El pueblo en el que nació Pedro Casaldáliga profundiza en su legado con un trabajo escolar y una matinal para recordar la lucha del obispo y espolear el seguimiento de su testigo.
El pueblo de Balsareny continúa profundizando en su conocimiento sobre la tarea y la huella que Pedro Casaldáliga ha dejado.
Esta vez, la Fundación Pedro Casaldáliga y las entidades sociales y educativas del pueblo han organizado dos actos populares para acercar la figura del obispo a la ciudadanía y conocer con más profundidad su tarea en América Latina.
Una actividad escolar para profundizar en el conocimiento del trabajo concreto de Casaldáliga
El viernes 3 de diciembre, la Escola Guillem organizó una charla de la brasileña Zilda Martins, colaboradora de la Fundación Pedro Casaldáliga, nacida en el Araguaia y responsable del Archivo del obispo entre 2013 y 2017.
La Escuela Guillermo de Balsareny profundiza en la figura y el legado del Obispo Pedro Casaldáliga.
Los niños y niñas de 4º de ESO se mostraron muy activos e interesados, haciendo muchas preguntas y queriendo saber muchas cosas de la vida del obispo y de la región donde vivió más de 50 años.
Zilda pudo explicar en primera persona como era Pedro Casaldáliga, como actuaba y qué hacía en su día a día. También pudo acercar a los alumnos la realidad de São Félix do Araguaia, haciéndolos conscientes de las dificultades en materia de educación o salud que todavía se sufren en aquella región de la Amazonia.
Los niños y niñas de 4º de ESO se mostraron muy activos e interesados, haciendo muchas preguntas y queriendo saber muchas cosas de la vida del obispo y de la región donde vivió más de 50 años.
Una matinal popular para recordar la lucha de Casaldáliga
Posteriormente, el miércoles 8 de diciembre, a pocos días de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, más de 100 personas participaron de la matinal para recordar el obispo y apelar por la continuidad a su trabajo.
Mural a favor de los derechos humanos que se pintó ayer por la mañana y que después se colgó al campanario.
Tal como relata Queralt Casals, del diari Regió7, en su edición del 9 de diciembre de 2021:
Las causas de Casaldáliga y su legado fueron presentes a la jornada de la mano del activista social y periodista David Fernández y del miembro de la Fundación Pedro Casaldáliga Raul Vico, que glosaron la figura del que fue y continúa siendo un símbolo de la lucha para combatir las desigualdades sociales.
El nombre de Pedro Casaldáliga, que murió el agosto del año pasado, está intrínsecamente ligado en la lucha por los derechos humanos. El obispo de Balsareny dedicó su vida a trabajar por los derechos de los pueblos campesinos e indígenas de la Amazonia brasileña. Su pueblo natal quiso recoger ayer su testigo universal en una matinal organizada por la Fundación Pedro Casaldáliga, el Círculo Cultural de Balsareny y el Centro Instructivo y Recreativo, que tuvo lugar en el Casino [Centro Social] del pueblo. La jornada empezó con un almuerzo que destinará la recaudación a proyectos solidarios de la fundación y todos los niños que lo desearon pudieron dar color a un mural en favor de los derechos humanos que se colgó en el campanario de la iglesia.
David Fernández y Raul Vico en un momento de la explicación.
Casaldáliga hoy, en la vigilia de la celebración del Dia Mundial de los Derechos Humanos del año 2021, es la mejor enmienda al mundo injusto de nuestros días y al mismo tiempo el mejor antídoto contra la peor versión de nosotros mismos.
David Fernàndez
El plato fuerte de la matinal llegó con la charla. Por su parte, David Fernández, que reconoció que a Casaldáliga «no lo he conocido nunca y es como si lo conociera de siempre», lo definió como «un referente de que las cosas se pueden hacer diferente». El activista social aseguró que «Casaldáliga hoy, en la vigilia de la celebración del Dia Mundial de los Derechos Humanos del año 2021, es la mejor enmienda al mundo injusto de nuestros días y al mismo tiempo el mejor antídoto contra la peor versión de nosotros mismos.». En la misma línea, el exdiputado de la CUP añadió que «Pedro es por suerte hoy el nuestro otro mundo posible y nuestra utopía necesaria y practicable contra todos los tiranos y ladrones» y apeló al compromiso con sus causas «que al final son todas las causas del mundo que tienen algo a ver con la dignidad humana».
Los actos fueron organizados por la Fundación Pedro Casaldáliga, el Círculo Cultural de Balsareny y el Centro Instructivo y Recreativo, y tuvieron lugar al Casino [Centro Social] de Balsareny.
Casaldáliga no fue el obispo de los pobres, fue el obispo de la subversión, que puso boca abajo la sociedad del Araguaia, el poder político y la dictadura brasileña y fue construyendo una nueva sociedad.
Raul Vico
A su vez, Raul Vico, que sí que conoció de cerca a Casaldáliga, con quién trabajó activamente en São Félix do Araguaia, contextualizó la tarea del obispo en defensa de los pueblos indígenas. A su entender «no fue el obispo de los pobres, fue el obispo de la subversión, que puso boca abajo la sociedad de la Araguaia, el poder político y la dictadura brasileña y fue construyendo una nueva sociedad».
Balsareny tiene mucho más que un obispo, una persona avanzada a su tiempo.
Raul Vico
Por todo ello, el asesor del ONG brasileña ANSA dijo que «Balsareny tiene mucho más que un obispo, tiene una persona avanzada a su tiempo que percibió con su visión profética cuáles eran las luchas esenciales para hacernos más humanos a nosotros individualmente y como sociedad». Por eso, animó a los asistentes a «mirar más allá de la figura del obispo» y a «mantener limpio el camino que él ha abierto».
Estas son algunas de las actitudes profundas, urgentes y necesarias, que surgen de otra visión sistémica, totalmente ecológica, que puede ayudar a salvar la vida y el planeta. Las cumbres o los ténues compromisos entre países olvidan que es necesario un cambio de paradigma, un cambio de marco de pensamiento, un profundo cambio de sistema.
1. SUPERAR EL AMBIENTALISMO
En general, muchas personas, empresas, ONGs y Gobiernos están preocupados/as por el ambiente, por la ecología; son lo que solemos llamar «ambientalistas»: están comprometidos en cuidar el ambiente, la naturaleza, el planeta… Llamamos «ambientalismo» a esa actitud, que afortunadamente ha ido creciendo en los años pasados. Pero ahora se nos pide ir más allá del ambientalismo y pasar a una actitud de «ecología integral»… ¿Cuál es la diferencia entre las dos actitudes?
El ambientalismo, una actitud ecológica incompleta
Los «ambientalistas» estrictamente tales actúan como bomberos, apagando fuegos: hoy piden que un parque sea declarado nacional, mañana protestan contra la construcción de una represa, pasado mañana contra una mina… Está muy bien lo que hacen, y es necesario hacerlo, pero no basta, no resuelve los problemas; simplemente cura síntomas, pone parches, pero permite que el problema principal, la causa más profunda, continúe ahí.
Los Pueblos Indígenas son un ejemplo de cambio de paradigma. De vida Humana que se confunde con el Planeta.
Este ambientalismo superficial identifica los problemas en aquello que impide el funcionamiento de la «sociedad moderna desarrollada» (agotamiento o contaminación de los recursos, desastres…). Confía en que las soluciones tecnológicas podrán mantener los daños dentro de límites soportables. No se le ocurre cuestionar el mito del desarrollo ilimitado, del crecimiento económico constante…
Mentalmente, el ambientalismo continúa dentro del sistema, es deudor de la misma mentalidad que ha causado los problemas ecológicos. Propone una política de soluciones que no cortan el mal, sino que simplemente tratan de aliviar sus consecuencias, y con ello lo prolongan…
Es decir, mentalmente, el ambientalismo continúa dentro del sistema, es deudor de la misma mentalidad que ha causado los problemas ecológicos. Propone una política de soluciones que no cortan el mal, sino que simplemente tratan de aliviar sus consecuencias, y con ello lo prolongan…
La actitud ecológica radical
Otra actitud es la radical, porque quiere ir a la raíz del problema. Las varias corrientes ecológicas que aquí se agrupan coinciden en identificar esa raíz en las ideas y representaciones que han posibilitado la depredación de la naturaleza y han llevado al mundo occidental hacia la autodestrucción. Ésta es la raíz del problema, porque es la raíz del sistema que lo ha causado.
Por eso, estos ecologistas proponen luchar por un cambio en las ideas profundas que sostienen nuestra civilización y configuran nuestra forma de relación con la naturaleza, relación que nos ha llevado al desastre actual y a la posible catástrofe.
La actitud ecológica radical implica una crítica a los fundamentos culturales de Occidente. Cuestiona fundamentalmente:
a) La primacía absoluta que damos a los criterios económico-materiales para medir la felicidad y el progreso; la creencia en la posibilidad de un crecimiento constante e ilimitado tanto en economía como en comodidades y en población humana, como si no hubiera límites o no los estuviéramos ya sobrepasando;
b) La creencia de que la tecnología y el crecimiento solucionarán todos los problemas;
c) El absurdo de una economía que todo lo cuantifica menos los costos ecológicos, y sobre todo, la ignorancia crasa sobre la complejidad de la vida, la sacralidad de la materia y la fuerza espiritual del Universo.
Si no erradicamos la forma de pensar que es la causa de que estemos destrozando el planeta, no servirán de mucho las actitudes ambientalistas, apagando los fuegos causados por esa mentalidad.
Esta forma tradicional de pensar, este viejo paradigma, que tiene raíces filosóficas y hasta religiosas, es lo que nos ha puesto históricamente en guerra contra la naturaleza, contra la biodiversidad, contra los bosques, los ríos, la atmósfera, los océanos…
Sólo cambiando esa vieja forma de pensar nos podremos reconciliar con el planeta. Si no erradicamos la forma de pensar que es la causa de que estemos destrozando el planeta, no servirán de mucho las actitudes ambientalistas, apagando los fuegos causados por esa mentalidad, dejando que siga en pie la mentalidad vieja, haciendo desastres ecológicos todos los días.
Incendio en la región del Araguaia provocado para quemar la selva y “abrir” nuevas áreas para el ganado.
Una visión holística
Todo ello es una visión nueva, no antropocéntrica, sino holística: miramos ahora desde el todo (naturaleza), y no desde la parte (el ser humano).
Y creemos en la primacía del todo sobre la parte. El ser humano necesita de la Naturaleza para subsistir, la Naturaleza se las arregla muy bien sin el ser humano.
El humanismo clásico postulaba que el ser humano era el único portador de valores y significado, y que todo lo demás era materia bruta a su servicio… Ha sido una visión gravemente equivocada, que nos ha puesto en contra de la naturaleza, y que ha de ser erradicada.
Sólo si abordamos una «reconversión ecológica» de nuestros estilos de vida, de nuestra mentalidad, incluso de nuestra espiritualidad… estaremos en capacidad de «volver a nuestra Casa Común», a la Naturaleza, de la que, indebidamente, nos autoexiliamos en algún momento del pasado.
Captar estos motivos más profundos, los motivos que van a la raíz, descubrir la ecología como camino integral de sabiduría para nuestra propia realización personal, social y espiritual, eso es lo que significa llegar a descubrir la «ecología integral». Con ella podremos vivir en plenitud la comunión y la armonía con todo lo que existe, y con todo que somos, sabiéndolo y saboreándolo, de una manera integralmente ecológica, sin quedarnos en actitudes cortas, simplemente ambientalistas, a medio camino.
Sólo si abordamos una «reconversión ecológica» de nuestros estilos de vida, de nuestra mentalidad, incluso de nuestra espiritualidad… estaremos en capacidad de «volver a nuestra Casa Común», a la Naturaleza, de la que, indebidamente, nos autoexiliamos en algún momento del pasado.
2. ADOPTAR UNA NUEVA COSMOLOGÍA
El mundo que hoy conocemos es totalmente diferente del mundo en el que pensábamos que estábamos. Si somos unos «seres-en-el-mundo», la ciencia nos ha transformado, porque nos hace conscientes de que estamos en otro mundo. Y este otro mundo no sólo se diferencia en sus dimensiones (infinitamente mayores en espacio, en tiempo), sinó en su historia, y sobre todo en su naturaleza y en su complejidad. Es «otro mundo». Y por eso, nosotros, que somos parte y fruto de esta nueva visión del mundo, resultamos ser otra cosa que lo que pensábamos.
Desde esta nueva visión que la ciencia hace posible hoy día –por primera vez en la historia de la humanidad– es preciso ahora «re-convertirlo todo», replantear y reformular todo lo que hasta ahora creíamos: nuestra idea del mundo, del cosmos, de la materia, de la vida, de nosotros mismos, de lo espiritual… Todo es diferente desde la nueva visión.
Nos tenemos que reinventar, reconvirtiéndolo todo, desde la nueva visión de la ecología integral.
3. TENER UNA NUEVA VISIÓN DEL MUNDO
Las personas y la sociedad son deudoras de la visión tradicional del mundo, que lo concebía como un aglomerado de objetos (no como una comunidad de seres vivos ni, mucho menos, como un cuasi-organismo vivo).
Durante los últimos siglos ha sido enteramente dominante la división cartesiana de la realidad en cosas materiales, extensas (físicas, inanimadas, materiales, organizadas mecánicamente) y entidades espirituales, pensantes, con conciencia, incorpóreas.
Todo el mundo extenso estaría compuesto de materia, esa realidad física compacta, inanimada, pasiva, sin vida, estéril por sí misma. Los animales mismos no dejarían de ser máquinas bien organizadas, pero desprovistas de entidad mental o espiritual. Todo sería objetos, todo un mundo de objetos, en el que estaríamos decepcionantemente solos, sin nadie con quien compartir fuera de nosotros mismos.
Sólo hay un árbol genealógico en este planeta, que agrupa e incluye a todos los seres vivos (incluidos los humanos).
Otra visión de la vida.
Otra visión de la vida
La visión tradicional que hemos tenido de los seres vivos es la de seres inferiores a nosotros, clasificados en especies y familias separadas «creadas» de un modo fijo y estable desde el principio, independientes, sin parentesco. Hoy las ciencias ecológicas nos dan una visión totalmente diferente.
Sin que sepamos todavía si la vida brotó en nuestro planeta o llegó aquí desde fuera traída por meteoritos, lo cierto es que toda la vida del planeta está emparentada. Es sólo una, porque es la misma, sólo que evolucionada con una creatividad inimaginable.
La ciencia hoy nos hace ver que no existen familias vegetales y animales sueltas, independientes, que compartan sólo apariencias externas… sino que todos los seres vivos de este planeta son miembros de una misma y única familia. Sólo hay un árbol genealógico en este planeta, que agrupa e incluye a todos los seres vivos (incluidos los humanos).
La biosfera
No es un aglomerado de seres vivos amontonados en la superficie de este planeta. Es una red de sistemas, de sistemas de sistemas, interdependientes, retroalimentados, que dependen de interacciones de variables sutiles que mantienen estables los equilibrios de los que depende el bienestar común.
La famosa primera fotografía de la Tierra desde el exterior, desde el Apolo 8, en 1968, sobrecogió a la opinión publica, y la hipótesis «Gaia» de James Lovelock nos hizo pensar: ese planeta azul revestido de esa capa sutilísima de vida, la biosfera, está vivo, a su manera, pero manteniendo lo sustancial de lo que llamamos «ser vivo»: una capacidad autoorganizativa y autorreguladora que permite la continuidad estable de la vida dentro de sus propios límites, sin deteriorarse, manteniéndose contra el tiempo.
Vista aérea del pueblo de São Félix do Araguaia, donde Casaldáliga vivió más de 40 años.
4. …Y UNA NUEVA VISIÓN DE NOSOTROS MISMOS
Desde hace miles de años nos hemos visto como «otra cosa», como algo diferente de todo lo existente en el mundo, un ser infinitamente superior, y por eso mismo con derecho de dominio absoluto sobre todo lo que hay en la tierra.
Durante mucho tiempo, creímos que nosotros veníamos de arriba (de Dios), no de abajo (de la Tierra); de fuera de este mundo (somos espirituales, e inmortales), no de dentro… Pero las actuales nuevas ciencias cosmológicas ven las cosas de otra manera.
Para entenderlo y expresarlo fuimos creando creencias y mitos religiosos que lo «justificaban»: habríamos sido creados por Dios aparte, en el 6º día de la creación, «a imagen y semejanza suya», sólo nosotros. Nosotros veníamos de arriba (de Dios), no de abajo (de la Tierra); de fuera de este mundo (somos espirituales, e inmortales), no de dentro… Pero las actuales nuevas ciencias cosmológicas ven las cosas de otra manera:
Somos tierra
No venimos de fuera, sino de dentro: o sea, venimos de la tierra. Nuestro cuerpo está hecho de elementos, de átomos que no son eternos, que tienen fecha de fabricación, que fueron elaborados por las estrellas, en la explosión de las supernovas, que permitieron la aparición –por primera vez– del calcio para nuestros huesos, del hierro para nuestra sangre, del fósforo para nuestro cerebro… Todo lo que ha pasado en estos miles de millones de años de evolución de la Tierra para hacernos posibles a nosotros, es nuestra propia «historia sagrada», no sólo los apenas 4000 años de los relatos sagrados de nuestras religiones.
No venimos de arriba, no hemos caído como un paquete ya hecho y preparado, sino que somos una especie emergente, formada por evolución a partir de otras anteriores. Somos primates, de la familia de los grandes simios, y somos, eso sí, la única especie que queda de las varias del género homo que hicieron el recorrido evolutivo de una mayor encefalización, con la que hemos accedido a un nivel de conciencia y autoconciencia único en el conjunto de la Comunidad de la Vida de este planeta.
Nuestra reflexión, nuestra espiritualidad, y quizá la actual secularidad y la pos-religionalidad… son la evolución de la Tierra y de la Vida más allá de la evolución biológica y genética, más allá de la evolución cultural… Es la Tierra, y la Vida que la anima, quien vive y se expresa en nosotros y nos trasciende.
Plantearnos todo esto y replantearnos toda aquella vieja forma de mirarnos como separados del mundo, como superiores a él, como ajenos a todo lo cósmico y ecológico… significa que estamos volviendo a nuestra casa, a nuestro hogar ecológico, de donde nunca debiéramos habernos ido. Es volver a poner los pies en la Tierra, en el suelo de la Vida.
El Sr. João Carlos recolecta semillas de especies nativas en el Asentamiento Dom Pedro, en el Araguaia. Él vive en la tierra y para la tierra.
5. SENTIR UNA NUEVA ESPIRITUALIDAD
La ecología integral es una forma de mirar (un paradigma) que lo incorpora todo al marco de la naturaleza: todo es considerado como parte de la naturaleza, del mundo, de la realidad cósmica. ¿También lo espiritual y lo religioso? Sí, también, todo.
Tradicionalmente no era así. Se consideraba que lo espiritual era totalmente diferente a este mundo material. Espiritual era lo no material, lo no corporal, lo no terrenal. Creíamos que lo espiritual pertenecía a otro mundo, el mundo celestial, o como también se llamaba, lo sobre-natural. Dábamos por supuesto un dualismo, una separación radical, entre esos dos ámbitos.
Eco-Espiritualidad: experiencia espiritual
La eco-espiritualidad es una experiencia de admiración extasiada de la belleza sobrecogedora del cosmos percibida como verdadera epifanía del misterio. Es una experiencia contemplativa transformadora, unitiva, fruitiva y a la vez de éxtasis, que nos saca de nosotros mismos y nos traslada a un mundo inefable.
La EE no es un saber intelectual, un conjunto de ideas, sino un saber-sabor cordial, procesado con la inteligencia eco-sensible, con el corazón.
Es una experiencia de admiración extasiada de la belleza sobrecogedora del cosmos percibida como verdadera epifanía del misterio. Es una experiencia contemplativa transformadora, unitiva, fruitiva y a la vez de éxtasis, que nos saca de nosotros mismos y nos traslada a un mundo inefable… Acaba produciendo un sentido de comunión no dual (no estamos separados del Misterio que nos arroba y extasía), y con ello un sentido de pertenencia a la Naturaleza, a la Tierra, a la Vida, al Universo, al Todo Misterioso.
No se necesita apartarse del mundo (¡todo lo contrario!), ni someterse a un proceso iniciático complicado: está al alcance de cualquiera que ponga manos a la obra.
Eco-Espiritualidad y praxis
Ver y sentir de otra manera, nos lleva inevitablemente a actuar de modo diferente. Ojos que ven, corazón que siente, y manos que actúan. Sentirnos pertenecientes a la Tierra nos lleva a sentirla y defenderla como a nuestro propio cuerpo, como a nuestra Casa Común.
Recuperar una espiritualidad ecocentrada, libre de aquella milenaria alienación por la que estuvimos sentiéndonos más hijos del cielo que de la Tierra, es la única esperanza para salvar la Vida y el Planeta, porque sólo dejaremos de destruir la Tierra cuando sintamos su carácter sagrado, y nos sintamos a nosotros integralmente parte de su Cuerpo divino.
6. RECONVERTIRNOS ECOLÓGICAMENTE
Cada día los medios de comunicación apelan al «crecimiento económico», como lo único importante. Crecer en renta económica, en dinero, a costa de lo que sea. Es un discurso hegemónico en nuestra sociedad.
Como en el cuento de Andersen: es ya bastante gente la que intuye que es falso, que es precisamente lo contrario lo que estamos necesitando: no tanto crecer, cuanto simplemente desarrollarnos, es decir, organizarnos mejor, distribuir más equitativamente, y dejar de destruir nuestro propio hábitat, cuidar nuestro nicho ecológico, romper con hábitos y lujos superfluos y dañinos. Y sobre todo, cambiar el patrón energético actual, a base de energías fósiles que envenenan constantemente el aire que respiramos.
Seamos realistas y digamos la verdad: ya estamos en la 6ª gran extinción, en el camino cierto que conduce a la gran catástrofe. Otra cosa es que «teóricamente» pudiéramos detenernos… La realidad es que llevamos una gran inercia que nos hace dificilísimo parar, y para colmo, no estamos convencidos de la necesidad de hacerlo, ni estamos dispuestos a asumir los grandes sacrificios que habría que hacer para conseguir ir frenando y finalmente detenernos en la carrera hacia la catástrofe.
Sólo si cambiáramos mucho, muchísimo, y sólo si lo hiciéramos muy rápidamente, podríamos evitar esa catástrofe que ahora mismo es lo más probable.
Sólo si lográramos hacer una reconversión socio-político-económico-productiva descomunal de nuestra sociedad, y una transformación radical de nuestro estilo de vida, de nuestro patrón energético y de nuestro sistema de producción, podríamos detenernos.
Sólo si cambiáramos mucho, muchísimo, y sólo si lo hiciéramos muy rápidamente, podríamos evitar esa catástrofe que ahora mismo es lo más probable. Si no lo conseguimos, o –lo que es peor– si simplemente no hacemos nada –aunque sea sin dejar de «hablar» del tema– la catástrofe está garantizada. Continuar teniendo miedo a decirlo es un error, y un falso servicio a la humanidad. Hay que decirlo.
Los Pueblos Indígenas «sienten la sacralidad de la tierra». Por eso, valorar y luchar por la preservación de su cultura y visión del mundo es también un compromiso con la vida.
7. PRACTICAR LA ECOLOGÍA INTEGRAL
Urge poner en marcha un nuevo sistema económico que sea integralmente funcional a la conservación y al crecimiento de la Comunidad de la Vida en este planeta, y al Buen Vivir de la humanidad en armonía con nuestra hermana Madre Tierra. Ésta es la gran transformación que urge poner en marcha.
Dada la nueva visión ecológica crítica a la que hoy hemos llegado, es obvio que tenemos que cambiar. Si sabemos que el mundo no es como habíamos imaginado; si nos percibimos a nosotros mismos de otra manera; si nuestra conducta equivocada nos ha metido en un camino de autodestrucción… debemos ser coherentes con esta nueva visión ecológica: urge abandonar el actual modelo de civilización, volcado enteramente hacia el «crecimiento económico», a costa de la vida –que estamos destruyendo en la nueva extinción masiva que hemos desatado–.
Urge poner en marcha un nuevo sistema económico que sea integralmente funcional a la conservación y al crecimiento de la Comunidad de la Vida en este planeta, y al Buen Vivir de la humanidad en armonía con nuestra hermana Madre Tierra. Ésta es la gran transformación que urge poner en marcha.
Con los nuevos fundamentos teóricos (la nueva visión que la ciencia ha hecho posible), y con la fuerza interior que nos da la nueva sensibilidad espiritual hacia la naturaleza, podemos/debemos poner en marcha nuevas prácticas integradas con esta visión integralmente ecológica. Hemos de asumirlas con plena convicción, en nuestra propia vida en primer lugar, y tratar de difundirlas militantemente.
Un cambio radical de sistema energético
Obviamente necesitamos energía para vivir, y en la Tierra, y sobre todo en los rayos del sol, la hay más que suficiente, sobreabundantísima. El problema es que ingenuamente, hemos montado nuestra civilización sobre la energía del carbono, cuyo dióxido (CO2) sólo muy tarde hemos sabido que envenena la atmósfera y produce el efecto invernadero, que ya está en marcha hace tiempo, y que hoy sabemos que se acelera indubitablemente: todos los años de este siglo XXI son de los más calurosos conocidos.
Ya no hay tiempo para discutir, sólo urge cortar radicalmente la emisión de más CO2. Hay que reducir drásticamente el uso de los combustibles fósiles (petróleo, gasolina, gas, carbón…) en favor de energías limpias y renovables.
Un cambio de estilo de vida
Muchas personas, en muchos lugares, haciendo cosas pequeñas, en todos los aspectos de su vida, marcarán un cambio profundo en la vida de este planeta y darán comienzo a una civilización nueva, civilización de la austeridad compartida y del Vivir Bien y en armonía con la Madre Tierra:
• Vivir con austeridad, sin lujos innecesarios, sin niveles de vida ofensivos para la inmensa mayor parte de la población mundial, que vive en la pobreza. Erradicar en mí el consumismo. No comprar lo que no necesito. No pretender tener «el último modelo». Cero gastos innecesarios. Recortar comodidades innecesarias e invertirlas a favor de la ecología.
• Utilizar menos agua caliente.
• Cero comida tirada a la basura. No a la dieta obsesivamente cárnica.
• Apagar las luces innecesarias, no utilizar el standby de los electrodomésticos. No comprar nuevos aparatos cuando no nos son necesarios.
• Las «cinco erres»: reutilizar, reducir, reparar, reciclar, regular.
Se trata de una «reconversión ecológica», tanto como de una «revolución cultural»: todo es distinto, y es la única salida. El viejo estilo de vida es «ecocida»: si no nos convertimos, nos suicidamos.
Una opción por el decrecimiento
Es un tema delicado, porque tiene muchos enemigos, ya que toca uno de los «dogmas» más sensibles del sistema económico, el del «crecimiento continuo, ilimitado». Pero en un planeta finito, donde ya hemos ocupado mucho de lo que él necesita para reponer nuestro consumo, abogar por un crecimiento ilimitado resulta insostenible (suicida incluso).
El «decrecimiento» es una corrección del estilo de vida que hoy se hace imprescindible para desandar parte del camino recorrido en la autodestrucción del planeta. Es un tema delicado, porque tiene muchos enemigos, ya que toca uno de los «dogmas» más sensibles del sistema económico, el del «crecimiento continuo, ilimitado». Pero en un planeta finito, donde ya hemos ocupado mucho de lo que él necesita para reponer nuestro consumo, abogar por un crecimiento ilimitado resulta insostenible (suicida incluso).
Continuar reivindicando el crecimiento ilimitado para dar a toda la población mundial el nivel de vida actual de los países desarrollados implicaría poder disponer de varios planetas; pero sólo tenemos éste. Pretender continuar creciendo de ese modo es optar por autoasfixiarnos.
Este es un resumen del texto publicado en la Agenda Latinoamericana Mundial de 2017.
La Fundación Pedro Casaldáliga presenta en Barcelona la nueva edición de la Agenda Latinoamericana Mundial. El acto tendrá lugar el próximo jueves 18 de noviembre a las 19h en la CasaAmérica Cataluña y se podrá seguir presencialmente o bien telemáticamente:
También se puede seguir la sesión a través de estos enlaces en YouTube y Facebook Live de Casa América Cataluña.
La presentación será en catalán e irá a cargo de GabrielaSerra, activista y miembro del Consejo de Redacción de la Agenda Latinoamericana en catalán.
Esta nueva edición, la 31ª, está dedicada a los movimientos populares y a reflexionar sobre su función, su estado y el futuro que tienen en la transformación de la sociedad. Por eso la Agenda Latinoamericana Mundial del 2022 se titula “Organización popular. Esperanza y acción transformadora”.
Cómo es costumbre desde que Pedro Casaldáliga y José Maria Vigil pusieron en marcha la Agenda el 1992, destacadas personalidades, intelectuales y militantes ofrecen sus reflexiones y análisis alrededor del tema principal y, en esta edición, cuenta con la participación entre otras de Leonardo Boff, Ivone Gebara, Juan José Tamayo, Josep Maria Terricabras, Arcadi Oliveres (EPD), Salvador Martí, Frei Betto, Jordi Corominas, etc
Reflexiones cualificadas por un cambio urgente
Tal como explican desde la Comisión de la Agenda Latinoamericana en Cataluña, «la transformación en seguimiento de una nueva sociedad mundial es, sin duda, uno de los retos más grandes que la humanidad ha enfrentado en su historia, si no el que más. El punto de no retorno ecológico nos pone contra las cuerdas, al umbral del abismo hacia la extinción. Afrontamos el mayor reto como especie, la no autoextinción.
Si se piensa en la enorme evolución social, tecnológica, de pensamiento, de desarrollo, etc. y se contrasta, solo, con la huella ecológica de estas evoluciones en los mares, los bosques, las selvas, los desiertos, la atmósfera, la fauna, el planeta entero, el coste de la evolución es terriblemente alto.
Si además la contrastamos con el momento actual de nuestras sociedades –sociedades egocéntricas, sociedades organizadas por y para el consumismo desmesurado, sociedades que ningunean su humanidad, sociedades que luchan para deshumanizar aquello humano– entonces el contraste incluso es irónico y nefasto, una locura.
Este año 2022, la Latinoamericana Mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.
Habiendo advertido esta crisis desde tantos espacios de lucha, por diferentes voces, a través de las décadas, es innegable que no está todo perdido. De hecho, hay mucha esperanza latiente en todo el mundo y, cómo no, a nuestra Patria Grande, dentro de estas voces, en nuestra Agenda. Este año 2022, la Latinoamericana mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.
El virus ha desenmascarado, todavía más, estas realidades de la «evolución humana», que este año se muestran en los pensamientos variados y siempre proféticos de nuestros articulistas, hijos de su tiempo, poniendo un especial interés en el papel de las voces en conjunto, de los esfuerzos de hermandad y la importancia de unir estos esfuerzos. Las organizaciones sociales se convierten en el eje donde giran las ideas del ver, juzgar y sobre todo el actuar, de nuestras letras.
Es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas.
Ciertamente, la pandemia que empezó el 2019 todavía es lejos de acabar y ha agraviado las injusticias y las desigualdades. Sin embargo, es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas; con un trabajo de base renovada por los ideales y por las tecnologías, las conciencias continuarán despertándose. Y en consecuencia y con esperanza, la historia tendrá que pararse y después girar verso la humanización y el proceso de amalgamación con la madre tierra.
Romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.
De signos de esperanza hay, a pesar de que en algunas realidades parecería que no. Todavía hay esfuerzos titánicos para evitar la hecatombe global, y es allá donde se tienen que encaminar nuestros esfuerzos. La adaptación ha empezado, está claro que con un enorme esfuerzo por parte de todo el mundo, porque la humanidad es así, cambiar y adaptarse es difícil: romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.
En algunos ámbitos con menos bastante, como en los espacios religiosos o de espiritualidad, donde los cambios son realmente más difíciles (a pesar de que son evidentes los giros en los paradigmas de la iglesia católica con el papa Francisco para mencionar una feliz excepción); no obstante, existen grupos que realmente lo tienen claro, los de nuevos espacios a la diversidad sexual, los grupos de apoyo y defensa de los migrantes o los que luchan encarnizadamente por la defensa de la Pachamama, nuestra madre tierra. Y es a todos estos esfuerzos en conjunto que la Latinoamericana mundial abre sus espacios este año, siempre en consecuencia de su tiempo y de su gente.
La Agenda Latinoamericana 2022 presenta el esfuerzo de muchos grupos, de pensadoras y pensadores, soñadoras y soñadores, articulistas, promotores y promotoras, editores y editoras que incansablemente luchan por estas esperanzas que impulsan las grandes causas, desde el más mínimo, haciendo frente a los más grandes retos de la especie humana sin tregua y sin dudar.»
La Asociación Araguaia con el Obispo Casaldáliga y la Fundación PedroCasaldáliga ponen en marcha un proyecto que mejorarà la asistencia sanitaria de más de 20 mil personas en la región del Araguaia, entre ellas, la de los Pueblos Karajá y Tapirapé.
La Fundación Pedro Casaldáliga y la Asociación Araguaia con el obispo Pedro Casaldáliga acaban de firmar un convenio con el Consorcio Intermunicipal de Salud del Araguaia (CISA) que permitirá montar un laboratorio de análisis clínicas en el Hospital Regional del Araguaia. El centro es responsable para atender un área equivalente a toda Cataluña, donde viven actualmente 20 mil personas, entre ellas, los Pueblos Karajá y Tapirapé.
El convenio, financiado gracias al apoyo del Fondo Catalán de Cooperación, hará posible que se puedan hacer análisis y tests en el mismo hospital, por lo que ya no será necesario enviar las muestras a la capital del estado, Cuiabá, a 1.200Km de São Félix do Araguaia, o depender de otros centros, con la consecuente demora y coste.
El nuevo laboratorio es más fundamental aún en este momento de pandemia pues, esta semana, Brasil pasaba de la dramática cifra de 600.000 personas muertas por la COVID19. De hecho, el país es el segundo del mundo en número de muertes, sólo superado por los Estados Unidos.
Fachada del hospital regional del Araguaia, en el pueblo de São Félix.
La pandemia ha dejado un Brasil muy afectado: No sólo a aquellos a los que les ha tocado vivir de cerca alguna muerte, sino a una sociedad que ha visto como su presidente minimizaba continuamente los efectos de la COVID19 mientras sufría la falta de camas en las UCIs, la falta de profesionales de la salud, el sufrimiento de familiares y amigos y, en muchos casos, la muerte de seres queridos.
En la región del Araguaia es fundamental invertir en métodos de diagnóstico que permitan detectar el virus de la COVID19 lo antes posible y evitar así los contagios.
De hecho, en la región del Araguaia, que tiene el tamaño de todo Portugal, hay un problema estructural: 10 plazas de UCI son las únicas disponibles para atender a las 150 mil personas que viven en ella. Además, con el pésimo estado de las carreteras, llegar hasta este hospital más grande significa hacer 6 u 8 horas en coche o dentro una ambulancia. Por ello es fundamental disponer de métodos de diagnóstico que permitan detectar virus como el de la SARS-COVID lo antes posible.
En este contexto, el nuevo laboratorio de análisis clínicos permitirá agilizar los diagnósticos de COVID19 y ayudará a disminuir los contagios.
La Prelatura de São Félix do Araguaia fue creada el 13 de mayo de 1969 por la Bula Quo Commodius del Papa Pablo VI. Fue confiada por la Santa Sede al cuidado de la Congregación de los Hijos Misioneros del Inmaculado Corazón de María (claretianos). En un principio, Pedro Casaldáliga fue nombrado administrador apostólico de esta nueva «diócesis», hasta que en 1971 fue consagrado obispo.
Estas son algunas de las claves para conocer esta particular iglesia que se convertiría en un referente mundial de la lucha por la Justicia.
1. Del tamaño de un país
La Prelatura de São Félix do Araguaia cubre un área de casi 130.000 km2 dentro de la Amazonia Legal, en el noreste del estado de Mato Grosso, en la frontera con Pará y Tocantins. Se encuentra entre los ríos Araguaia y Xingu y tiene como columna vertebral la Serra do Rocandor, de sur a norte.
Si la región fuera un estado de la Federación, sería el decimoctavo en extensión, ya que tiene una superficie mayor que la de estados como Pernambuco o Santa Catarina. El espacio que ocupa la Prelatura de São Félix do Araguaia tiene una superficie mayor que la de países enteros como Portugal o Guatemala.
Los desplazamientos diarios están marcados por esta realidad de enormes distancias y escasas infraestructuras: una cita con el médico, una gestión en el banco o una visita a algún familiar es a menudo sinónimo de un viaje en autobús de 4, 6, 8, 10 o incluso 24 horas.
Pedro Casaldáliga, que casi siempre viajaba por la región en autobús, siempre decía que «en el autobús se pierde tiempo, pero se gana gente».
Mapa de la región de la Prelatura de São Félix do Araguaia
2. En el encuentro de dos de los biomas más biodiversos del mundo
La región que ocupa la Prelatura de São Félix do Araguaia tiene el privilegio de ser testigo de la rica transición de biomas desde el Cerrado hasta la Amazonia, lo que le confiere una diversidad única de formas de vida vegetal y animal, que se extiende desde las sabanas del Cerrado hasta la densa selva amazónica.
Es en medio de estos impresionantes y diversos paisajes donde se encuentra la Prelatura de São Félix do Araguaia. El majestuoso río Araguaia y su fauna salvaje, las tierras bajas inundadas con sus buritis, los imponentes bosques que anuncian la proximidad del Amazonas, esto es la Región de Araguaia. En medio de la abundancia de la transición del Cerrado al Amazonas, la región cuenta con varias especies autóctonas de frutas, hierbas y vides y el gusto popular por ellas. Son sabores únicos como la cagaita, la bacaba y la mangaba, que marcan la vida de las comunidades locales y forman parte de la cultura de los pueblos indígenas.
El modelo de desarrollo construido sobre la base del latifundio y apalancado por la concentración de la renta en manos de unos pocos ha conducido a una rápidadepredación ambiental. Se calcula que se ha deforestado una superficie mayor que la de los estados de Alagoas o Sergipe o de países enteros como Haití o Bélgica.
Sin embargo, estos paisajes naturales compiten cada vez más con las nubes ardientes, los pastos monótonos y las inmensas plantaciones de soja. De hecho, el modelo productivo dominante se caracteriza por un uso extensivo de la tierra con escasa utilización de mano de obra para una producción poco diversificada y de bajo valor añadido, dirigida al mercado de fuera de la región.
Las enormes plantaciones (principalmente de soja) representan un crimen medioambiental y están provocando la pérdida de la diversidad ecológica, social y cultural del Araguaia.
3. Tierra de emigrantes y de mezcla cultural
Araguaia Xingu es una región situada en la «puerta» del Amazonas. Está situada entre dos de los mayores ríos de Brasil, que le dan su nombre, el Araguaia y el Xingu.
Al principio, los pueblos indígenas como los Karajá, los Tapirapé o los Xavante vivían principalmente de las riquezas naturales que existían. El asentamiento del «hombre blanco» tuvo lugar a partir de los años 50-60, con grupos de nordestinos y goianos que llegaron espontáneamente por la isla de bananal. Venían con sus animales, sus bueyes, aprovechando esa riqueza de pastos naturales. Esta inmensidad del mundo, del tamaño de un país, podía acoger a todos, indios y ocupantes ilegales, de forma poco conflictiva. La naturaleza era abundante y generosa.
El hombre de campo es víctima de la codicia ajena, de la inconsciencia de los patrones, de la explotación de los tres políticos que aparecen en la región de elección en elección (…). Esta persona desafortunada, sobrante de plagas y alimañas, vive en las sombras de un futuro incierto. A pesar de todo, siguen ganándose el pan de cada día, porque para ellos sólo hay dos derechos: el derecho a nacer y el derecho a morir.
Pedro Casaldáliga, 1971
Viniendo del noreste en busca de tierras para vivir, las familias fueron ocupando el Araguaia
A partir de 1950, sin embargo, se redefinió la política de ocupación y colonización de Mato Grosso «con el objetivo de incorporar la frontera agrícola de la región a la economía nacional», con la intención de absorber los excedentes de población de otras regiones brasileñas, así como de ocupar tierras mediante la colonización privada. De esta manera, el gobierno privilegió la instalación de grandes latifundios cuyos propietarios eran, en la mayoría de los casos, empresarios del Centro-Sur, convirtiendo a Mato Grosso en el estado que presentaba la mayor concentración de proyectos de colonización privada en Brasil.
La gente llegaba de aquí y de allá en busca de tierra, trabajo, abundancia, vida. Los primeros llegaron del Sur, luego de Goiás-Tocantins, Minas Gerais, otras partes de Mato Grosso, del Norte y del Nordeste, en fin, de todos los rincones. Actualmente, hay unas 40 comunidades, la más cercana a 33 km del ayuntamiento (Confresa) y la más lejana a 110 km.
Equipo Pastoral de Confresa.
Periódico Alvorada, Mayo-Junio 2006.
La instalación de grandes haciendas, los proyectos de colonización y el crecimiento de los servicios públicos atrajeron a personas de todas las regiones de Brasil, que fueron ocupando la región. De hecho, hoy en día conviven en el Araguaia culturas muy diferentes, como las de los gauchos del sur, los nordestinos y, por supuesto, las diversas culturas de cada uno de los Pueblos Indígenas del Araguaia.
4. Patrimonio indígena y la cuna del nuevo indigenismo
Entre los ríos Xingu y Araguaia viven 21 mil indígenas de 22 grupos étnicos diferentes en 16 Tierras Indígenas.
Al principio, pueblos indígenas como los Karajá, los Tapirapé o los Xavante vivían principalmente de las riquezas naturales que existían. El asentamiento del «hombre blanco» se produjo con grupos de nordestinos y goianos que llegaron espontáneamente a través de Ilha do Bananal. Venían con sus animales, sus bueyes, aprovechando esa riqueza de pastos naturales. Esta inmensidad del mundo, del tamaño de un país, podía acoger a todos, indios y ocupantes ilegales, de forma poco conflictiva. La naturaleza era abundante y generosa.
Desde hace 500 años, “el indio es el que debe morir”. 500 años prohibidos para estos pueblos clasificados con un apodo genérico, sus identidades negadas, su vida diferente y alternativa criminalizada. 500 años de sucesivos imperios invasores y sucesivas oligarquías herederas de la dominación secular. 500 años bajo la prepotencia de una civilización hegemónica que ha ido masacrando cuerpos con armas y trabajo esclavo y almas con un dios exclusivo. Por economía de mercado, por política imperial, por religión impuesta, por bulas y decretos y ordenanzas pseudocivilizadas y pseudocivilizados.
Sin embargo, desde mediados del siglo XX, la región de Araguaia se ha ido incorporando gradualmente a la dinámica nacional: primero, a través de una migración espontánea de ocupantes ilegales que cruzaban el Araguaia en busca de pastos, y luego, de forma mucho más drástica, con la aplicación de diversas «políticas de colonización» impulsadas por el gobierno, que reconfiguraron definitivamente el perfil de la región.
La Prelatura de São Félix do Araguaia ha tenido un papel determinante para que entendamos el indigenismo actual. Un caso paradigmático es la misión de vida de las Hermanitas de Jesús que convivieron con el pueblo Tapi’itawa durante más de 50 años sin ningún intento de evangelización, «conversión» y mucho menos de integración, y que permitieron la supervivencia de este pueblo en Araguaia.
Pero la acción local de las hermanitas y de tantos que dedicaron su vida a la Causa Indígena tuvo una dimensión nacional e internacional: su compromiso, su trabajo, su formación y su militancia activa están en la cuna de las políticas indígenas modernas y de las reivindicaciones indígenas que buscan la liberación.
5. «No olviden que aquí hubo sangre»: Una configuración social construida en la lucha
En la región de la Prelatura de São Félix do Araguaia, los conflictos violentos y los grandes crímenes ambientales involucran sobre todo a los pueblos indígenas y a los trabajadores rurales, como son los casos recientes de la Terra Indígena Marãiwatsédé, en Bom Jesus do Araguaia, o la ocupación sistemática de áreas demarcadas y homologadas que tiene lugar, por ejemplo, en la Tierra Indígena Urubu Branco, entre Santa Terezinha, Porto Alegre do Norte y Confresa.
Al mismo tiempo, la falta de políticas públicas realistas de apoyo a la Agricultura Familiar (en una región con 75 asentamientos) y la presión del agronegocio cerealista y ganadero, condenan a la mayoría de las familias rurales a una economía de subsistencia y a la precariedad de los servicios mínimos esenciales: la sanidad y la educación siguen siendo tremendamente insuficientes.
Teodomiro Monteiros dos Santos murió aquí, en São Félix, el 28 de julio (de 1970). Lo enterré yo mismo. Venía de la hacienda «Suiá-Missu», en un estado extremo de hepatitis, ya sin ninguna esperanza. Un caso como tantos otros que debería haber sido atendido mucho antes y enviado a Goiânia o Brasilia.
Pedro Casaldáliga
Esclavitud y feudalismo en el norte de Mato Grosso. Septiembre 1970
La familia de doña Lena, en el asentamiento de Dom Pedro, lucha cada día por sobrevivir en el campo. La Fundación apoya a su familia con asesoramiento y materiales para que pueda plantar.
Por esta razón, hoy en día, el término «conflictos de tierras» ha adquirido un significado mucho más amplio. No sólo se refiere a los tradicionales enfrentamientos, a veces bastante violentos, entre campesinos y terratenientes, o entre militantes sin tierra y fuerzas represivas del Estado que tuvieron lugar en la región de Araguaia en los años 70 y 80.
En la actualidad, el concepto abarca también los atrasos, impases y trabas gubernamentales y de los lobbys empresariales a la demarcación de las tierras indígenas y los desplazamientos de población debidos a megaproyectos, como, por ejemplo, la construcción de grandes centrales hidroeléctricas o la implantación de grandes explotaciones agrícolas o plantaciones de soja que obligan a desplazar a las familias.
Los enfrentamientos y la violencia del pasado, sin haber terminado todavía, han dado paso a la pobreza, a la marginación estructural y al racismo institucional del presente.
Un joven de São Félix contó su impresión profundamente impactada al ver a los peones, algunos de ellos casados, padres de familia, llorando en las orillas del Araguaia, en Santa Terezinha, y suplicando por compasión el paso en los barcos, para alejarse de las empresas…
Pedro Casaldáliga
Esclavitud y feudalismo en el norte de Mato Grosso. Septiembre 1970
En este sentido, conocer verdaderamente la región donde actúa la Prelatura de São Félix do Araguaia implica también ser consciente de que la realidad actual es el resultado de la lucha entre fuerzas opuestas: por un lado, los pequeños agricultores, las familias sin-tierra y los indígenas; por otro, los terratenientes, las empresas dedicadas al agronegocio, sus capataces y el propio Estado, que siempre se ha puesto del lado de los grupos dominantes.
Una de las luchas más intensas y significativas de los pueblos indígenas en todo Brasil fue la retomada de la Tierra Indígena Marãiwatsédé, en el estado brasileño de Mato Grosso, que tuvo lugar en 2012 trás 50 años de lucha, no siempre pacífica.
En 1965, las familias xavantes fueron sacadas a la fuerza de sus tierras ancestrales por el gobierno militar y llevadas en aviones de la Fuerza Área Nacional (FAB) a la Misión Salesiana de São Marcos. El grupo agrícola Ometto -propiedad de la familia del gigante del azúcar y el alcohol Cosan- se hizo con la zona. Como resultado de ese traslado forzoso murieron más de 150 indígenas y las familias del pueblo Xavante de Maraiwãtsédé fueron separadas.
[…] Y los blancos comenzaron a acercarse para robar la tierra. Así, fueron llegando más y más. Nuestra tradición era dividir el pueblo, porque el espacio era grande. Ya estaba cerca de abare’u hacer la ceremonia, pero cuando los blancos ya estaban cerca, nuestro uuu no había hecho la ceremonia. Entonces comenzó la trampa detrás de la tierra. Eran inteligentes.
Tserewa’wa Declaración al MPF
Las tierras de los Xavante fueron vendidas posteriormente a holdings agroindustriales internacionales, como la italiana Agip Petroli, que explotaba la finca Suiá-Missu, construida en la deportación. Como explica Pedro Casaldáliga en su Carta Pastoral de 1971, en la década de 1970, la Fazenda Suiá-Missu contaba con unas 695.000 hectáreas, “una superficie mayor que la del propio Distrito Federal”.
Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente de 1992, celebrada en Río de Janeiro, el Pueblo Xavante presionó a las autoridades nacionales e internacionales y el presidente de Agip, Gabriele Cagliari, -que se suicidaría poco después en una cárcel italiana, acusado de corrupción- se comprometió públicamente a devolver la zona a los Xavante.
Sin embargo, como contaba el periódico italiano La Repubblica en 1993: «el sueño de los Xavante, expulsados de sus tierras en 1966, se quedó en un sueño. Las 168 mil hectáreas de la hacienda Suiá Missú, en Mato Grosso, un año después, siguen siendo propiedad de Agip Petroli».
El litigio con los Xavante permaneció bajo la inacción del gobierno brasileño durante más de cinco años, hasta que la Tierra Indígena Marãiwatsédé fue legalmente reconocida por el presidente de la República brasileña, Fernando Henrique Cardoso, en 1998.
Antes, sin embargo, el gobierno de São Félix do Araguaia y algunos agricultores de la región animaron a 2.000 ocupantes ilegales a invadir la zona. El conflicto se hizo inminente: en 2004, se informó de que tres agricultores que invadían las tierras habían contratado a un pistolero para que matara a Dom Pedro Casaldáliga. Aunque fue amenazado, rechazó la escolta policial y continuó su labor pastoral y social con normalidad, diciendo que sólo la aceptaría cuando todos los campesinos tuvieran derecho a ella.
A lo largo de 50 años de exilio forzoso, los Xavante fueron constantes en la defensa de sus derechos. Cuando fueron expulsados, deportados -esa es la palabra, fueron deportados- seguían ligados a esta tierra, venían todos los años a recoger pati, una palmera para hacer adornos.
Los Xavante siempre reclamaron la tierra donde estaban enterrados sus mayores. Y siempre tenían en mente su tierra.
“La Tierra Marãiwatsédé está en nuestro corazón”
A pesar de ser una área legalmente reconocida en 1998, no fue hasta los últimos meses de 2012 que el Supremo Tribunal Federal (STF) ordenó la retirada real de los invasores y la entrada efectiva del Pueblo Xavante a la Tierra Indígena Marãiwatsédé. El día 7 de noviembre de 2012 comenzaron a entregar en el lugar los avisos que pedían a los invasores que se fueran. Finalmente, tras cuarenta y seis años de exilio, los Xavante vieron reconocido definitivamente el derecho a su territorio.
La salida de los invasores, sin embargo, no fue pacífica y fue necesaria la intervención de la Fuerza Nacional para desalojar a las personas que permanecían en la zona. Hubo enfrentamientos organizados con la policía y vandalismo para destruir (aún más) las tierras de los indígenas. Debido a este conflicto, Pedro Casaldáliga tuvo que abandonar sua casa de São Félix do Araguaia debido a las amenazas de muerte que recibió.
Marãiwatsédé hã
Tôtsena ti’a na watsiri’ãmo Wahõiba duré
Höiba-téb’ré hã, Ãhawimbã Date itsanidza’ra hã
Ahãta te Oto aimatsa’ti’ a na Ítémé we’re’iwadzõ
mori hã adza Oto ãma wawa’utudza’rani
Ti’a’a’a’ana… Ai’uté hã ãma ipótódza’ra hã
Tedza Oto ãma tsitébrè ti’a’a’a’ana.
La Tierra Marãiwatsédé está en nuestros corazones y en nuestras almas.
Cuando aún éramos pequeños nos sacaron de este lugar.
Pero hoy hemos reconquistado nuestra tierra,
nuestro hogar ahora de vuelta descansaré en esta tierra,
en esta tierra, en esta tierra…
Aquí nací y en esta tierra se criarán nuestros hijos.
Marcio Tserehité Tsererãi’ré
Sin embargo, la tierra que los indígenas retomaron era muy diferente a la que se les quitó por la fuerza: en 2012, al menos dos tercios de las 165 mil hectáreas de la reserva habían sido deforestadas por madereros, ganaderos y ocupantes ilegales. Marãiwatsédé llegó a liderar el ranking de las tierras indígenas más deforestadas del país.
Marãiwatsédé, que fue el próspero hogar de los Xavante durante siglos, se enfrenta hoy al desafío vital de la escasez de alimentos, la escasez de agua, los suelos degradados por la deforestación y, además, las invasiones puntuales y los incendios intencionados que, incluso hoy en día, se siguen registrando en la zona.
Sin embargo, poco a poco y siempre en lucha, los Xavante están consiguiendo vivir en su tierra ancestral y están construyendo pueblos y organizándose. Más de 1.200 indígenas viven hoy en las tierras de Marãiwatsédé.
El camino es largo y será muy difícil. No faltan las amenazas.
Pero el Pueblo Xavante de Marãiwatsédé no tiene miedo. Para ellos, la esperanza siempre gana.
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