tierra.
No tendrás otro escudo que la fuerza de la Esperanza y la Libertad de los hijos de Dios;
ni usarás otros guantes que no sean el servicio del Amor».

 

Tarjeta original de la ordenación episcopal de Casaldáliga

Tarjeta original de recuerdo que se entregó a los presentes en la Ordenación Episcopal de Casaldáliga, en el río Araguaia, el 23 de octubre de 1971

 

La primera denuncia mundial sobre la situación de la Amazonía

 

En septiembre de 1970, Casaldáliga ya había escrito la primera denuncia sobre la situación de esclavitud en la que se encontraban la mayoría de los trabajadores agrícolas de la región: en “verdaderos campos de concentración”.

Sin embargo, el mismo día de su consagración episcopal, publicó, clandestinamente, un documento-denuncia que es, todavía hoy, “uno de los más importantes en la historia de la lucha por la tierra en Brasil”.

El informe consta de más de 80 páginas con datos estadísticos, referencias y análisis que denuncian la gravedad de la situación amazónica. El documento citaba abiertamente nombres de compañías, propietarios y gerentes; informaba sobre casos concretos de violencia y de vulneración de derechos y hacía posible que Brasil supiera, por primera vez, que en la distante Amazonía había trabajo esclavo, explotación y asesinatos por “causa de la tierra”.

 

Periódicos de Brasil informan sobre el impacto de la carta

El impacto del documento de Casaldáliga, ya obispo, resonó en todo Brasil

 

La noche del día en que firmé el documento, era noche de “luz de luna”, salí a ver la gran luna, respiré el aire más fresco y me ofrecí al Señor. Entonces sentí que con el documento también podría haber firmado mi propia pena de muerte; Al menos acababa de firmar un desafío.

De hecho, unos días después comenzó a llegar la advertencia de uno de los terratenientes y buscadores de tierras más grandes de Brasil, tantas veces más tarde repetida por muchos otros terratenientes, voces eclesiásticas, “amigos”: se suponía que no debía entrar en estos problemas porque podría acusarme de ser subversivo; de hecho, la policía federal nos estaba controlando; el delegado adjunto de Sao Felix era un agente; los granjeros me demandarían; etc.

Pedro Casaldáliga

 

El documento fue publicado en la mayoría de medios de comuncación brasileños y suscitó la airada reacción del gobierno militar.

No había vuelta atrás: la Prelatura de San Félix de Araguaia y su Obispo recién consagrado, optaban radicalmente por los pobres y se oponían a los grandes propietarios. En cada gesto, en cada palabra y en cada documento.

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Nuevo proyecto: Mejoramos el hospital regional del Araguaia

Nuevo proyecto: Mejoramos el hospital regional del Araguaia

La Asociación Araguaia con el Obispo Casaldáliga y la Fundación PedroCasaldáliga ponen en marcha un proyecto que mejorarà la asistencia sanitaria de más de 20 mil personas en la región del Araguaia, entre ellas, la de los Pueblos Karajá y Tapirapé.

 

La Fundación Pedro Casaldáliga y la Asociación Araguaia con el obispo Pedro Casaldáliga acaban de firmar un convenio con el Consorcio Intermunicipal de Salud del Araguaia (CISA) que permitirá montar un laboratorio de análisis clínicas en el Hospital Regional del Araguaia. El centro es responsable para atender un área equivalente a toda Cataluña, donde viven actualmente 20 mil personas, entre ellas, los Pueblos Karajá y Tapirapé.

El convenio, financiado gracias al apoyo del Fondo Catalán de Cooperación, hará posible que se puedan hacer análisis y tests en el mismo hospital, por lo que ya no será necesario enviar las muestras a la capital del estado, Cuiabá, a 1.200Km de São Félix do Araguaia, o depender de otros centros, con la consecuente demora y coste.

El nuevo laboratorio es más fundamental aún en este momento de pandemia pues, esta semana, Brasil pasaba de la dramática cifra de 600.000 personas muertas por la COVID19. De hecho, el país es el segundo del mundo en número de muertes, sólo superado por los Estados Unidos.

 

Interior de l'hospital regional de l'Araguaia, al poble de São Félix.

Fachada del hospital regional del Araguaia, en el pueblo de São Félix.

 

La pandemia ha dejado un Brasil muy afectado: No sólo a aquellos a los que les ha tocado vivir de cerca alguna muerte, sino a una sociedad que ha visto como su presidente minimizaba continuamente los efectos de la COVID19 mientras sufría la falta de camas en las UCIs, la falta de profesionales de la salud, el sufrimiento de familiares y amigos y, en muchos casos, la muerte de seres queridos.

En la región del Araguaia es fundamental invertir en métodos de diagnóstico que permitan detectar el virus de la COVID19 lo antes posible y evitar así los contagios.

De hecho, en la región del Araguaia, que tiene el tamaño de todo Portugal, hay un problema estructural: 10 plazas de UCI son las únicas disponibles para atender a las 150 mil personas que viven en ella. Además, con el pésimo estado de las carreteras, llegar hasta este hospital más grande significa hacer 6 u 8 horas en coche o dentro una ambulancia. Por ello es fundamental disponer de métodos de diagnóstico que permitan detectar virus como el de la SARS-COVID lo antes posible.

En este contexto, el nuevo laboratorio de análisis clínicos permitirá agilizar los diagnósticos de COVID19 y ayudará a disminuir los contagios.

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5 singularidades de la Prelatura (diócesis) de Casaldáliga

5 singularidades de la Prelatura (diócesis) de Casaldáliga

La Prelatura de São Félix do Araguaia fue creada el 13 de mayo de 1969 por la Bula Quo Commodius del Papa Pablo VI. Fue confiada por la Santa Sede al cuidado de la Congregación de los Hijos Misioneros del Inmaculado Corazón de María (claretianos). En un principio, Pedro Casaldáliga fue nombrado administrador apostólico de esta nueva «diócesis», hasta que en 1971 fue consagrado obispo.

Estas son algunas de las claves para conocer esta particular iglesia que se convertiría en un referente mundial de la lucha por la Justicia.

 

1. Del tamaño de un país

 

La Prelatura de São Félix do Araguaia cubre un área de casi 130.000 km2 dentro de la Amazonia Legal, en el noreste del estado de Mato Grosso, en la frontera con Pará y Tocantins. Se encuentra entre los ríos Araguaia y Xingu y tiene como columna vertebral la Serra do Rocandor, de sur a norte.

Si la región fuera un estado de la Federación, sería el decimoctavo en extensión, ya que tiene una superficie mayor que la de estados como Pernambuco o Santa Catarina. El espacio que ocupa la Prelatura de São Félix do Araguaia tiene una superficie mayor que la de países enteros como Portugal o Guatemala.

Los desplazamientos diarios están marcados por esta realidad de enormes distancias y escasas infraestructuras: una cita con el médico, una gestión en el banco o una visita a algún familiar es a menudo sinónimo de un viaje en autobús de 4, 6, 8, 10 o incluso 24 horas.

 

Pedro Casaldáliga, que casi siempre viajaba por la región en autobús, siempre decía que «en el autobús se pierde tiempo, pero se gana gente».

 

Mapa de la región de la Prelatura de São Félix do Araguaia

Mapa de la región de la Prelatura de São Félix do Araguaia

 

2. En el encuentro de dos de los biomas más biodiversos del mundo

 

La región que ocupa la Prelatura de São Félix do Araguaia tiene el privilegio de ser testigo de la rica transición de biomas desde el Cerrado hasta la Amazonia, lo que le confiere una diversidad única de formas de vida vegetal y animal, que se extiende desde las sabanas del Cerrado hasta la densa selva amazónica.

Es en medio de estos impresionantes y diversos paisajes donde se encuentra la Prelatura de São Félix do Araguaia. El majestuoso río Araguaia y su fauna salvaje, las tierras bajas inundadas con sus buritis, los imponentes bosques que anuncian la proximidad del Amazonas, esto es la Región de Araguaia. En medio de la abundancia de la transición del Cerrado al Amazonas, la región cuenta con varias especies autóctonas de frutas, hierbas y vides y el gusto popular por ellas. Son sabores únicos como la cagaita, la bacaba y la mangaba, que marcan la vida de las comunidades locales y forman parte de la cultura de los pueblos indígenas.

 

El modelo de desarrollo construido sobre la base del latifundio y apalancado por la concentración de la renta en manos de unos pocos ha conducido a una rápida depredación ambiental. Se calcula que se ha deforestado una superficie mayor que la de los estados de Alagoas o Sergipe o de países enteros como Haití o Bélgica.

 

Sin embargo, estos paisajes naturales compiten cada vez más con las nubes ardientes, los pastos monótonos y las inmensas plantaciones de soja. De hecho, el modelo productivo dominante se caracteriza por un uso extensivo de la tierra con escasa utilización de mano de obra para una producción poco diversificada y de bajo valor añadido, dirigida al mercado de fuera de la región.

 

El latifundio condiciona toda la región

Las enormes plantaciones (principalmente de soja) representan un crimen medioambiental y están provocando la pérdida de la diversidad ecológica, social y cultural del Araguaia.

 

3. Tierra de emigrantes y de mezcla cultural

 

Araguaia Xingu es una región situada en la «puerta» del Amazonas. Está situada entre dos de los mayores ríos de Brasil, que le dan su nombre, el Araguaia y el Xingu.

Al principio, los pueblos indígenas como los Karajá, los Tapirapé o los Xavante vivían principalmente de las riquezas naturales que existían. El asentamiento del «hombre blanco» tuvo lugar a partir de los años 50-60, con grupos de nordestinos y goianos que llegaron espontáneamente por la isla de bananal. Venían con sus animales, sus bueyes, aprovechando esa riqueza de pastos naturales. Esta inmensidad del mundo, del tamaño de un país, podía acoger a todos, indios y ocupantes ilegales, de forma poco conflictiva. La naturaleza era abundante y generosa.

 

El hombre de campo es víctima de la codicia ajena, de la inconsciencia de los patrones, de la explotación de los tres políticos que aparecen en la región de elección en elección (…). Esta persona desafortunada, sobrante de plagas y alimañas, vive en las sombras de un futuro incierto. A pesar de todo, siguen ganándose el pan de cada día, porque para ellos sólo hay dos derechos: el derecho a nacer y el derecho a morir.

 

Pedro Casaldáliga, 1971

 

Emigrantes en el poblado de Santa Terezinha

Viniendo del noreste en busca de tierras para vivir, las familias fueron ocupando el Araguaia

 

A partir de 1950, sin embargo, se redefinió la política de ocupación y colonización de Mato Grosso «con el objetivo de incorporar la frontera agrícola de la región a la economía nacional», con la intención de absorber los excedentes de población de otras regiones brasileñas, así como de ocupar tierras mediante la colonización privada. De esta manera, el gobierno privilegió la instalación de grandes latifundios cuyos propietarios eran, en la mayoría de los casos, empresarios del Centro-Sur, convirtiendo a Mato Grosso en el estado que presentaba la mayor concentración de proyectos de colonización privada en Brasil.

 

La gente llegaba de aquí y de allá en busca de tierra, trabajo, abundancia, vida. Los primeros llegaron del Sur, luego de Goiás-Tocantins, Minas Gerais, otras partes de Mato Grosso, del Norte y del Nordeste, en fin, de todos los rincones. Actualmente, hay unas 40 comunidades, la más cercana a 33 km del ayuntamiento (Confresa) y la más lejana a 110 km.

 

Equipo Pastoral de Confresa.

Periódico Alvorada, Mayo-Junio 2006.

 

La instalación de grandes haciendas, los proyectos de colonización y el crecimiento de los servicios públicos atrajeron a personas de todas las regiones de Brasil, que fueron ocupando la región. De hecho, hoy en día conviven en el Araguaia culturas muy diferentes, como las de los gauchos del sur, los nordestinos y, por supuesto, las diversas culturas de cada uno de los Pueblos Indígenas del Araguaia.

 

4. Patrimonio indígena y la cuna del nuevo indigenismo

 

Entre los ríos Xingu y Araguaia viven 21 mil indígenas de 22 grupos étnicos diferentes en 16 Tierras Indígenas.

Al principio, pueblos indígenas como los Karajá, los Tapirapé o los Xavante vivían principalmente de las riquezas naturales que existían. El asentamiento del «hombre blanco» se produjo con grupos de nordestinos y goianos que llegaron espontáneamente a través de Ilha do Bananal. Venían con sus animales, sus bueyes, aprovechando esa riqueza de pastos naturales. Esta inmensidad del mundo, del tamaño de un país, podía acoger a todos, indios y ocupantes ilegales, de forma poco conflictiva. La naturaleza era abundante y generosa.

 

Desde hace 500 años, “el indio es el que debe morir”. 500 años prohibidos para estos pueblos clasificados con un apodo genérico, sus identidades negadas, su vida diferente y alternativa criminalizada. 500 años de sucesivos imperios invasores y sucesivas oligarquías herederas de la dominación secular. 500 años bajo la prepotencia de una civilización hegemónica que ha ido masacrando cuerpos con armas y trabajo esclavo y almas con un dios exclusivo. Por economía de mercado, por política imperial, por religión impuesta, por bulas y decretos y ordenanzas pseudocivilizadas y pseudocivilizados.

 

Pedro Casaldáliga

Prólogo del libro Povos Indígenas aqueles que devem viver: Manifesto contra os decretos de extermínio, del CIMI.

 

Sin embargo, desde mediados del siglo XX, la región de Araguaia se ha ido incorporando gradualmente a la dinámica nacional: primero, a través de una migración espontánea de ocupantes ilegales que cruzaban el Araguaia en busca de pastos, y luego, de forma mucho más drástica, con la aplicación de diversas «políticas de colonización» impulsadas por el gobierno, que reconfiguraron definitivamente el perfil de la región.

 

Las Hermanitas de Jesús siguen con el pueblo Tapirapé

Aldea Tapirapé Tapi’itawa. Urubu Branco, Confresa. 1976

 

La Prelatura de São Félix do Araguaia ha tenido un papel determinante para que entendamos el indigenismo actual. Un caso paradigmático es la misión de vida de las Hermanitas de Jesús que convivieron con el pueblo Tapi’itawa durante más de 50 años sin ningún intento de evangelización, «conversión» y mucho menos de integración, y que permitieron la supervivencia de este pueblo en Araguaia.

Pero la acción local de las hermanitas y de tantos que dedicaron su vida a la Causa Indígena tuvo una dimensión nacional e internacional: su compromiso, su trabajo, su formación y su militancia activa están en la cuna de las políticas indígenas modernas y de las reivindicaciones indígenas que buscan la liberación.

 

5. «No olviden que aquí hubo sangre»: Una configuración social construida en la lucha

 

En la región de la Prelatura de São Félix do Araguaia, los conflictos violentos y los grandes crímenes ambientales involucran sobre todo a los pueblos indígenas y a los trabajadores rurales, como son los casos recientes de la Terra Indígena Marãiwatsédé, en Bom Jesus do Araguaia, o la ocupación sistemática de áreas demarcadas y homologadas que tiene lugar, por ejemplo, en la Tierra Indígena Urubu Branco, entre Santa Terezinha, Porto Alegre do Norte y Confresa.

Al mismo tiempo, la falta de políticas públicas realistas de apoyo a la Agricultura Familiar (en una región con 75 asentamientos) y la presión del agronegocio cerealista y ganadero, condenan a la mayoría de las familias rurales a una economía de subsistencia y a la precariedad de los servicios mínimos esenciales: la sanidad y la educación siguen siendo tremendamente insuficientes.

 

Teodomiro Monteiros dos Santos murió aquí, en São Félix, el 28 de julio (de 1970). Lo enterré yo mismo. Venía de la hacienda «Suiá-Missu», en un estado extremo de hepatitis, ya sin ninguna esperanza. Un caso como tantos otros que debería haber sido atendido mucho antes y enviado a Goiânia o Brasilia.

 

Pedro Casaldáliga

Esclavitud y feudalismo en el norte de Mato Grosso. Septiembre 1970

 

La agricultura familiar es una amenaza para el modelo agroindustrial

La familia de doña Lena, en el asentamiento de Dom Pedro, lucha cada día por sobrevivir en el campo. La Fundación apoya a su familia con asesoramiento y materiales para que pueda plantar.

 

Por esta razón, hoy en día, el término «conflictos de tierras» ha adquirido un significado mucho más amplio. No sólo se refiere a los tradicionales enfrentamientos, a veces bastante violentos, entre campesinos y terratenientes, o entre militantes sin tierra y fuerzas represivas del Estado que tuvieron lugar en la región de Araguaia en los años 70 y 80.

En la actualidad, el concepto abarca también los atrasos, impases y trabas gubernamentales y de los lobbys empresariales a la demarcación de las tierras indígenas y los desplazamientos de población debidos a megaproyectos, como, por ejemplo, la construcción de grandes centrales hidroeléctricas o la implantación de grandes explotaciones agrícolas o plantaciones de soja que obligan a desplazar a las familias.

Los enfrentamientos y la violencia del pasado, sin haber terminado todavía, han dado paso a la pobreza, a la marginación estructural y al racismo institucional del presente.

 

Un joven de São Félix contó su impresión profundamente impactada al ver a los peones, algunos de ellos casados, padres de familia, llorando en las orillas del Araguaia, en Santa Terezinha, y suplicando por compasión el paso en los barcos, para alejarse de las empresas…

 

Pedro Casaldáliga

Esclavitud y feudalismo en el norte de Mato Grosso. Septiembre 1970

 

En este sentido, conocer verdaderamente la región donde actúa la Prelatura de São Félix do Araguaia implica también ser consciente de que la realidad actual es el resultado de la lucha entre fuerzas opuestas: por un lado, los pequeños agricultores, las familias sin-tierra y los indígenas; por otro, los terratenientes, las empresas dedicadas al agronegocio, sus capataces y el propio Estado, que siempre se ha puesto del lado de los grupos dominantes.

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Este es el documento que cambió la Amazonía

Este es el documento que cambió la Amazonía

El mismo día de su ordenación como obispo, Pedro Casaldáliga publicó un amplio documento donde denunciaba la situación de esclavitud en que vivían la mayoría de los campesinos de la Amazonia. El documento también cuestionaba a la jerarquía de la iglesia y ponía nombre a los opresores … pronto la represión cayó sobre él y su equipo. Sin embargo, poco después aquel documento cambiaría la historia de la Amazonía.

 

El mismo día en que fue consagrado obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia, el 23 de octubre de 1971, Pedro Casaldáliga publicó la primera denuncia global sobre la situación en la Amazonia.

La carta pastoral «Una Iglesia de la Amazonía en conflicto con el latifundio y la marginación social» se convertiría en un documento histórico que, impreso clandestinamente y enviado a la mayoría de medios de comunicación brasileños, significó un punto de inflexión en la reivindicación y la defensa de los pueblos indígenas, de las familias de campesinos, del medio ambiente, de la situación de las mujeres y de la lucha por la tierra.

Era la primera vez que un obispo se posicionaba clara, abierta y públicamente sobre lo que pasaba en la Amazonia. Casaldáliga aportaba datos, estadísticas, casos y testigos concretos para poner nombre y apellidos a los explotadores. Era la primera vez que ese Brasil continental -que vivía de espaldas a la lejana Amazonia, era conocedora de la realidad de explotación y violencia que se estaba imponiendo en aquella región aislada.

Como decía Berta Camprubí en su artículo Pedro Casaldáliga, 90: Un día en la casa del obispo de los pobres , publicado en El Periódico de Cataluña:

 

En aquellos años, las tierras de Mato Grosso estaban dominadas por la superposición de títulos de propiedad, heredados principalmente de la Ley del suelo de 1850, que distribuía ilegalmente territorios ancestrales indígenas, creando grandes explotaciones, algunas de hasta 7.000 kilómetros cuadrados. Eran tierras de pistoleros, de abandono legal e institucional. Allí, la violencia era el método mediante el cual se resolvían todos los conflictos. Casaldáliga enterró a muchos campesinos sin tierra e indígenas en aquellos tiempos.

 

¿De qué hablaba concretamente el documento?

 

A lo largo de más de 80 páginas repletas de referencias a estudios sociológicos y antropológicos que puntualmente se habían hecho en aquella región, el documento pastoral del obispo Pedro analizaba con rigor la situación de esclavitud y violencia en que vivían los pueblos y las comunidades del Amazonas; denunciaba los problemas ambientales que comenzaban a percibirse como tales; y, sobre todo, ponía nombres y apellidos a los responsables del genocidio que los terratenientes estaban llevando a cabo con la complicidad del gobierno militar brasileño.

El documento recogía además testigos de la explotación, apuntando directamente los nombres de los responsables -algunos grandes propietarios de tierras- e informaba, sin intermediarios, de la situación de los sin-tierra, los indios y los trabajadores brazales.

 

Los primeros pioneros de la región son los llamados «posseiros» (personas que no tienen el título de propiedad de su tierra). Viven aquí desde hace 5, 10, 15, 20 y algunos hasta 40 años. Cultivando con los métodos más primitivos, plantando arroz, maíz, yuca. Agricultura de pura subsistencia. Criando ganado.
No hay asistencia sanitaria ni higiénica, no hay protección legal, ni hay medios técnicos disponibles. Se juntan en poblados pequeños, llamados «Patrimonios» (que el estado les venía como tierras vírgenes – Santa Terezinha, Porto Alegre, Cedrolândia, Pontinópolis) o esparcidos por el campo a una distancia de 12 a 20 km unos de otros.
Pedro Casaldáliga, 1971

 

En los años 60 y 70, la Amazonia era el vasto territorio que la dictadura brasileña se obsesionaba en «desarrollar«. Era el territorio «salvaje» al que la mayoría del país daba la espalda deseando mirar hacía la supuesta «modernidad». Una extensión equivalente a la mitad de toda Europa que el gobierno brasileño pretendía repartir entre sus amigos y las grandes empresas que apoyaban al régimen, aprovechando la falta de interés que despertaba.

Por eso, cuando casi nadie hablaba de la causa indígena; cuando la preocupación por el medio ambiente no estaba en la mesa de ninguna discusión; y cuando la extrema pobreza de los trabajadores rurales, a menudo esclavizados, era un tema alejado de cualquier foco de la prensa o de la Iglesia, esta Carta Pastoral de Casaldáliga sacudió el país, destapando su vergüenzas. Fue un golpe directo a la propaganda de la dictadura que vendia un país en «crecimiento, hacia el desarrollo». Por primera vez, se internacionaliza la crueldad de la situación económica, social y ambiental de la Amazonia.

¿Cuál fue el impacto del documento?

 

El documento tuvo que ser impreso fuera de la región del Araguaia por la fiel colaboradora de Casaldáliga, la hermana Irene Franceschini. Con estas palabras nos lo explica Martixu Ayuso, de la Fundación Pedro Casaldáliga:

 

Aquella mujer que, en plena dictadura, llevó la primera carta pastoral del Pedro Casaldáliga como obispo dentro de una caja envuelta en un pañuelo en un avión militar! Cuando se le preguntó qué llevaba, respondió «medicamentos, alguna ropa, cosas poco importantes … si desea abrirla …».

 

La carta-documento del obispo Pedro se hizo eco en la mayoría de periódicos y publicaciones de Brasil y provocó una revolución en plena represión militar.

En aquella época, los intereses económicos y los amigos del régimen se estaban repartiendo el centro-oeste del país a costa de los pueblos indígenas y del medio ambiente, y un obispo como Casaldáliga molestaba y ponía los focos mediáticos sobre la Amazonia.

 

Después de varios meses de rumores y calumnias, amenazas de arresto, de muerte, de «visitas» de la policía y el ejército federal, (…) la primera semana de septiembre, el señor Ariosto da Riva, padre y mentor de los terratenientes, acompañado de un sacerdote, se presentó al Señor Nuncio en Río [de Janeiro] para intentar evitar mi consagración [como obispo] …

 

Y es que, como afirma el sociólogo José de Souza Martins (1995), “el documento es uno de los más importantes de la historia social de Brasil” y eso no lo podían tolerar los militares y tampoco la complaciente jerarquía de la Iglesia.

 

En su carta pastoral de 1971, Casaldáliga propone una nueva manera de ver esta [sobreexplotación y falta de derechos de los trabajadores rurales], hace una denuncia larga y dura e inicia una trabajo pastoral consistente en la Prelatura que empieza primero desnaturalizando esta violencia y luego construyendo una red de solidaridad entre los trabajadores migrantes y la iglesia local.
Lucilene Aparecida Castravechi. XXVII Simposio Nacional de Historia. Natal 2013.

 

«Después de la publicación de esta carta-documento, que se hizo eco en la Iglesia, interna y externamente, otros documentos del mismo carácter comenzaron a aparecer en diferentes regiones brasileñas. De los obispos del noroeste llegó el texto “He oído los gritos de mi pueblo”, en 1973. El mismo año, los obispos y misioneros del Amazonas publicaron el documento urgente “Y-Juca-Píramo. El indígena: aquel que debe morir”.

Desde el oeste del país, sus obispos publicaron también el texto “Marginación de un pueblo, el clamor de las iglesias” en 1974.

Pero no sería hasta casi 10 años después de la denuncia de Casaldáliga, en 1980, que la CNBB [la Conferencia Episcopal Brasileña] se manifestaría oficialmente ante la situación que se estaba viviendo en la Amazonía. El documento titulado “La iglesia y los problemas de tierra” «analizaba y denunciaba los impactos del desarrollo capitalista en el campo brasileño», nos cuenta Marco António Mitidero, de la Universidad Federal de Sergipe.

Lea el texto del documento original, traducido al castellano

 

Le dejamos la carta-documento en castellano, traducida por Alfonso Pombo Fernández y cortesía de SERVICIOS KOINONÍA: «Una Iglesia de la Amazonía en conflicto con el latifundio y la marginación social».

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