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Los 6 princípios de la mística de Casaldáliga

Los 6 princípios de la mística de Casaldáliga

Los 6 princípios de la mística de Casaldáliga

Los comentarios –cautelosos o apocalípticos o clarividentes- acerca de la coyuntura proliferan, estos días, en los medios de comunicación. No voy a repetir “lo obvio aullante”. El problema está en saber leer la coyuntura a la luz de los signos de los tiempos, descubriendo causas, intereses, “efectos colaterales”, juegos de vida o muerte para la familia humana.

21 de enero de 2020

La obra de Pedro Casaldáliga

En esta hora kairós de mundialización y de madurez de conciencia, que es, simultáneamente, una hora nefasta de nuevas prepotencias, de macrodictaduras, de fundamentalismos y de radicalizaciones, se nos impone, como un don y como una conquista, el diálogo, interpersonal, intercultural, ecuménico y macroecuménico.

Un diálogo de pensamientos, de palabras y de corazones.

No la mera tolerancia, que se parece demasiado a la guerra fría, sino la convivencia cálida, la acogida, la complementariedad.

Esos procesos de cambio, que son sueño y misión, reclaman de todos nosotros y nosotras, cristianos o no, una fuerte espiritualidad, una mística de vida.

Cada cual la vivirá según la respectiva fe, pero sin esa espiritualidad no se hace camino.

Pensando en ello, y a raíz del retiro espiritual que celebramos cada año, el equipo pastoral de la Prelatura, a orillas del Araguaia, en aquel cerro acogedor de Santa Terezinha, yo resumía así esa espiritualidad, tan nueva y tan antigua, como espiritualidad de:

1. Contemplación confiada

 

Abriéndose más gratuitamente al Dios Abbá, que es, por autodefinición suprema, misericordia, amor.

Una contemplación, más necesaria que nunca en estos tiempos de eficiencias inmediatas y de visibilidades

Confiada, digo, porque tengo la impresión de que vuelve –o quizás nunca se fue- la religión del miedo, del castigo, de la prosperidad o del fracaso, según como uno se las haya con Dios. Nos falta, pues, confianza filial, infancia evangélica, la descontraída libertad de los pequeños del Reino.

 

2. Coherencia testimoniante

 

Ya se ha repetido hasta la saciedad que vivimos en la civilización de la imagen; que el mundo quiere «ver».

El testimonio fue siempre una especie de definición del ser cristiano: “seréis mis testigos”, decía Él por toda recomendación, por todo testamento.

Y ese testimonio, hoy más que nunca, cuando todo se ve y todo se sabe, ha de ser coherente, sin fisuras, en la vida personal y en la gestión estructural de la Iglesia (que podrá ser una Iglesia católica o evangélica, el Vaticano, una diócesis, una congregación religiosa, una comunidad).

Veracidad y transparencia pide el mundo, tan sometido a la mentira y a la corrupción.

 

3. Convivencia fraterno-sororal

 

A eso se reduce el mandamiento nuevo. Este es el mayor desafío, y el más cotidiano para las personas, para las comunidades, para los pueblos.

Convivir, no coexistir apenas; convivir cariñosamente en fraternura y sororidad; no sólo en tolerancia mutua. Ayudar a hacer agradable la vida.

Ser sal de la tierra debe de significar eso también…

 

4. Acogida gratuita y servicial

 

Capacidad de encuentro y de diaconía. No solamente bajarse del burro y atender al caído cuando por casualidad uno se lo encuentra a la orilla del camino, sino hacerse encontradizo.

Acoger a veces sólo con una palabra o una sonrisa, pero acoger siempre, gratuitamente. Hacer de todos los ministerios y de todas las profesiones aquel servicio desinteresado y generoso que nos proponía el Señor que no vino a ser servido sino a servir.

Es más fácil celebrar una Eucaristía ritual que ejercer el lavapiés comprometido.

 

5. Compromiso profético

 

Sigue siendo la hora y quizá más que nunca de comprometerse proféticamente contra el dios neoliberal de la muerte y la exclusión y a favor del Dios del Reino de la Vida y de la Liberación.

Hay que sacar de la fe todo su jugo político. Hay que vivirla militantemente, transformadoramente.

Hacer de la profecía una especie de hábito connatural -fruto específico del bautismo para los cristianos y cristianas- de denuncia, de anuncio, de consolación.

La caridad sociopolítica es la forma de caridad más estructural. Va a las causas, no sólo a los efectos. Cuida la Vida. Transforma la Historia. Hace Reino.

 

6. Esperanza pascual

 

Después de “la muerte de Dios” y “la muerte de la Humanidad”, en esa posmodernidad fácilmente sin sentido y ya en el “final de la historia”, parece que la esperanza no tiene mucho que hacer. ¡Hoy más que nunca se impone la esperanza! Ella es la virtud de los “después de”.

“Contra toda esperanza” (productivista, consumista, inmediatista, pasiva), esperamos.

Debemos proclamar humildemente pero sin complejos nuestra esperanza pascual y escatológica. Y debemos hacerla creíble aquí y ahora. Porque esperamos, actuamos. El tiempo y la historia son el espacio sacramental de la esperanza.

 

Pedro Casaldáliga, Carta Cirular de 2002.

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Deja la curia Pedro

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17 de diciembre de 2019

Pedro Casaldáliga

DEJA LA CURIA, PEDRO

Deja la curia, Pedro,
desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables
por palabras de vida, temblorosas.

Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.

La túnica inconsútil es esta humilde carne destrozada,
el llanto de los niños sin respuesta,
la memoria bordada de los muertos anónimos.

Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
En la pulcra jofaina Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.

El Pueblo es sólo un «resto»,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos sólo entre guardias y príncipes.
Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres
y erguir la Cruz, desnuda de certezas,
y quebrantar la losa—ley y sello— del sepulcro romano,
y amanecer
de Pascua.

Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.

¡No nos conturbes más!
Como Lo amas,
ámanos,
simplemente,
de igual a igual, hermano.
Danos, con tus sonrisas, con tus lágrimas nuevas,
el pez de la Alegría,
el pan de la Palabra,
las rosas del rescoldo…
…la claridad del horizonte libre,
el Mar de Galilea ecuménicamente abierto al Mundo.

Pedro Casaldáliga, 1983.

 

La cristología poética de Pedro Casaldáliga

Texto extraído del trabajo de Michael P. Moore, para la Facultad de Teología, Universidad del Salvador San Miguel, Argentina.

«Proféticamente crítico con la jerarquía eclesiástica, ¡de la cual él forma parte!, en otro audaz poema, dedicado a Juan Pablo II, titulado “Deja la curia, Pedro”, lo invita, a él, a sus sucesores…, a la Iglesia toda, a descentrarse, desinstalarse y a marchar hacia los nuevos Getsemaníes.

Deja la curia, Pedro, desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables por palabras de vida, temblorosas.
Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.

Nótese que “Maestro” y “Pobres”, el nombre de Dios hecho hombre y el nombre del oprimido, ambos sin confusión, pero sin separación, están escritos con mayúsculas. Y casi como una súplica exhorta a Pedro, a los pastores, a mantener viva la utopía de Jesús de Nazaret y de su reino de colores precisos.

Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.

Y pide a la Iglesia que no sea cómplice de los imperialismos que oprimen a los más pobres, en un escenario movible de los palacios de Pilatos y Caifás a nuestro continente empobrecido.

Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
En la pulcra jofaina, Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.
El Pueblo es solo un “resto”,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos solo entre guardias y príncipes.

Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres.

Complicidad eclesial que, dolorosamente, recuerda en la vida, y la muerte, de Mons. Romero:

¡Pobre pastor glorioso,
abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa…!
(Las curias no podían entenderte:
ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo)

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30 de julio: llegamos a un mundo sin retorno

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Casaldáliga llegó a la Amazonia brasileña el 30 de julio de 1968. Nunca volvió a Cataluña. Este es un fragmento de su testimonio escrito por él mismo y algunas de las primeras imágenes que tenemos de su llegada a la región de Araguaia.

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Canción de la hoz y el haz

Canción de la hoz y el haz

Canción de la hoz y el haz

Con un callo por anillo,
monseñor cortaba arroz.

¿Monseñor «martillo
y hoz»?

Me llamarán subversivo.
Y yo les diré: lo soy.
Por mi pueblo en lucha, vivo.
Con mi pueblo en marcha, voy.

Tengo fe de guerrillero
y amor de revolución.
Y entre Evangelio y canción
sufro y digo lo que quiero.
Si escandalizo, primero
quemé el propio corazón

al fuego de esta Pasión,
cruz de Su mismo Madero.

Incito a la subversión
contra el Poder y el Dinero.

Quiero subvertir la Ley
que pervierte al Pueblo en grey
y al Gobierno en carnicero.
(Mi Pastor se hizo Cordero.
Servidor se hizo mi Rey).

Creo en la Internacional
de las frentes levantadas,
de la voz de igual a igual
y las manos enlazadas…
Y llamo al Orden de mal
y al Progreso de mentira.

Tengo menos paz que ira.
Tengo más amor que paz.

…Creo en la hoz y en el haz
de estas espigas caídas:
¡una Muerte y tantas vidas!
¡Creo en esta hoz que avanza
—bajo este sol sin disfraz
y en la común Esperanza—
tan encurvada y tenaz!

Pedro Casaldáliga, abril de 1972.

 

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El mundo vuelve a empezar

El mundo vuelve a empezar

El mundo vuelve a empezar

Mural de la Iglesia de la comunidad de Santa Terezinha, en el Araguaia. Representa el pueblo siendo engulido por el capital y la avaricia. Fue pintado por el claretiano Maximino Cerezo Barredo.

A continuación pueden leer un trecho de la Carta Circular de 2002, de Pedro Casaldáliga. Titulada «El mundo vuelve a empezar», la Carta nos daba pistas para adentrárnos en el Siglo XXI. Éstas tienen que ver con la mística.

Mística para el camino

Esos procesos de cambio, que son sueño y misión, reclaman de todos nosotros y nosotras, cristianos o no, una fuerte espiritualidad, una mística de vida.

Cada cual la vivirá según la respectiva fe, pero sin esa espiritualidad no se hace camino. Pensando en ello, y a raíz del retiro espiritual que celebramos cada año, el equipo pastoral de la Prelatura, a orillas del Araguaia, en aquel cerro acogedor de Santa Terezinha, yo resumía así esa espiritualidad, tan nueva y tan antigua, como espiritualidad de:

1. Contemplación confiada

Abriéndose más gratuitamente al Dios Abbá, que es, por autodefinición suprema, misericordia, amor. Una contemplación, más necesaria que nunca en estos tiempos de eficiencias inmediatas y de visibilidades. Confiada, digo, porque tengo la impresión de que vuelve –o quizás nunca se fue- la religión del miedo, del castigo, de la prosperidad o del fracaso, según como uno se las haya con Dios.

Nos falta, pues, confianza filial, infancia evangélica, la descontraída libertad de los pequeños del Reino.

2. Coherencia testimoniante

Ya se ha repetido hasta la saciedad que vivimos en la civilización de la imagen; que el mundo quiere «ver». El testimonio fue siempre una especie de definición del ser cristiano: “seréis mis testigos”, decía Él por toda recomendación, por todo testamento.

Y ese testimonio, hoy más que nunca, cuando todo se ve y todo se sabe, ha de ser coherente, sin fisuras, en la vida personal y en la gestión estructural de la Iglesia (que podrá ser una Iglesia católica o evangélica, el Vaticano, una diócesis, una congregación religiosa, una comunidad). Veracidad y transparencia pide el mundo, tan sometido a la mentira y a la corrupción.

3. Convivencia fraterno-sororal.

A eso se reduce el mandamiento nuevo. Este es el mayor desafío, y el más cotidiano para las personas, para las comunidades, para los pueblos.

Convivir, no coexistir apenas; convivir cariñosamente en fraternura y sororidad; no sólo en tolerancia mutua. Ayudar a hacer agradable la vida. Ser sal de la tierra debe de significar eso también…

4. Acogida gratuita y servicial.

Capacidad de encuentro y de diaconía. No solamente bajarse del burro y atender al caído cuando por casualidad uno se lo encuentra a la orilla del camino, sino hacerse encontradizo. Acoger a veces sólo con una palabra o una sonrisa, pero acoger siempre, gratuitamente.

Hacer de todos los ministerios y de todas las profesiones aquel servicio desinteresado y generoso que nos proponía el Señor que no vino a ser servido sino a servir. Es más fácil celebrar una Eucaristía ritual que ejercer el lavapiés comprometido.

5. Compromiso profético.

Sigue siendo la hora y quizá más que nunca de comprometerse proféticamente contra el dios neoliberal de la muerte y la exclusión y a favor del Dios del Reino de la Vida y de la Liberación. Hay que sacar de la fe todo su jugo político. Hay que vivirla militantemente, transformadoramente. Hacer de la profecía una especie de hábito connatural -fruto específico del bautismo para los cristianos y cristianas- de denuncia, de anuncio, de consolación. La caridad sociopolítica es la forma de caridad más estructural. Va a las causas, no sólo a los efectos. Cuida la Vida. Transforma la Historia. Hace Reino.

6. Esperanza pascual

Después de “la muerte de Dios” y “la muerte de la Humanidad”, en esa posmodernidad fácilmente sin sentido y ya en el “final de la historia”, parece que la esperanza no tiene mucho que hacer. ¡Hoy más que nunca se impone la esperanza! Ella es la virtud de los “después de”. “Contra toda esperanza” (productivista, consumista, inmediatista, pasiva), esperamos.

Debemos proclamar humildemente pero sin complejos nuestra esperanza pascual y escatológica. Y debemos hacerla creíble aquí y ahora. Porque esperamos, actuamos. El tiempo y la historia son el espacio sacramental de la esperanza.

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Escapando de la represión en el Araguaia

Escapando de la represión en el Araguaia

Escapando de la represión en el Araguaia

Texto elaborado a partir do trabalho de Marluce Scaloppe, da UFMT: Jornal Alvorada: registro e história das lutas do povo do Araguaia em tempos de ditadura.

Cuando se inauguró el periódico Alvorada en 1970, los medios de comunicación en Brasil vivían bajo una fuerte censura impuesta por las autoridades militares.

La censura a la prensa también cayó sobre la Iglesia progresista, de dos formas: la censura de la acción y de los pronunciamientos de obispos y religiosos; y la censura en los medios de comunicación de las diócesis de todo el país.

Los militares por un lado y las jerarquías por otro, controlaban lo que se decía, lo que se hacía y lo que se publicaba.

Sin embargo, los sectores progresistas de la Iglesia Católica, uniéndose y articulándose con movimientos populares e izquierdistas, declararon la resistencia a los gobiernos militares y, poco a poco, fueron asumiendo un importante papel político en Brasil.

Es en este contexto, la recién creada Prelatura de São Félix do Araguaia, decide crear el primer medio escrito de la Amazonía, el periódico ALVORADA. Hoy, 49 años después y con frecuencia bimestral, todavía se imprimen y distribuyen 2.000 copias.

Efectivamente, el nacimiento del periódico se da en un momento en que algunos líderes episcopales, alentados por la CELAM, en Medellín, empiezan a adoptar prácticas «liberadoras», muchas veces en contra de la jerarquía eclesiástica y siempre en contra de la dictadura.

Por eso, la aparición de radios comunitarias, revistas populares, circulares o periódicos se extiende a través de las diversas diócesis y prelaturas del país como una forma de oposición y de posición al lado de los más pobres.

Así, desde su creación, el periódico Alvorada se configuraría como el principal vehículo de comunicación entre las gentes del Araguaia: una área de aproximadamente 150.000 km² en el noroeste de Mato Grosso, en la Amazonía brasileña, contaba con el primer medio de comunicación popular escrito.

Por aquel entonces, en el «valle de los olvidados», como lo llaman los lugareños, no había teléfono, televisión, radio ni oficina de correos. Ni siquiera había electricidad. El periódico, leído muchas veces en comunidad, a la luz de velas, por los pocos que sabían leer, se transformaría en un medio de comunicación de referencia para el Araguaia.

ALVORADA en la tierra y en nuestras vidas.
Sol que abrasa y lluvia fuerte sobre el Araguaia.
El Araguaia lo trae todo en tu oleaje,
basta con saber mirar.

El verano seco de persecución
nos ha herido, dolido y enseñado.
Pero quien tiene coraje y Esperanza está de pie.
ALVORADA viene a decirnos que la vida continúa,
ALVORADA es un momento de conversación entre nosotros,
somos el Pueblo de Dios,
que se ha derramado en este campo, entre el Araguaia y el Xingu.

Periódico Alvorada, edición de enero de 1974

Hasta fines de la década de 1970, varias personas de la Prelatura colaboraban en los escritos y la elaboración del periódico. En primera línea siempre, la presencia del obispo Dom Pedro Casaldáliga, la hermana Irene, el padre Falieiro (que hizo las ilustraciones del periódico) y un grupo de jóvenes agentes pastorales, entre ellos Pontim y Moura.

El periódico ALVORADA para nosotros, para muchas personas en São Felix es como la Biblia, ¿entiendes? Sólo estamos seguros … si recibimos algunas noticias aquí en Mato Gosso […] en la Cadena Globo […] prestamos atención, pero solo estaremos seguros, solo lo confiaremos cuando salga en el Alvorada. Así que considero que, para mí y para muchos, leer el ALVORADA es como si fuera la Biblia, ¿entiendes? Por lo tanto, es algo sagrado para nosotros.

Lindaura Paiva

Hasta los días de hoy, el periódico ALVORADA está hecho con un lenguaje sencillo, próximo; y tiene muchas fotos e ilustraciones, especialmente del pintor Cerezo Barredo , el pintor de la liberación.

Todas las actividades de la Prelatura tienen un espacio importante, así como la información, la difusión y la formación permanente. Contiene una página de formación bíblica y otras de salud y educación, así como otras que tratan los problemas sociales históricos de la región. [ Gonzaga, Agnaldo Divino ]

En una región, todavía marcada por las necesidades y las distancias que dificultan la comunicación, el periódico ALVORADA es un vehículo de unión y comunión importante.

Crónica de un periodo histórico oscuro, la publicación nos muestra la voz del pueblo entre el pueblo. La voz de la gente hablándole a su gente.

Además, actualmente, también se distribuye en varias regiones de Brasil y en otros países. [ Gonzaga, Divino Agnaldo ]

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Las obras de Casaldáliga en Internet

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Con más de 50 obras publicadas y centenares de entrevistas concedidas, Pedro Casaldáliga es también comunicación.

Desde siempre ha manifestado su primera voluntad de dedicarse al periodismo y, de hecho, fue director de dos revistas en su juventud, una en Sabadell y otra en Madrid, durante su formación.

Pedro Casaldáliga es también poeta. Ha escrito más de 200 poemas que constituyen una de las formas más profundas de conocer al autor, sus convicciones, sus creencias y su visión del Mundo.

Cómo acceder a su biblioteca

Con motivo de su 90 cumpleaños, José María Vigil y José María Concepción, amigos de Pedro, pusieron en marcha un nuevo portal online con toda su biografía y escritos, disponible para descarga de modo gratuito.

Se trata de libros, artículos, poemas y otros escritos e intervenciones de Pedro Casaldáliga, que se han subido y se están subiendo a este portal, de manera que su obra quede a disposición de toda persona interesada en la labor de este misionero claretiano barcelonés.

Acceder es muy fácil.

Todos los contenidos están almacenados en la plataforma Academia.edu, y Pedro Casaldáliga tiene su propio sitio allí.

Se pueden ver los títulos, descargarlos, comentarlos online con otras personas, hacerse seguidor del portal y recibir notificaciones, etc.

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