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Cristoneofascismo, Teísmo político y Dios sacrificial de Bolsonaro

Cristoneofascismo, Teísmo político y Dios sacrificial de Bolsonaro

Desde la elección de Bolsonaro como presidente de Brasil, este país se ha convertido en el epicentro del “cristoneofascismo” y en el lugar donde gobierna la extrema derecha de Dios en un acto de la más crasa manipulación de lo sagrado al servicio de una política necrófila.

Tal situación me lleva a plantear dos preguntas: en qué modelo político-religioso se sustenta el cristoneofascismo de Bolsonaro y qué imagen de Dios subyace. Creo que le mejor respuesta se encuentra en el teísmo político que ha establecido Bolsonaro en Brasil y en la imagen de Dios sacrificial en la que se basa.

La teología latinoamericana de la liberación, y muy especialmente la brasileña, liberó a Dios del asedio del mercado y Bolsonaro lo ha convertido en prisionero de su política antiecológica, homófoba, patriarcal, neocolonial y ultraneoliberal.

El slogan de su campaña electoral, con el que también concluyó el discurso de la toma de posesión como presidente de Brasil, fue: “Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos”. Lo reiteró en uno de los cultos en los que participó en la Iglesia Evangélica Sara Nossa Terra en julio de 2019: “Debo mi vida a Dios y este mandato está al servicio del Señor. En nuestro gobierno, Dios está encima de todo”.

Lo que muchos consideramos un secuestro político de Dios, el ministro de Asuntos Exteriores, Ernesto Araújo, lo calificó de una liberación de Dios, “triste prisionero…, que vuelve a circular libremente por el alma humana”. Teísmo político puro y duro y descarada perversión religiosa.

Creo, más bien, que en Brasil está sucediendo lo contrario a la afirmación de Araújo: la teología latinoamericana de la liberación, y muy especialmente la brasileña, liberó a Dios del asedio del mercado y Bolsonaro lo ha convertido en prisionero de su política antiecológica, homófoba, patriarcal, neocolonial y ultraneoliberal.

Bolsonaro, Edir Macedo y Silvio Santos

(Brasília – DF, 07/09/2019) Jair Bolsonaro escoltado por el obispo de la Iglesia Universal Edir Macedo y el magnate de los medios de comunicación Silvio Santos, durante el desfile Cívico del Dia da Pátria.Foto: Alan Santos/PR

Una característica del teísmo político de Bolsonaro es el providencialismo religioso, que consiste en interpretar la historia desde un Dios providente, como cuando consideró un milagro el haberse librado del atentado sufrido durante la campaña electoral y mayor milagro todavía el haber ganado las elecciones. El ministro de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, aplicó a Bolsonaro las palabras de Jesús: “Muchos son los llamados y pocos los elegidos” y dice que Dios “eligió al más improbable”.

En que fue elegido “el más improbable” tenía razón Lorenzoni. Lo que dudo –o mejor, niego- es que fuera Dios quien lo eligiera o legitimara su elección. Quienes realmente contribuyeron a su elección fueron las fake news de su campaña electoral, que continúan produciéndose durante su presidencia a a través del gabinete del odio, que dirige uno de sus hijos y se encarga de difundir noticias falsas. Comentando la soledad de los dos presidentes anteriores tras las primeras semanas de asumir el gobierno, afirmó que uno de los motivos de dicha soledad era “el alejamiento de Dios, nuestro creador”.

Bolsonaro reconoce más influencia a la Biblia que a la propia Constitución brasileña. Pero la Biblia leída de manera fundamentalista y selectivamente en sus textos más violentos y discriminatorios contra las mujeres, los homosexuales, etc.

Brasil tiene una larga tradición de Estado laico, que Bolsonaro parece ratificar, pero lo hace tramposamente porque introduce una distinción que desemboca en confesionalidad: “El Estado es laico, pero nosotros –“yo”, dice en otras ocasiones- somos cristianos”. Confesionalidad que extendió al Tribunal Supremo Federal para el que anunció que de los dos jueces que tenía que nombrar “uno sería terriblemente (sic!) evangélico”.

¿Respeto al pluralismo? En absoluto. Prometió reconocer a todas las religiones, pero, eso sí “siguiendo la tradición judeocristiana”. Atendiendo a las constantes referencias que hace a la Biblia, cabe constatar que reconoce más influencia a la Biblia que a la propia Constitución brasileña. Pero la Biblia leída de manera fundamentalista y selectivamente en sus textos más violentos y discriminatorios contra las mujeres, los homosexuales, etc.

Bolsonaro hace el saludo militar en la "Marcha para Jesus"

Bolsonaro hace el saludo militar en la «Marcha para Jesus», del pasado mes de mayo.

Constante es la presencia de Bolsonaro en los templos de las iglesias evangélicas fundamentalistas. Tuvo un gran impacto mediático su visita al Templo de Salomón de la Iglesia Universal del Reino de Dios, del obispo Edir Macedo, donde se produjo una escena inusual: el presidente de la República arrodillado ante el obispo Macedo, que le impuso las manos y le bendijo. Es permanente su recurso a la Biblia para legitimar su política homófoba, machista, racista y ultraneoliberal, en una palabra, neofascista en un claro secuestro del texto sagrado judeocristiano, que lee de manera fundamentalista.

En mayo de 2016 Bolsonaro viajó a Israel para recibir el bautismo en el río Jordán, imitando el bautismo de Jesús. Fue el pastor y líder del Partido Social Cristiano Everaldo Dias Pereira quien le sumergió en el Jordán y, tras el bautismo, le preguntó: “¿Acredita Usted que Jesús es Hijo de Dios?”, a lo que Bolsonaro respondió: “Acredito”. Tras el bautismo citó la afirmación de Jesús: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8,32) e hizo la siguiente confesión: “Recupero una fe que me acompañará para el resto de mi vida”.

El dios de Bolsonaro

El dios en el que cree el actual presidente de Brasil y con él los cristoneofascistas es el que legitima las dictaduras y denuesta la democracia. Bolsonaro ha defendido la dictadura brasileña que duró más de veinte años, de 1964 a 1985.

De ella ha llegado a afirmar que su principal error “fue torturar y no matar”. También ha elogiado el golpe de Estado de Augusto Pinochet y lo ha hecho como respuesta a las críticas de Michelle Bachelet, presidenta de Chile durante dos mandatos (2006-2010, 2014-2018) y actual Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a la política de Bolsonaro.

La reacción de Bolsonaro no deja lugar a dudas: Dios se pone del lado de los dictadores, verdugos, criminaliza a las víctimas de manera inmisericorde y, como expresara Atahualpa Yupanki, come en la mesa del patrón.

Este respondió a Bachelet que se olvidaba “de que su país no era como Cuba solo gracias a los que tuvieron el coraje de ‘dar un basta’ a la izquierda de 1973, entre quien estaba su padre, entonces brigadier”. La reacción de Bolsonaro no deja lugar a dudas: Dios se pone del lado de los dictadores, verdugos, criminaliza a las víctimas de manera inmisericorde y, como expresara Atahualpa Yupanki, come en la mesa del patrón.

Culto em comemoração aos 106 anos da Assembleia de Deus

(Boa Vista – RR, 26/10/2021) Culto em comemoração aos 106 anos da Assembleia de Deus.
Foto: Isac Nóbrega/PR

Comentando la Declaración postsinodal Querida Amazonía, del papa Francisco, Bolsonaro negó que hubiera fuego en la floresta húmeda y cuestionó en tono burlesco y teocrático el contenido de la exhortación: “El papa Francisco dijo ayer que la Amazonía es de él, que es de todo el mundo; coincidentemente yo estaba ayer con el canciller argentino… el papa es argentino, pero Dios es brasileño”. ¡Dios étnico y nacional contrario al Dios universal de las religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam!

El dios de Bolsonaro es el dios negacionista del calentamiento global, insensible a la violencia de género, militarista, hecho a imagen y semejanza del militar Bolsonaro y de su gobierno con una numerosa representación militar.

El Dios de Bolsonaro, según Eliane Brum, es el que odia el mundo globalizado, el que cree que los inmigrantes pueden amenazar la soberanía de Brasil, el que cree que las escuelas del país se han convertido en una verdadera bacanal infantil alentada por profesores defensores de la “ideología de género”. Y yo añado: es el dios negacionista del calentamiento global, insensible a la violencia de género, militarista, hecho a imagen y semejanza del militar Bolsonaro y de su gobierno con una numerosa representación militar. Es un dios vengativo, y no el Dios del perdón, de la compasión y la misericordia como el predicado y practicado por Jesús de Nazaret. Nada que ver con el Dios liberador del éxodo y de los profetas de Israel, que opta por las personas y los colectivos empobrecidos.

Es el dios de la magia y de la superstición. En el momento álgido de la pandemia con decenas de miles de personas brasileñas contagiadas y miles de personas muertas por día, dictó un decreto por el que declaraba los cultos religiosos como “servicio esencial” a la ciudadanía. Dicha normativa se inspiraba en la afirmación del pastor evangélico Silas Malafaia, uno de sus asesores religiosos: “La iglesia es una agencia de salud emocional, tan importante como los hospitales”. ¡Mayor desprecio a la vida, imposible!

«No se preocupen con el coronavirus, esa una táctica o más que eso, de Satanás. Satanás trabaja con el miedo, el pavor, con la duda. Y cuando la gente está con miedo, pavor o dudas, quedan débiles, cualquier vientito se transforma en una neumonía». Edir Macedo

Asesorado por los pastores de las mega-iglesias, Bolsonaro minusvaloró desde el principio la gravedad del coronavirus, que calificó de “gripecilla”, y de la pandemia, que calificó de psicosis e histeria, mostró su desconfianza hacia la ciencia y propuso como alternativa la fe. Declaró su cercanía al obispo evangélico Edir Macedo, para quien el coronavirus es una estrategia de Satanás para infundir miedo, pánico e incluso terror, pero que solo afecta a la gente sin fe. Como antídoto al coronavirus propone el “coronafé”, que solo es eficaz para quienes creen firmemente en la palabra de Dios. El propio Bolsonaro llegó a profetiza contra el coronavirus ante un grupo de evangélicos que lo esperaba enfervorizada aclamándolo como “Mesías” a las puertas del palacio presidencial.

La respuesta a la desconfianza hacia la ciencia y al carácter mágico-curativo de la fe al margen de la medicina la ofrece el teólogo y filósofo intercultural Raimon Panikkar en su libro «La religión, el mundo y el cuerpo» (Herder, Barcelona, 2012) cuando afirma:

“Desligada de la medicina, la religión deja de ser […] una fuente de júbilo […]; se torna una fuerza alienante, que, raramente, puede refugiarse en el ‘negocio’ de salvar almas no encarnadas o en la espera de un cielo proyectado en un futuro lineal, pero que pierde valor terrenal e incluso su raison d’ être, puesto que ya no puede salvar al ser humano real de carne y hueso […] una especie de medicina para otro mundo, al precio de ignorar este de aquí” (p. 111)

Y concluye Panikkar: “La religión sin medicina no es religión, se deshumaniza, se torna cruel y aliena a los seres humanos de su propia vida en esta tierra. La religión sin medicina se vuelve patológica”. (p. 112).

El Dios de Bolsonaro -conocido también como BolsoNero- exige el sacrificio de seres humanos, un sacrificio selectivo de las personas, clases sociales y sectores más vulnerables de la población brasileña, de las comunidades afrodescendientes e indígenas. Esto se ha puesto de manifiesto durante la pandemia con la muerte de en torno a 600.000 personas, en su mayoría de los sectores y clases populares, que han sido sacrificadas con la excusa de salvar la economía. ¡La economía por encima de la vida!

El obispo, profeta, místico y poeta Pedro Casaldáliga responde, con su vida y las causas que defendió -más importantes que su vida-, al cristoneofascismo de Bolsonaro con la propuesta de un cristianismo liberador, desevangelizador y descolonizador, del que él fue uno de los símbolos más luminosos.

La inversión no puede ser más necrófila. Es la más inhumana aplicación de la teoría de la necropolítica, expuesta por el científico político camerunés Achille Mbembe, según la cual los poderes deciden quién debe morir y quién puede vivir, y de la cultura del descarte del Papa Francisco, según la cual “los excluidos no son ‘explotados’, sino ‘desechos’, ‘sobrantes’ (La alegría del Evangelio, n. 53).

El dios de Bolsonaro es, en fin, un dios ecocida que exige sacrificar la naturaleza, sobre todo con la destrucción de la selva amazónica, sin reparar que la naturaleza es la fuente de la vida, y Dios es dador de vida. El dios de Bolsonaro está emparentado con los ídolos de muerte del cristoneofascismo.

El obispo, profeta, místico y poeta Pedro Casaldáliga responde, con su vida y las causas que defendió -más importantes que su vida-, al cristoneofascismo de Bolsonaro con la propuesta de un cristianismo liberador, desevangelizador y descolonizador, del que él fue uno de los símbolos más luminosos. Propone, asimismo, como alternativa al dios necrófilo y sacrificial del actual -y esperemos que por muy poco tiempo-presidente de Brasil- el Dios Padre y Madre, “el Dios de todos los nombres”, que «en el vientre de María de Nazaret se hizo ser humano y en el taller de José se hizo clase”.

 

Juan José Tamayo. Profesor emérito de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de La Internacional del odio. ¿Cómo se construye? ¿Cómo se deconstruye? (Icaria, Barcelona, 2022, 3ª ed.) y Pedro Casaldáliga. Larga camina da con los pobres de la tierra (Herder, Barcelona, 2020)

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Los asesinatos por conflictos en el campo en Brasil crecieron un 75 % en 2021

Los asesinatos por conflictos en el campo en Brasil crecieron un 75 % en 2021

En Brasil, los asesinatos por conflictos en el campo crecieron un 75% en 2021, un aumento que refleja «el abandono y acción deliberada contra la vida de las personas» del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro. La denuncia ha sido hecha por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), vinculada al Episcopado brasileño, en la presentación de su informe anual, Cuaderno de Conflictos en el Campo 2021.

 

La Tierra Indígena Yanomami (TIY) ha sido uno de los territorios más duramente afectados por la violencia de los garimpeiros, buscadores de oro clandestinos, en Brasil. Reconocida en 1992, la TIY es la mayor de Brasil en extensión, con 9,6 millones de hectáreas (3 veces el tamaño de toda Cataluña). En ella viven los indígenas Yanomami y los Ye’kwana. También hay constancia de la presencia de ocho grupos de indígenas aislados en la selva, uno de ellos conocido como el pueblo indígena Moxihatëtëa. Desde 2012, la actividad clandestina de extracción minera está en expansión acelerada en el país y está teniendo un impacto significativo sobre la Amazonia.

Durante el 2020, el Centro de Documentación de la CPT – Don Tomás Balduino registró 9 muertes a consecuencia de conflictos del campo, la mayor parte dentro del estado de Amazonas (6). En 2021 fueron registradas 109 muertes a consecuencia de conflictos, lo que significa aumento de 1.110%.

Del total, 101 muertes fueron registradas dentro del estado de Roraima. Todas indígenas Yanomamis. Todas causadas por acciones de buscadores de oro clandestinos. Desde 2020, la Asociación Hutukara alerta a las autoridades de los riesgos de la escalada de violencia en las regiones de la TIY donde la extracción minera ilegal, el garimpo, ha avanzado más. Según datos obtenidos por el Sistema de Vigilancia de la Minería Ilegal dentro de la TIY, el cauce del río Uraricoera es la región más afectada por esta actividad, concentrando un 45% de toda el área degradada por la minería ilegal dentro del territorio indígena yanomani.

Treball esclau al Brasil

Brasil cerró el 2021 con 1937 rescatados de la esclavitud, la suma más alta desde el 2013. Sérgio Carvalho/MTE

Violencia contra las personas: aumento del 75% en los asesinatos

En 2021, datos de la Comissión Pastoral de la Tierra evidencian que la violencia contra personas fue brutal. Sólo en los estados que conforman la Amazonia Legal se registraron 28 asesinatos, el 80% del total en todo Brasil. La actuación de “pistoleros por encargo” y de las llamadas “agromilicias”, así como de agentes públicos, ocasionó 35 asesinatos por conflictos en el campo en Brasil, durante el año 2021. De este total, 33 eran hombres y dos eran mujeres.

Durante este período hubo todavía 27 tentativas de asesinato y 132 amenazas de muerte. También fueron registradas 75 agresiones físicas con varios heridos, inúmeras intimidaciones y humillantes intentos de subyugación, con 13 registros de tortura practicadas principalmente por agentes privados de grandes propiedades, terratenientes, fazendeiros.

En total, 100 campesinos fueron presos en 2021, con aumento de 45% de prisiones respecto al año anterior.

Cinco persones LGBTI+ son victimas de violencia en el campo

Los datos de violencia contra las personas, divulgadas en la publicación Conflictos en el Campo Brasil 2021, presentan, por primera vez, informaciones sobre la orientación sexual y la expresión de género de las víctimas de la violencia en el campo. En 2021, cinco personas LGBTI+ del campo fueron víctimas de violencia, conforme consta en los datos publicados en el informe. Dichas violencias son: humillación y prisión; asesinato; intimidación y tortura.

Treball esclau al Brasil

En el mayor rescate de 2021, Souza Paiol fue considerado responsable de mantener 116 trabajadores esclavizados en la cosecha de paja para sus cigarrillos (Foto: Grupo de Inspección Móvil Especial/Divulgación)

Trabajo esclavo: mayor número de rescatados des del 2013

En 2021, la fiscalía del trabajo brasileña rescató de la situación de esclavitud a 1.726 personas, el mayor número desde 2013. Un aumento de 113% en relación a la cifra de 2020. Fueron 169 casos de trabajo esclavo en ambiente rural el 2021, aumento de 76% en relación al año anterior. Siendo el estado de Minas Gerais el que lidera la lista, con 51 casos y 757 personas rescatadas. Enseguida viene el estado del Pará, con 27 casos, y el de Goiás con 17.

Del total de rescatados de esta práctica criminal, 64 eran niños y adolescentes, lo que corresponde a un aumento del 121% respecto al año anterior. Las regiones Sudeste y Centro-Oeste concentraron el mayor número de menores de edad esclavizados, 19 cada una.

Estas dos regiones es donde se detectaron también más casos de trabajo esclavo: en la región Sudeste fueron registrados 59 casos y 919 rescatados, mientras que en el Centro-Oeste fueron 37 casos y 415 rescatados en 2021.

Aumentan los intentos de destrucción de las condiciones de existencia de los pueblos del campo

Durante el 2021 hubo 2.143 familias desalojadas judicialmente, más del 12% respecto al año 2020. Del mismo modo hubo un aumento del 18% de la cantidad de familias expulsadas violentamente de sus tierras. El número pasó de 469, en 2020, a 555, en 2021.

Más de 71 millones de hectáreas estuvieron o todavía están en conflicto. Las tierras indígenas constituyen la mayoría abrumadora de estas tierras que sufren intrusiones con violencia y agresivos saqueos, correspondiendo al 81% de las áreas en situación de tensión social y conflicto. Los llamados sin-tierra constituyen la segunda categoría de identidad con más áreas bajo cruenta presión y conflicto, seguidos por los “posseiros”.

Treball esclau al Brasil

El alto porcentaje de negros entre los esclavos rescatados es un síntoma de la realidad que viven los negros todavía hoy en Brasil (Fotografía: Sergio Carvalho – Subsecretario de Inspección de Trabajo del Ministerio de Economía)

Por lo que respecta a los datos sobre el número de familias implicadas en conflictos por tierra en los últimos diez años, salta a la vista el espectacular aumento de la cantidad de familias que han tenido sus tierras invadidas desde el inicio del actual gobierno (2019-2021): nada menos que 206% más en relación al 2018.

En la Amazonia se han registrado el 64,5% de las amenazas de expulsión, el 63% de las contaminaciones por agrotóxicos, el 78% de la deforestación ilegal, el 87% de las expulsiones, el 81% de las grillagens (acaparamiento ilegal de tierras), el 82% de las invasiones, el 69% de los registros de sicarios y pistoleros, el 73% de las omisiones/connivencias del Estado y el 70% de violaciones de las condiciones de existencia.

Resistencia

Las acciones de ocupación y recuperación de tierras tuvieron también un aumento expresivo en 2021. En total, estas acciones de resistencia pasaron de 29 a 2020, a 50 a lo largo de 2021, un aumento de 72%, y de 1.391 familias al 2020, hasta 4.761 familias que ocuparon y recuperaron tierras en 2021. Un aumento de 242%.

 

Datos del infome anual de la Comisión Pastoral de la Tierra.

 

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Nuestras Causas de cada día

Nuestras Causas de cada día

Somos las Causas que asumimos, las que vivimos, por las que luchamos, y por las que estamos dispuestos a morir. Yo soy yo y mis causas. Mi vida valdrá lo que mis Causas valgan.

América Latina es el Continente más consciente de su comunitaria identidad. Por su unidad histórico-militante, de sangre y utopía, de muerte y esperanza, ella puede hablar colectivamente de unas Causas propias.

Y esas Causas, en cuanto latinoamericanas y en cuanto asumidas como desafío existencial y como proceso político, entrañan tres constantes, tan utópicas como necesarias, y complementarias entre sí:

a) la opción por los pobres, opción por el pueblo;

b) la liberación integral;

c) la solidaridad fraterna.

Cuatro son las grandes Causas de la Patria Grande que esta Agenda privilegia, por creerlas fundamentales en la contextura social y espiritual de esta su «hora».

1. Las culturas raíz y testimonio

Perseguidas y hasta prohibidas; marginadas y hasta masacradas. La cultura indígena, la cultura negra, la cultura mestiza, la cultura migrante. Cada una de ellas con su especificidad; más o menos conflictiva, según los tiempos y las latitudes.

Hoy, las cuatro -esqueleto y carne, sangre y piel de Nuestra América- se ven enfrentadas con esa niveladora «cultura adveniente», que niega las identidades, prohibe la alteridad y sojuzga neocolonizadoramente.

Las cuatro defienden su autoctonía. Y, para sobrevivir y, particularmente, para contribuir con su originalidad, deben hacer alianza fraterna y defenderse de los nuevos invasores, como una sola América plural. India, negra, mestiza, migrante, sea cada vez más ella misma, esta Nuestra América singular.

2. Lo popular alternativo

El socialismo latinoamericano, la democracia integral, la civilización de la pobreza compartida pero militante, la lucha por los derechos humanos y por las transformaciones sociales juntamente con la gratuidad y la fiesta.

Muerto «el socialismo real», ¡viva el socialismo utópico! ¡viva la democracia popular! y que se vaya muriendo la democracia neoliberal que se considera única salida de la sociedad humana y «fin de la historia».

Lo popular, y por ser popular, «alternativo» -diferente de lo que se nos da, contrario a lo que se nos impone, creativo frente al fatalismo rutinario-, es el programa más realista y el desafío histórico más eficaz para los Pueblos latinoamericanos; para sus líderes y políticos, para sus partidos y sindicatos, para las Iglesias que quieran ser latinoamericanamente cristianas y para ese nuevo sujeto emergente colectivo que es el Movimiento Popular.

3. La Mujer

Ella, ni menos ni más. Secularmente marginada, en casi todas las culturas; también, cómo no, en esta machista América Latina que, de por sí, es más Matria que Patria
Grande, Abia Yala -tierra virgen madre en constante fecundidad-.

Las mujeres, todas las mujeres -también las negras, también, y las indias, también, y las pobres y las utilizadas y las sometidas- se están poniendo en pie de conciencia colectiva y organizada, y son, con mucha frecuencia, soporte y mayor a en las diferentes esferas del movimiento popular. Y lo serán cada vez más. Y no sólo en la praxis sino también en el pensamiento; no sólo en la militancia, sino también en el liderazgo. Y los hombres y la Sociedad y la Iglesia habrán de reconocer y respetar y dialogar, porque ya la mujer latinoamericana se reconoce altivamente, exige el respeto de la igualdad y dialoga a altura fraterna. Ni quiere los privilegios ñoños de cierto feminismo primermundista, ni aceptará fácilmente que la Sociedad o la Iglesia sigan declarando como dogma de fe la presencia y la acción de la mujer en un segundo plano sometido.

4. La ecología integral

La comunión armoniosa con la Naturaleza, madre y esposa, hábitat y vehículo. Una ecología contemplativa al mismo tiempo que funcional. Sin las distancias interesadas con que fácilmente el Primer Mundo defiende la ecología lejana… En intersolidaridad ecológica, de los diferentes Pueblos del Continente, de los Continentes entre sí y hasta en la cotidianidad del vecindario.

Herencia ancestral de los Pueblos indígenas que tan bien han sabido amar y respetar la Naturaleza, América Latina puede y debe dar al mundo esta lección actualísima de la ecología integral. Ni queremos la Tierra como un museo intocable, ni aceptamos la técnica, la industria, el mercado como la ley y el futuro omnipotentes. El primer elemento esencial para nuestra ecología es el propio ser humano, la especie viva más amenazada de extinción por la ambición de la propia especie.

Nosotros mismos queremos ser ecología consciente, convivencia pacífica, tierra cultivada y soñada utopía.

Si América Latina es nuestra Causa, estas grandes Causas de la Patria Grande, habrán de ser, diariamente, nuestras grandes Causas a lo largo del año 1993, que sigue al 1992 famoso. La vivencia entusiasmada, la defensa militante y la diaria utopía de esas cuatro grandes Causas nos posibilitará vivir otros 500 años, pero muy «otros»…; quinientos y miles… Y seremos
mañana el ayer mártir ya florecido, «y seremos millones»…

Así, desde nuestra alteridad asumida y respetada, podremos dar la contribución específica que de nosotros espera el único Mundo Humano, ya sin primero ni tercero.

Y esa convivencia de América Latina con los otros Pueblos de la Tierra Humana se irá pareciendo cada vez más al Reino de Dios.

¡Sauidi, Axé, Shalom!

Texto de Pedro Casaldáliga en la Agenda Latinoamericana‘1993

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Mejora del laboratorio del Hospital Comarcal del Araguaia

Mejora del laboratorio del Hospital Comarcal del Araguaia

El laboratorio del Hospital Comarcal del Araguaia ha recibido este jueves, 10 de marzo de 2022, nuevos equipamientos para mejorar su capacidad y calidad asistencial. El espacio ha sido completamente renovado y adaptado para ofrecer una estructura capaz de atender a los pacientes de los municipios de São Félix do Araguaia, Luciara y Alto Boa Vista.

 

O laboratório do Hospital Regional do Araguaia foi reformado e novos equipamentos foram aquiridos.

El espacio del laboratorio del Hospital Comarcal de Araguaia se ha renovado y hemos instalado nuevos equipamientos.

 

Responsable de atender a una población de más de 20 mil personas, entre ellos a los pueblos Karajá y Xavante, las mejoras recibidas son el resultado de un proyecto de colaboración entre la Fundación Pedro Casaldáliga, su socia local (la Associação ANSA ) y el Fons Català de Cooperació al Desenvolupament y permitirán aumentar la cantidad y calidad de análisis y pruebas diagnósticas que se podrán realizar localmente, evitando largos desplazamientos y demoras por la población más vulnerable de la zona.

 

Novo laboratório do Hospital Regional do Araguaia

Los nuevos equipamientos podrán atender mejor a las 20 mil personas que viven en los municipios de São Félix do Araguaia, Luciara y Alto Boa Vista.

 

El Consorcio Intermunicipal de Saúde (CISA), responsable público del Hospital Comarcal ha coordinado los trabajos y ha llevado a cabo la renovación del espacio y las adecuaciones técnicas necesarias para la instalación de los nuevos equipamientos, en una muestra más de su compromiso con la salud de la comarca de Araguaia.

En la ceremonia de inauguración estuvieron presentes las representantes de la socia local de la Fundación, la Associação ANSA, los alcaldes de los municipios de São Félix do Araguaia, Luciara y Alto Boa Vista, y una representación de los concejales y concejalas de los ayuntamientos implicados.

 

Inauguração do novo laboratório no Hospital Regional do Araguaia

Momento del acto de inauguración del nuevo laboratorio del Hospital Comarcal de Araguaia.

 

Placa d'inauguració

Placa inaugural del nuevo laboratorio.

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Pequeña contribución con el Pueblo Iny-Karajá

Pequeña contribución con el Pueblo Iny-Karajá

El pueblo Iny-Karajá vive en las orillas del río Araguaia desde hace miles de años. Sin embargo, al igual que muchos otros pueblos indígenas de Brasil, se enfrentan al reto de una vida digna en sus comunidades. El sistema sanitario en la mayoría de los pueblos es precario, y en esta ocasión hemos conseguido un poco de apoyo para preservar los historiales médicos de los pacientes.

Habitantes seculares de las riberas del río Araguaia en los estados de Goiás, Tocantins y Mato Grosso, los Karajá tienen una larga convivencia con la Sociedad Nacional, lo que, sin embargo, no les ha impedido mantener costumbres tradicionales del grupo como: la lengua nativa, las muñecas de cerámica, la pesca familiar, los rituales como las fiestas de Aruanã y Casa Grande (Hetohoky), los adornos de plumas, la cestería y la artesanía de madera y las pinturas corporales, como los característicos dos círculos en la cara. Al mismo tiempo, buscan la convivencia temporal en las ciudades para reclamar sus derechos territoriales, el acceso a la salud, la educación bilingüe, entre otros.

Localización y habitantes

Los karajá son habitantes inmemoriales de la cuenca del río Araguaia, en la Isla de Bananal y sus alrededores, comprendiendo un territorio que abarca las fronteras entre los estados de Tocantins, Pará, Mato Grosso y Goiás.

Mayor isla fluvial del planeta, con cerca de veinte mil kilómetros cuadrados de extensión, la isla de Bananal está formada por la bifurcación del río Araguaia en un brazo menor, el río Javaés, que luego, unos 340 km más adelante, se vuelve a unir con el Araguaia, ya en la frontera entre los estados de Pará y Tocantins.

Los indígenas constituyen una pequeña proporción de los habitantes. Los Xavante: cazadores, fuertes, valientes, incluso hace unos años cuando sembraban el terror por estos lares. Temerosos. Muy nobles. Los Carajá: pescadores, comunicativos, de fácil amistad, fiesteros, artesanos del barro, de las plumas de los pájaros y de la paja de la palma; delicados y enfermizos, particularmente atacados por los contactos prematuros y deshonestos con la llamada civilización, a través de los funcionarios, el turismo y el comercio: con la bebida, el tabaco, la prostitución y las enfermedades importadas. Los Tapirapé: campesinos, mansos y sensibles; muy comunitarios y de una delicada hospitalidad.

Pedro Casaldáliga. Carta Pastoral de 1971.

Considerado uno de los santuarios ecológicos más importantes del país, al estar situado en la franja de transición entre la selva amazónica y el Cerrado, alberga una gran diversidad de fauna y flora.

A ilha do Bananal é a ilha fluvial maior do mundo

La isla de Bananal es la mayor isla fluvial del mundo y se extiende por las fronteras de los estados de Tocantins, Pará, Mato Grosso y Goiás.

Las aldeas de Santa Isabel do Morro (Hãwalò) y Fontoura (Btõiry), situadas en la orilla occidental de la isla de Bananal, bañada por el río Araguaia, en la frontera con el estado de Mato Grosso, son los asentamientos más antiguos y las mayores comunidades de Karajá, que actualmente cuentan con unos 680 y 650 habitantes respectivamente.

Otros pueblos tradicionales son Krehãwa (São Domingos), Itxala, Macaúba, Buridina (Aruanã), Mirindiba y Maranduba. De asentamiento más reciente, y más pequeño, tenemos los pueblos de Wataù, Hãwalora, Ibutuna, Nova Tytema, JK, Teribrè, Awixe y Wrebia.

Para saber más sobre el Pueblo Iny-Karajá y los demás pueblos indígenas de Brasil, puede visitar el sitio web : Povos Indígenas do Brasil, AQUÍ.

Una pequeña ayuda

Respondiendo a una petición de los profesionales sanitarios que trabajan en el puesto de salud de la aldea de Santa Isabel, la Fundación ha facilitado la compra de 2.000 carpetas de plástico en las que se pueden guardar los registros personales y el historial médico de cada uno de los pacientes de la aldea.

Posto de Saúde de Santa Isabel do Morro

Situación de la documentación clínica de la comunidad de Santa Isabel.

Evidentemente se trata de una aportación mínima con la humilde intención de proteger al menos los historiales médicos de los residentes. Sin embargo, las necesidades son lógicamente mucho mayores y requieren la ayuda de todos y, sobre todo, el compromiso del Gobierno Federal con los Pueblos Indígenas.

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“Hoy ya no tengo esos sueños” [Circular fraterna de Pedro Casaldáliga]

“Hoy ya no tengo esos sueños” [Circular fraterna de Pedro Casaldáliga]

El Cardenal Carlo M. Martini, jesuita, biblista, arzobispo que fue de Milán y colega mío de Parkinson, es un eclesiástico de diálogo, de acogida, de renovación a fondo, tanto de la Iglesia como de la Sociedad. En su libro de confidencias y confesiones Coloquios nocturnos en Jerusalén, declara:

«Antes tenía sueños sobre la Iglesia. Soñaba con una Iglesia que recorre su camino en la pobreza y en la humildad, que no depende de los poderes de este mundo; en la cual se extirpara de raíz la desconfianza; que diera espacio a la gente que piensa con más amplitud; que diera ánimos, en especial, a aquellos que se sienten pequeños o pecadores. Soñaba con una Iglesia joven. Hoy ya no tengo más esos sueños».

Esta afirmación categórica de Martini no es, no puede ser, una declaración de fracaso, de decepción eclesial, de renuncia a la utopía. Martini continúa soñando nada menos que con el Reino, que es la utopía de las utopías, un sueño del mismo Dios.

Él y millones de personas en la Iglesia soñamos con la «otra Iglesia posible», al servicio del «otro Mundo posible». Y el cardenal Martini es un buen testigo y un buen guía en ese camino alternativo; lo ha demostrado.

Tanto en la Iglesia (en la Iglesia de Jesús que son varias Iglesias) como en laSociedad (que son varios pueblos, varias culturas, varios procesos históricos) hoy más que nunca debemos radicalizar en la búsqueda de la justicia y de la paz, de la dignidad humana y de la igualdad en la alteridad, del verdadero progreso dentro dela ecología profunda. Y como dice Bobbio «hay que instalar la libertad en el corazón mismo de la igualdad»; hoy con una visión y una acción estrictamente mundiales. Es la otra globalización, la que reivindican nuestros pensadores, nuestros militantes, nuestros mártires, nuestros hambrientos…

No hay modo de servir simultáneamente al dios de los bancos y al Dios de la Vida, conjugar la prepotencia y la usura con la convivencia fraterna

La gran crisis económica actual es una crisis global de Humanidad que no se resolverá con ningún tipo de capitalismo, porque no cabe un capitalismo humano; el capitalismo sigue siendo homicida, ecocida, suicida. No hay modo de servir simultáneamente al dios de los bancos y al Dios de la Vida, conjugar la prepotencia y la usura con la convivencia fraterna. La cuestión axial es: ¿Se trata de salvar el Sistema o se trata de salvar a la Humanidad? A grandes crisis, grandes oportunidades. En idioma chino la palabra crisis se desdobla en dos sentidos: crisis como peligro, crisis como oportunidad.

En la campaña electoral de EE UU se enarboló repetidamente «el sueño de Luther King», queriendo actualizar ese sueño; y, con ocasión de los 50 años de la convocatoria del Vaticano II, se ha recordado, con nostalgia, el Pacto de las Catacumbas de la Iglesia sierva y pobre. En el 16 de noviembre de 1965, pocos días antes de la clausura del Concilio, 40 Padres Conciliares celebraron la Eucaristía en las catacumbas romanas de Domitila, y firmaron el Pacto de las Catacumbas. Dom Hélder Câmara, cuyo centenario de nacimiento estamos celebrando este año, era uno de los principales animadores del grupo profético. El Pacto en sus 13 puntos insiste en la pobreza evangélica de la Iglesia, sin títulos honoríficos, sin privilegios y sin ostentaciones mundanas; insiste en la colegialidad y en la corresponsabilidad de laIglesia como Pueblo de Dios, y en la abertura al mundo y en la acogida fraterna.

Hoy, nosotros, en la convulsa coyuntura actual, profesamos la vigencia de muchos sueños, sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo podemos renunciar. Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal, el neoimperialismo del dinero y de las armas, una economía de mercado y de consumismo que sepulta en la pobreza y en el hambre a una grande mayoría de la Humanidad. Y seguiremos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza.

Hoy, nosotros, en la convulsa coyuntura actual, profesamos la vigencia de muchos sueños, sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo podemos renunciar. Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal, el neoimperialismo del dinero y de las armas, una economía de mercado y de consumismo que sepulta en la pobreza y en el hambre a una grande mayoría de la Humanidad. Y seguiremos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza. Exigimos la transformación sustancial de los organismos mundiales (ONU, FMI, Banco Mundial,OMC…). Nos comprometemos a vivir una «ecológica profunda e integral», propiciando una política agraria-agrícola alternativa a la política depredadora del latifundio, del monocultivo, del agrotóxico. Participaremos en las transformaciones sociales, políticas y económicas, para una democracia de «alta intensidad».

A Igreja se comprometerá, sem medo, sem evasões, com as grandes causas de justiça e da paz, dos direitos humanos e da igualdade reconhecida de todos os povos. Será profecia de anuncio, de denúncia, de consolação. A política vivida por todos os cristãos e cristãs será aquela «expressão mais alta do amor fraterno» (Pio XI).

Como Iglesia queremos vivir, a la luz del Evangelio, la pasión obsesiva de Jesús, el Reino. Queremos ser Iglesia de la opción por los pobres, comunidad ecuménica y macroecuménica también. El Dios en quien creemos, el Abbá de Jesús, no puede ser de ningún modo causa de fundamentalismos, de exclusiones, de inclusiones absorbentes, de orgullo proselitista. Ya basta con hacer de nuestro Dios el único Dios verdadero. «Mi Dios, ¿me deja ver a Dios?». Con todo respeto por la opinión del Papa Benedicto XVI, el diálogo interreligioso no sólo es posible, es necesario. Haremos de la corresponsabilidad eclesial la expresión legítima de una fe adulta. Exigiremos, corrigiendo siglos de discriminación, la plena igualdad de la mujer en la vida y en los ministerios de la Iglesia.

Estimularemos la libertad y el servicio reconocido de nuestros teólogos y teólogas. La Iglesia será una red de comunidades orantes, servidoras, proféticas, testigos de la Buena Nueva: una Buena Nueva de vida, de libertad, de comunión feliz. Una Buena Nueva de misericordia, de acogida, de perdón, de ternura, samaritana a la vera de todos los caminos de la Humanidad. Seguiremos haciendo que se viva en la práctica eclesial la advertencia de Jesús: «No será así entre vosotros» (Mt 21,26). Sea la autoridad servicio. El Vaticano dejará de ser Estado y el Papa no será más Jefe de Estado. La Curia habrá de ser profundamente reformada y las Iglesias locales cultivarán la inculturación del Evangelio y la ministerialidad compartida. La Iglesia se comprometerá, sin miedo, sin evasiones, en las grandes causas de la justicia y de la paz, de los derechos humanos y de la igualdad reconocida de todos los pueblos. Será profecía de anuncio, de denuncia, de consolación.La política vivida por todos los cristianos y cristianas será aquella «expresión más alta del amor fraterno» (Pío XI).

Nos negamos a renunciar a estos sueños aunque puedan parecer quimera.«Todavía cantamos, todavía soñamos». Nos atenemos a la palabra de Jesús: «Fuego he venido a traer a la Tierra; y qué puedo querer sino que arda» (Lc 12,49). Con humildad y coraje, en el seguimiento de Jesús, miraremos de vivir estos sueños en el cada día de nuestras vidas. Seguirá habiendo crisis y la Humanidad, con sus religiones y sus iglesias, seguirá siendo santa y pecadora. Pero no faltarán las campañas universales de solidaridad, los Foros Sociales, las Vías Campesinas, los Movimientos populares, las conquistas de los Sin Tierra, los pactos ecológicos, los caminos alternativos de Nuestra América, las Comunidades Eclesiales de Base, los procesos de reconciliación entre el Shalom y el Salam, las victorias indígenas y afro y, en todo caso, una vez más y siempre «yo me atengo a lo dicho: la Esperanza».

Cada uno y cada una a quien pueda llegar esta circular fraterna, en comunión de fe religiosa o de pasión humana, reciba un abrazo del tamaño de estos sueños. Los viejos aún tenemos visiones, dice la Biblia (Jl 3,1). Leí hace unos días esta definición: «La vejez es una especie de posguerra»; no necesariamente de claudicación. El Parkinson es sólo un percance del camino y seguimos Reino adentro.

Pedro Casaldáliga
Circular 2009

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