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“Hoy ya no tengo esos sueños” [Circular fraterna de Pedro Casaldáliga]

“Hoy ya no tengo esos sueños” [Circular fraterna de Pedro Casaldáliga]

El Cardenal Carlo M. Martini, jesuita, biblista, arzobispo que fue de Milán y colega mío de Parkinson, es un eclesiástico de diálogo, de acogida, de renovación a fondo, tanto de la Iglesia como de la Sociedad. En su libro de confidencias y confesiones Coloquios nocturnos en Jerusalén, declara:

«Antes tenía sueños sobre la Iglesia. Soñaba con una Iglesia que recorre su camino en la pobreza y en la humildad, que no depende de los poderes de este mundo; en la cual se extirpara de raíz la desconfianza; que diera espacio a la gente que piensa con más amplitud; que diera ánimos, en especial, a aquellos que se sienten pequeños o pecadores. Soñaba con una Iglesia joven. Hoy ya no tengo más esos sueños».

Esta afirmación categórica de Martini no es, no puede ser, una declaración de fracaso, de decepción eclesial, de renuncia a la utopía. Martini continúa soñando nada menos que con el Reino, que es la utopía de las utopías, un sueño del mismo Dios.

Él y millones de personas en la Iglesia soñamos con la «otra Iglesia posible», al servicio del «otro Mundo posible». Y el cardenal Martini es un buen testigo y un buen guía en ese camino alternativo; lo ha demostrado.

Tanto en la Iglesia (en la Iglesia de Jesús que son varias Iglesias) como en laSociedad (que son varios pueblos, varias culturas, varios procesos históricos) hoy más que nunca debemos radicalizar en la búsqueda de la justicia y de la paz, de la dignidad humana y de la igualdad en la alteridad, del verdadero progreso dentro dela ecología profunda. Y como dice Bobbio «hay que instalar la libertad en el corazón mismo de la igualdad»; hoy con una visión y una acción estrictamente mundiales. Es la otra globalización, la que reivindican nuestros pensadores, nuestros militantes, nuestros mártires, nuestros hambrientos…

No hay modo de servir simultáneamente al dios de los bancos y al Dios de la Vida, conjugar la prepotencia y la usura con la convivencia fraterna

La gran crisis económica actual es una crisis global de Humanidad que no se resolverá con ningún tipo de capitalismo, porque no cabe un capitalismo humano; el capitalismo sigue siendo homicida, ecocida, suicida. No hay modo de servir simultáneamente al dios de los bancos y al Dios de la Vida, conjugar la prepotencia y la usura con la convivencia fraterna. La cuestión axial es: ¿Se trata de salvar el Sistema o se trata de salvar a la Humanidad? A grandes crisis, grandes oportunidades. En idioma chino la palabra crisis se desdobla en dos sentidos: crisis como peligro, crisis como oportunidad.

En la campaña electoral de EE UU se enarboló repetidamente «el sueño de Luther King», queriendo actualizar ese sueño; y, con ocasión de los 50 años de la convocatoria del Vaticano II, se ha recordado, con nostalgia, el Pacto de las Catacumbas de la Iglesia sierva y pobre. En el 16 de noviembre de 1965, pocos días antes de la clausura del Concilio, 40 Padres Conciliares celebraron la Eucaristía en las catacumbas romanas de Domitila, y firmaron el Pacto de las Catacumbas. Dom Hélder Câmara, cuyo centenario de nacimiento estamos celebrando este año, era uno de los principales animadores del grupo profético. El Pacto en sus 13 puntos insiste en la pobreza evangélica de la Iglesia, sin títulos honoríficos, sin privilegios y sin ostentaciones mundanas; insiste en la colegialidad y en la corresponsabilidad de laIglesia como Pueblo de Dios, y en la abertura al mundo y en la acogida fraterna.

Hoy, nosotros, en la convulsa coyuntura actual, profesamos la vigencia de muchos sueños, sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo podemos renunciar. Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal, el neoimperialismo del dinero y de las armas, una economía de mercado y de consumismo que sepulta en la pobreza y en el hambre a una grande mayoría de la Humanidad. Y seguiremos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza.

Hoy, nosotros, en la convulsa coyuntura actual, profesamos la vigencia de muchos sueños, sociales, políticos, eclesiales, a los que de ningún modo podemos renunciar. Seguimos rechazando el capitalismo neoliberal, el neoimperialismo del dinero y de las armas, una economía de mercado y de consumismo que sepulta en la pobreza y en el hambre a una grande mayoría de la Humanidad. Y seguiremos rechazando toda discriminación por motivos de género, de cultura, de raza. Exigimos la transformación sustancial de los organismos mundiales (ONU, FMI, Banco Mundial,OMC…). Nos comprometemos a vivir una «ecológica profunda e integral», propiciando una política agraria-agrícola alternativa a la política depredadora del latifundio, del monocultivo, del agrotóxico. Participaremos en las transformaciones sociales, políticas y económicas, para una democracia de «alta intensidad».

A Igreja se comprometerá, sem medo, sem evasões, com as grandes causas de justiça e da paz, dos direitos humanos e da igualdade reconhecida de todos os povos. Será profecia de anuncio, de denúncia, de consolação. A política vivida por todos os cristãos e cristãs será aquela «expressão mais alta do amor fraterno» (Pio XI).

Como Iglesia queremos vivir, a la luz del Evangelio, la pasión obsesiva de Jesús, el Reino. Queremos ser Iglesia de la opción por los pobres, comunidad ecuménica y macroecuménica también. El Dios en quien creemos, el Abbá de Jesús, no puede ser de ningún modo causa de fundamentalismos, de exclusiones, de inclusiones absorbentes, de orgullo proselitista. Ya basta con hacer de nuestro Dios el único Dios verdadero. «Mi Dios, ¿me deja ver a Dios?». Con todo respeto por la opinión del Papa Benedicto XVI, el diálogo interreligioso no sólo es posible, es necesario. Haremos de la corresponsabilidad eclesial la expresión legítima de una fe adulta. Exigiremos, corrigiendo siglos de discriminación, la plena igualdad de la mujer en la vida y en los ministerios de la Iglesia.

Estimularemos la libertad y el servicio reconocido de nuestros teólogos y teólogas. La Iglesia será una red de comunidades orantes, servidoras, proféticas, testigos de la Buena Nueva: una Buena Nueva de vida, de libertad, de comunión feliz. Una Buena Nueva de misericordia, de acogida, de perdón, de ternura, samaritana a la vera de todos los caminos de la Humanidad. Seguiremos haciendo que se viva en la práctica eclesial la advertencia de Jesús: «No será así entre vosotros» (Mt 21,26). Sea la autoridad servicio. El Vaticano dejará de ser Estado y el Papa no será más Jefe de Estado. La Curia habrá de ser profundamente reformada y las Iglesias locales cultivarán la inculturación del Evangelio y la ministerialidad compartida. La Iglesia se comprometerá, sin miedo, sin evasiones, en las grandes causas de la justicia y de la paz, de los derechos humanos y de la igualdad reconocida de todos los pueblos. Será profecía de anuncio, de denuncia, de consolación.La política vivida por todos los cristianos y cristianas será aquella «expresión más alta del amor fraterno» (Pío XI).

Nos negamos a renunciar a estos sueños aunque puedan parecer quimera.«Todavía cantamos, todavía soñamos». Nos atenemos a la palabra de Jesús: «Fuego he venido a traer a la Tierra; y qué puedo querer sino que arda» (Lc 12,49). Con humildad y coraje, en el seguimiento de Jesús, miraremos de vivir estos sueños en el cada día de nuestras vidas. Seguirá habiendo crisis y la Humanidad, con sus religiones y sus iglesias, seguirá siendo santa y pecadora. Pero no faltarán las campañas universales de solidaridad, los Foros Sociales, las Vías Campesinas, los Movimientos populares, las conquistas de los Sin Tierra, los pactos ecológicos, los caminos alternativos de Nuestra América, las Comunidades Eclesiales de Base, los procesos de reconciliación entre el Shalom y el Salam, las victorias indígenas y afro y, en todo caso, una vez más y siempre «yo me atengo a lo dicho: la Esperanza».

Cada uno y cada una a quien pueda llegar esta circular fraterna, en comunión de fe religiosa o de pasión humana, reciba un abrazo del tamaño de estos sueños. Los viejos aún tenemos visiones, dice la Biblia (Jl 3,1). Leí hace unos días esta definición: «La vejez es una especie de posguerra»; no necesariamente de claudicación. El Parkinson es sólo un percance del camino y seguimos Reino adentro.

Pedro Casaldáliga
Circular 2009

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Balsareny apela al legado de Pedro Casaldáliga por los derechos humanos

Balsareny apela al legado de Pedro Casaldáliga por los derechos humanos

El pueblo en el que nació Pedro Casaldáliga profundiza en su legado con un trabajo escolar y una matinal para recordar la lucha del obispo y espolear el seguimiento de su testigo.

El pueblo de Balsareny continúa profundizando en su conocimiento sobre la tarea y la huella que Pedro Casaldáliga ha dejado.

Esta vez, la Fundación Pedro Casaldáliga y las entidades sociales y educativas del pueblo han organizado dos actos populares para acercar la figura del obispo a la ciudadanía y conocer con más profundidad su tarea en América Latina.

Una actividad escolar para profundizar en el conocimiento del trabajo concreto de Casaldáliga

El viernes 3 de diciembre, la Escola Guillem organizó una charla de la brasileña Zilda Martins, colaboradora de la Fundación Pedro Casaldáliga, nacida en el Araguaia y responsable del Archivo del obispo entre 2013 y 2017.

L'Escola Guillem de Balsareny aprofundeix en la figura i el llegat del Bisbe Pere Casaldàliga

La Escuela Guillermo de Balsareny profundiza en la figura y el legado del Obispo Pedro Casaldáliga.

Los niños y niñas de 4º de ESO se mostraron muy activos e interesados, haciendo muchas preguntas y queriendo saber muchas cosas de la vida del obispo y de la región donde vivió más de 50 años.

Zilda pudo explicar en primera persona como era Pedro Casaldáliga, como actuaba y qué hacía en su día a día. También pudo acercar a los alumnos la realidad de São Félix do Araguaia, haciéndolos conscientes de las dificultades en materia de educación o salud que todavía se sufren en aquella región de la Amazonia.

Los niños y niñas de 4º de ESO se mostraron muy activos e interesados, haciendo muchas preguntas y queriendo saber muchas cosas de la vida del obispo y de la región donde vivió más de 50 años.

Una matinal popular para recordar la lucha de Casaldáliga

Posteriormente, el miércoles 8 de diciembre, a pocos días de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos,  más de 100 personas participaron de la matinal para recordar el obispo y apelar por la continuidad a su trabajo.

Mural a favor dels drets humans que es va pintar ahir al matí i que després es va penjar al campanar

Mural a favor de los derechos humanos que se pintó ayer por la mañana y que después se colgó al campanario.

Tal como relata Queralt Casals, del diari Regió7, en su edición del 9 de diciembre de 2021:

Las causas de Casaldáliga y su legado fueron presentes a la jornada de la mano del activista social y periodista David Fernández y del miembro de la Fundación Pedro Casaldáliga Raul Vico, que glosaron la figura del que fue y continúa siendo un símbolo de la lucha para combatir las desigualdades sociales.

El nombre de Pedro Casaldáliga, que murió el agosto del año pasado, está intrínsecamente ligado en la lucha por los derechos humanos. El obispo de Balsareny dedicó su vida a trabajar por los derechos de los pueblos campesinos e indígenas de la Amazonia brasileña. Su pueblo natal quiso recoger ayer su testigo universal en una matinal organizada por la Fundación Pedro Casaldáliga, el Círculo Cultural de Balsareny y el Centro Instructivo y Recreativo, que tuvo lugar en el Casino [Centro Social] del pueblo. La jornada empezó con un almuerzo que destinará la recaudación a proyectos solidarios de la fundación y todos los niños que lo desearon pudieron dar color a un mural en favor de los derechos humanos que se colgó en el campanario de la iglesia.

David Fernández i Raul Vico en un moment de la xerrada

David Fernández y Raul Vico en un momento de la explicación.

Casaldáliga hoy, en la vigilia de la celebración del Dia Mundial de los Derechos Humanos del año 2021, es la mejor enmienda al mundo injusto de nuestros días y al mismo tiempo el mejor antídoto contra la peor versión de nosotros mismos.

David Fernàndez

El plato fuerte de la matinal llegó con la charla. Por su parte, David Fernández, que reconoció que a Casaldáliga «no lo he conocido nunca y es como si lo conociera de siempre», lo definió como «un referente de que las cosas se pueden hacer diferente». El activista social aseguró que «Casaldáliga hoy, en la vigilia de la celebración del Dia Mundial de los Derechos Humanos del año 2021, es la mejor enmienda al mundo injusto de nuestros días y al mismo tiempo el mejor antídoto contra la peor versión de nosotros mismos.». En la misma línea, el exdiputado de la CUP añadió que «Pedro es por suerte hoy el nuestro otro mundo posible y nuestra utopía necesaria y practicable contra todos los tiranos y ladrones» y apeló al compromiso con sus causas «que al final son todas las causas del mundo que tienen algo a ver con la dignidad humana».

Els actes van ser organitzats per la Fundació Pere Casaldàliga, el Cercle Cultural de Balsareny i el Centre Instructiu i Recreatiu, i van tenir lloc al Casino

Los actos fueron organizados por la Fundación Pedro Casaldáliga, el Círculo Cultural de Balsareny y el Centro Instructivo y Recreativo, y tuvieron lugar al Casino [Centro Social] de Balsareny.

Casaldáliga no fue el obispo de los pobres, fue el obispo de la subversión, que puso boca abajo la sociedad del Araguaia, el poder político y la dictadura brasileña y fue construyendo una nueva sociedad.

Raul Vico

A su vez, Raul Vico, que sí que conoció de cerca a Casaldáliga, con quién trabajó activamente en São Félix do Araguaia, contextualizó la tarea del obispo en defensa de los pueblos indígenas. A su entender «no fue el obispo de los pobres, fue el obispo de la subversión, que puso boca abajo la sociedad de la Araguaia, el poder político y la dictadura brasileña y fue construyendo una nueva sociedad».

Balsareny tiene mucho más que un obispo, una persona avanzada a su tiempo.

Raul Vico

Por todo ello, el asesor del ONG brasileña ANSA dijo que «Balsareny tiene mucho más que un obispo, tiene una persona avanzada a su tiempo que percibió con su visión profética cuáles eran las luchas esenciales para hacernos más humanos a nosotros individualmente y como sociedad». Por eso, animó a los asistentes a «mirar más allá de la figura del obispo» y a «mantener limpio el camino que él ha abierto».

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Quedan los pobres y Dios

Quedan los pobres y Dios

Quedan los pobres y Dios

En palabras al final de sus días, Pedro Casaldáliga nos decía: “opten por los pobres. Opten verdaderamente por los pobres”. Sin embargo, ¿sabemos realmente lo que eso implica? Él mismo lo explicaba.

9 de diciembre de 2021

Las causas de Pedro Casaldáliga

La Opción por los Pobres sigue siendo la opción por los pobres, textualmente.

Quiero decir: sigue siendo una conciencia de que los pobres son la opción del mismo Dios, el Dios de Jesús. La biblia entera, y, sobre todo, la palabra, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, nos confirman en esta conciencia teológica, teologal, de que Dios optó, opta y seguirá optando por los pobres, sus hijos -mayoría- prohibidos de ser plenamente humanos, por sistemas de prepotencia y de marginación

La opción por los pobres es «para los pobres»: fundamentalmente, los que no tienen, los que no pueden, aquellos que viven las «carencias» de la vida normal, económicamente: falta de tierra, de vivienda, de salud, de educación, de participación. Los prohibidos de vivir plenamente su dignidad de personas, hijos e hijas de Dios, hermanos y hermanas.

Optar significa siempre «volverse hacia», entregarse, comprometerse.

Cuando se opta por los pobres se opta contra las causas, las estructuras, los sistemas que hacen pobres a los pobres y les impiden vivir con dignidad esa condición humana, histórica, de hijos e hijas de Dios, hermanos y hermanas.

Hoy la OP es de mayor actualidad. Por dos motivos. Los pobres son más en número, en América Latina, en todo el tercer mundo. Y son más pobres; es mayor el empobrecimiento […].

Es más actual también hoy la OP porque hay muchos intereses que quieren desactualizarla.

Entre los poderosos, evidentemente, pero también en la conciencia o cansada o dormida o egoísta de muchos cristianos. Son muchos los que están cansados -dicen- de oír hablar de la opción por los pobres. (A mí me gusta responderles que seguramente los pobres están mucho más cansados de ser pobres).

Simultáneamente, esta opción se ha hecho más actual porque se ha hecho también más dialéctica. Este cansancio, estas ganas de marginar la misma opción, de considerarla como ya pasada, por un lado, y por otro lado, el movimiento ascendente de conciencia popular -en América Latina de un modo muy especial, en todo el tercer mundo, y en los sectores solidarios de la sociedad del primer mundo, los medios de comunicación con sus bienes y sus males- nos facilitan también esta conciencia.

Podríamos decir de un modo global que las mayorías oprimidas, prohibidas, marginadas (como pobres, económicamente tales; como culturas, hasta ahora consideradas subculturas, culturas menores, culturas al margen) están adquiriendo una conciencia clara no sólo de sus derechos, iguales a los derechos de cualquier otro pueblo o cultura, o de cualquier otra persona humana; están adquiriendo la conciencia de su protagonismo en la historia.

 

Los teólogos y los sociólogos de la liberación nos han hablado con frecuencia de «la lógica de las mayorías». Podríamos, deberíamos hablar hoy de la conciencia creciente de las mayorías y del protagonismo de las mayorías. De un modo difuso unas veces, de un modo más consciente otras, se siente, se palpa en la vida social la reivindicación de la igualdad entre los varios sectores de cada país y de los países o naciones entre sí.

Siguen ahí las estructuras (la ONU misma, el FMI, el Banco Mundial) marginando, excluyendo y esa misma exclusión crea una conciencia mayor de la iniquidad del sistema sociopolítico-económico que se nos ha impuesto, como exasperación, como el «no va más» del capitalismo, transnacionalizado, que hace de la sociedad humana un mercado simplemente, que proclama el derecho exclusivo de una minoría insignificante, y justifica la inmensa exclusión de la inmensa mayoría.

Al revés de lo que la propia Biblia -Palabra de Dios- con respecto al «resto de Israel» -un resto sacramental de la humanidad toda, progresivamente liberada y salvada- el neoliberalismo proclama el derecho y el futuro de un resto que excluye al otro resto mayoritario, inmenso, de la humanidad.

El triunfo del neoliberalismo coincide -es causa en parte, en parte efecto- con la caída del socialismo real, con el retroceso -o la transición por lo menos- de ciertas revoluciones sociales, políticas, más radicales.

El pragmatismo del neoliberalismo se asienta feliz sobre el desmoronamiento de muchas utopías. Y ese pragmatismo, que tiene en sus manos la economía, los medios de comunicación, fácilmente se justifica en la conciencia inmadura, o cansada, o fatalista, de muchos, el que las cosas sean así.

La derechización de la economía es también, con mucha frecuencia, de las Iglesias, de las religiones. El «no va más» proclamado por el neoliberalismo, de un modo conformista o de un modo fatalista, acaba también siendo con mucha frecuencia el no va más de una aceptación del mismo pueblo.

En la Iglesia, en las últimas décadas, más fundamentalmente a partir del pontificado de Juan Pablo II, estamos viviendo una involución, un auténtico conservadurismo eclesial, eclesiástico.

También el Concilio Vaticano II fue una auténtica revolución eclesial y abrió el horizonte para muchas utopías, dentro y hasta fuera de la Iglesia.

De unos años para acá se le vienen recortando las alas a esta utopía que nos abrió el Concilio Vaticano II.

En América Latina, como en ninguna otra región del mundo, el Concilio levantó el eco y la praxis de Medellín y Puebla. En nuestra Iglesia latinoamericana, el Concilio se encarnó, se ubicó, en una teología nueva, propia, la teología de la liberación; en una pastoral explícita de múltiples pastorales que llamamos «específicas» que significaban fundamentalmente la acogida, el clamor de las mayorías marginadas y de los varios sectores de esa marginación: indígenas, negros, campesinos, mujeres, menores, migrantes.

La utopía se hizo carne y sangre de nuestra iglesia, y muy particularmente de las bases mayoritarias de nuestra Iglesia; de un modo más concreto en las propias comunidades de base.

Es curioso recordar con qué obsesión se quiere pulir, perfilar, condicionar, la opción por los pobres, añadiéndole aquél «ni exclusiva ni excluyente», y se olvida que la economía, la política, la sociedad en sus estructuras y en sus poderes, son cada vez más exclusivas y excluyentes.

Hoy, como nunca, la opción por los pobres debería ser radical. Debería ser al servicio de las mayorías, incluyendo también -eso sí, y con mucha lucidez, y hasta las últimas consecuencias- la opción por los pobres «otros», la opción por las culturas -valga la palabra- «empobrecidas» por ser prohibidas, marginadas, desconsideradas.

No es que todo sea oscuro, ni es que podamos aceptar el pesimismo como horizonte. De un modo difuso, informal -como se da la economía informal en la sociedad- en la misma sociedad y en la Iglesia muy concretamente, dentro del movimiento popular social o eclesial, hay una conciencia, una organización y una praxis alternativa y ascendente de los mismos pobres.

De la opción por los pobres, pues, quedan los pobres y queda el Dios liberador de los pobres.

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Las 7 actitudes imprescindibles para vivir la «Ecología Integral»

Las 7 actitudes imprescindibles para vivir la «Ecología Integral»

Estas son algunas de las actitudes profundas, urgentes y necesarias, que surgen de otra visión sistémica, totalmente ecológica, que puede ayudar a salvar la vida y el planeta. Las cumbres o los ténues compromisos entre países olvidan que es necesario un cambio de paradigma, un cambio de marco de pensamiento, un profundo cambio de sistema.

 

1. SUPERAR EL AMBIENTALISMO

 

En general, muchas personas, empresas, ONGs y Gobiernos están preocupados/as por el ambiente, por la ecología; son lo que solemos llamar «ambientalistas»: están comprometidos en cuidar el ambiente, la naturaleza, el planeta… Llamamos «ambientalismo» a esa actitud, que afortunadamente ha ido creciendo en los años pasados. Pero ahora se nos pide ir más allá del ambientalismo y pasar a una actitud de «ecología integral»… ¿Cuál es la diferencia entre las dos actitudes?

 

El ambientalismo, una actitud ecológica incompleta

 

Los «ambientalistas» estrictamente tales actúan como bomberos, apagando fuegos: hoy piden que un parque sea declarado nacional, mañana protestan contra la construcción de una represa, pasado mañana contra una mina… Está muy bien lo que hacen, y es necesario hacerlo, pero no basta, no resuelve los problemas; simplemente cura síntomas, pone parches, pero permite que el problema principal, la causa más profunda, continúe ahí.

 

Poble Indígena Xavante a l'Araguaia

Los Pueblos Indígenas son un ejemplo de cambio de paradigma. De vida Humana que se confunde con el Planeta.

 

Este ambientalismo superficial identifica los problemas en aquello que impide el funcionamiento de la «sociedad moderna desarrollada» (agotamiento o contaminación de los recursos, desastres…). Confía en que las soluciones tecnológicas podrán mantener los daños dentro de límites soportables. No se le ocurre cuestionar el mito del desarrollo ilimitado, del crecimiento económico constante…

 

Mentalmente, el ambientalismo continúa dentro del sistema, es deudor de la misma mentalidad que ha causado los problemas ecológicos. Propone una política de soluciones que no cortan el mal, sino que simplemente tratan de aliviar sus consecuencias, y con ello lo prolongan…

 

Es decir, mentalmente, el ambientalismo continúa dentro del sistema, es deudor de la misma mentalidad que ha causado los problemas ecológicos. Propone una política de soluciones que no cortan el mal, sino que simplemente tratan de aliviar sus consecuencias, y con ello lo prolongan…

 

La actitud ecológica radical

 

Otra actitud es la radical, porque quiere ir a la raíz del problema. Las varias corrientes ecológicas que aquí se agrupan coinciden en identificar esa raíz en las ideas y representaciones que han posibilitado la depredación de la naturaleza y han llevado al mundo occidental hacia la autodestrucción. Ésta es la raíz del problema, porque es la raíz del sistema que lo ha causado.

Por eso, estos ecologistas proponen luchar por un cambio en las ideas profundas que sostienen nuestra civilización y configuran nuestra forma de relación con la naturaleza, relación que nos ha llevado al desastre actual y a la posible catástrofe.

La actitud ecológica radical implica una crítica a los fundamentos culturales de Occidente. Cuestiona fundamentalmente:

a) La primacía absoluta que damos a los criterios económico-materiales para medir la felicidad y el progreso; la creencia en la posibilidad de un crecimiento constante e ilimitado tanto en economía como en comodidades y en población humana, como si no hubiera límites o no los estuviéramos ya sobrepasando;

b) La creencia de que la tecnología y el crecimiento solucionarán todos los problemas;

c) El absurdo de una economía que todo lo cuantifica menos los costos ecológicos, y sobre todo, la ignorancia crasa sobre la complejidad de la vida, la sacralidad de la materia y la fuerza espiritual del Universo.

 

Si no erradicamos la forma de pensar que es la causa de que estemos destrozando el planeta, no servirán de mucho las actitudes ambientalistas, apagando los fuegos causados por esa mentalidad.

 

Esta forma tradicional de pensar, este viejo paradigma, que tiene raíces filosóficas y hasta religiosas, es lo que nos ha puesto históricamente en guerra contra la naturaleza, contra la biodiversidad, contra los bosques, los ríos, la atmósfera, los océanos…

Sólo cambiando esa vieja forma de pensar nos podremos reconciliar con el planeta. Si no erradicamos la forma de pensar que es la causa de que estemos destrozando el planeta, no servirán de mucho las actitudes ambientalistas, apagando los fuegos causados por esa mentalidad, dejando que siga en pie la mentalidad vieja, haciendo desastres ecológicos todos los días.

 

Incendi aprop de São Félix do Araguaia

Incendio en la región del Araguaia provocado para quemar la selva y “abrir” nuevas áreas para el ganado.

 

Una visión holística

 

Todo ello es una visión nueva, no antropocéntrica, sino holística: miramos ahora desde el todo (naturaleza), y no desde la parte (el ser humano).

Y creemos en la primacía del todo sobre la parte. El ser humano necesita de la Naturaleza para subsistir, la Naturaleza se las arregla muy bien sin el ser humano.

El humanismo clásico postulaba que el ser humano era el único portador de valores y significado, y que todo lo demás era materia bruta a su servicio… Ha sido una visión gravemente equivocada, que nos ha puesto en contra de la naturaleza, y que ha de ser erradicada.

 

Sólo si abordamos una «reconversión ecológica» de nuestros estilos de vida, de nuestra mentalidad, incluso de nuestra espiritualidad… estaremos en capacidad de «volver a nuestra Casa Común», a la Naturaleza, de la que, indebidamente, nos autoexiliamos en algún momento del pasado.

 

Captar estos motivos más profundos, los motivos que van a la raíz, descubrir la ecología como camino integral de sabiduría para nuestra propia realización personal, social y espiritual, eso es lo que significa llegar a descubrir la «ecología integral». Con ella podremos vivir en plenitud la comunión y la armonía con todo lo que existe, y con todo que somos, sabiéndolo y saboreándolo, de una manera integralmente ecológica, sin quedarnos en actitudes cortas, simplemente ambientalistas, a medio camino.

Sólo si abordamos una «reconversión ecológica» de nuestros estilos de vida, de nuestra mentalidad, incluso de nuestra espiritualidad… estaremos en capacidad de «volver a nuestra Casa Común», a la Naturaleza, de la que, indebidamente, nos autoexiliamos en algún momento del pasado.

 

2. ADOPTAR UNA NUEVA COSMOLOGÍA

 

El mundo que hoy conocemos es totalmente diferente del mundo en el que pensábamos que estábamos. Si somos unos «seres-en-el-mundo», la ciencia nos ha transformado, porque nos hace conscientes de que estamos en otro mundo. Y este otro mundo no sólo se diferencia en sus dimensiones (infinitamente mayores en espacio, en tiempo), sinó en su historia, y sobre todo en su naturaleza y en su complejidad. Es «otro mundo». Y por eso, nosotros, que somos parte y fruto de esta nueva visión del mundo, resultamos ser otra cosa que lo que pensábamos.

Desde esta nueva visión que la ciencia hace posible hoy día –por primera vez en la historia de la humanidad– es preciso ahora «re-convertirlo todo», replantear y reformular todo lo que hasta ahora creíamos: nuestra idea del mundo, del cosmos, de la materia, de la vida, de nosotros mismos, de lo espiritual… Todo es diferente desde la nueva visión.

Nos tenemos que reinventar, reconvirtiéndolo todo, desde la nueva visión de la ecología integral.

 

3. TENER UNA NUEVA VISIÓN DEL MUNDO

 

Las personas y la sociedad son deudoras de la visión tradicional del mundo, que lo concebía como un aglomerado de objetos (no como una comunidad de seres vivos ni, mucho menos, como un cuasi-organismo vivo).

Durante los últimos siglos ha sido enteramente dominante la división cartesiana de la realidad en cosas materiales, extensas (físicas, inanimadas, materiales, organizadas mecánicamente) y entidades espirituales, pensantes, con conciencia, incorpóreas.

Todo el mundo extenso estaría compuesto de materia, esa realidad física compacta, inanimada, pasiva, sin vida, estéril por sí misma. Los animales mismos no dejarían de ser máquinas bien organizadas, pero desprovistas de entidad mental o espiritual. Todo sería objetos, todo un mundo de objetos, en el que estaríamos decepcionantemente solos, sin nadie con quien compartir fuera de nosotros mismos.

 

Sólo hay un árbol genealógico en este planeta, que agrupa e incluye a todos los seres vivos (incluidos los humanos).
Otra visión de la vida.

 

Otra visión de la vida

 

La visión tradicional que hemos tenido de los seres vivos es la de seres inferiores a nosotros, clasificados en especies y familias separadas «creadas» de un modo fijo y estable desde el principio, independientes, sin parentesco. Hoy las ciencias ecológicas nos dan una visión totalmente diferente.

Sin que sepamos todavía si la vida brotó en nuestro planeta o llegó aquí desde fuera traída por meteoritos, lo cierto es que toda la vida del planeta está emparentada. Es sólo una, porque es la misma, sólo que evolucionada con una creatividad inimaginable.

La ciencia hoy nos hace ver que no existen familias vegetales y animales sueltas, independientes, que compartan sólo apariencias externas… sino que todos los seres vivos de este planeta son miembros de una misma y única familia. Sólo hay un árbol genealógico en este planeta, que agrupa e incluye a todos los seres vivos (incluidos los humanos).

La biosfera

 

No es un aglomerado de seres vivos amontonados en la superficie de este planeta. Es una red de sistemas, de sistemas de sistemas, interdependientes, retroalimentados, que dependen de interacciones de variables sutiles que mantienen estables los equilibrios de los que depende el bienestar común.

La famosa primera fotografía de la Tierra desde el exterior, desde el Apolo 8, en 1968, sobrecogió a la opinión publica, y la hipótesis «Gaia» de James Lovelock nos hizo pensar: ese planeta azul revestido de esa capa sutilísima de vida, la biosfera, está vivo, a su manera, pero manteniendo lo sustancial de lo que llamamos «ser vivo»: una capacidad autoorganizativa y autorreguladora que permite la continuidad estable de la vida dentro de sus propios límites, sin deteriorarse, manteniéndose contra el tiempo.

 

São Félix do Araguaia

Vista aérea del pueblo de São Félix do Araguaia, donde Casaldáliga vivió más de 40 años.

 

4. …Y UNA NUEVA VISIÓN DE NOSOTROS MISMOS

 

Desde hace miles de años nos hemos visto como «otra cosa», como algo diferente de todo lo existente en el mundo, un ser infinitamente superior, y por eso mismo con derecho de dominio absoluto sobre todo lo que hay en la tierra.

 

Durante mucho tiempo, creímos que nosotros veníamos de arriba (de Dios), no de abajo (de la Tierra); de fuera de este mundo (somos espirituales, e inmortales), no de dentro… Pero las actuales nuevas ciencias cosmológicas ven las cosas de otra manera.

 

Para entenderlo y expresarlo fuimos creando creencias y mitos religiosos que lo «justificaban»: habríamos sido creados por Dios aparte, en el 6º día de la creación, «a imagen y semejanza suya», sólo nosotros. Nosotros veníamos de arriba (de Dios), no de abajo (de la Tierra); de fuera de este mundo (somos espirituales, e inmortales), no de dentro… Pero las actuales nuevas ciencias cosmológicas ven las cosas de otra manera:

Somos tierra

 

  • No venimos de fuera, sino de dentro: o sea, venimos de la tierra. Nuestro cuerpo está hecho de elementos, de átomos que no son eternos, que tienen fecha de fabricación, que fueron elaborados por las estrellas, en la explosión de las supernovas, que permitieron la aparición –por primera vez– del calcio para nuestros huesos, del hierro para nuestra sangre, del fósforo para nuestro cerebro… Todo lo que ha pasado en estos miles de millones de años de evolución de la Tierra para hacernos posibles a nosotros, es nuestra propia «historia sagrada», no sólo los apenas 4000 años de los relatos sagrados de nuestras religiones.

 

  • No venimos de arriba, no hemos caído como un paquete ya hecho y preparado, sino que somos una especie emergente, formada por evolución a partir de otras anteriores. Somos primates, de la familia de los grandes simios, y somos, eso sí, la única especie que queda de las varias del género homo que hicieron el recorrido evolutivo de una mayor encefalización, con la que hemos accedido a un nivel de conciencia y autoconciencia único en el conjunto de la Comunidad de la Vida de este planeta.

 

  • Nuestra reflexión, nuestra espiritualidad, y quizá la actual secularidad y la pos-religionalidad… son la evolución de la Tierra y de la Vida más allá de la evolución biológica y genética, más allá de la evolución cultural… Es la Tierra, y la Vida que la anima, quien vive y se expresa en nosotros y nos trasciende.

 

Plantearnos todo esto y replantearnos toda aquella vieja forma de mirarnos como separados del mundo, como superiores a él, como ajenos a todo lo cósmico y ecológico… significa que estamos volviendo a nuestra casa, a nuestro hogar ecológico, de donde nunca debiéramos habernos ido. Es volver a poner los pies en la Tierra, en el suelo de la Vida.

 

Collita de llavors a l'Assentament Dom Pedro

El Sr. João Carlos recolecta semillas de especies nativas en el Asentamiento Dom Pedro, en el Araguaia. Él vive en la tierra y para la tierra.

 

5. SENTIR UNA NUEVA ESPIRITUALIDAD

 

La ecología integral es una forma de mirar (un paradigma) que lo incorpora todo al marco de la naturaleza: todo es considerado como parte de la naturaleza, del mundo, de la realidad cósmica. ¿También lo espiritual y lo religioso? Sí, también, todo.

Tradicionalmente no era así. Se consideraba que lo espiritual era totalmente diferente a este mundo material. Espiritual era lo no material, lo no corporal, lo no terrenal. Creíamos que lo espiritual pertenecía a otro mundo, el mundo celestial, o como también se llamaba, lo sobre-natural. Dábamos por supuesto un dualismo, una separación radical, entre esos dos ámbitos.

 

Eco-Espiritualidad: experiencia espiritual

 

La eco-espiritualidad es una experiencia de admiración extasiada de la belleza sobrecogedora del cosmos percibida como verdadera epifanía del misterio. Es una experiencia contemplativa transformadora, unitiva, fruitiva y a la vez de éxtasis, que nos saca de nosotros mismos y nos traslada a un mundo inefable.

 

La EE no es un saber intelectual, un conjunto de ideas, sino un saber-sabor cordial, procesado con la inteligencia eco-sensible, con el corazón.

Es una experiencia de admiración extasiada de la belleza sobrecogedora del cosmos percibida como verdadera epifanía del misterio. Es una experiencia contemplativa transformadora, unitiva, fruitiva y a la vez de éxtasis, que nos saca de nosotros mismos y nos traslada a un mundo inefable… Acaba produciendo un sentido de comunión no dual (no estamos separados del Misterio que nos arroba y extasía), y con ello un sentido de pertenencia a la Naturaleza, a la Tierra, a la Vida, al Universo, al Todo Misterioso.

No se necesita apartarse del mundo (¡todo lo contrario!), ni someterse a un proceso iniciático complicado: está al alcance de cualquiera que ponga manos a la obra.

 

Eco-Espiritualidad y praxis

 

Ver y sentir de otra manera, nos lleva inevitablemente a actuar de modo diferente. Ojos que ven, corazón que siente, y manos que actúan. Sentirnos pertenecientes a la Tierra nos lleva a sentirla y defenderla como a nuestro propio cuerpo, como a nuestra Casa Común.

Recuperar una espiritualidad ecocentrada, libre de aquella milenaria alienación por la que estuvimos sentiéndonos más hijos del cielo que de la Tierra, es la única esperanza para salvar la Vida y el Planeta, porque sólo dejaremos de destruir la Tierra cuando sintamos su carácter sagrado, y nos sintamos a nosotros integralmente parte de su Cuerpo divino.

 

6. RECONVERTIRNOS ECOLÓGICAMENTE

 

Cada día los medios de comunicación apelan al «crecimiento económico», como lo único importante. Crecer en renta económica, en dinero, a costa de lo que sea. Es un discurso hegemónico en nuestra sociedad.

Como en el cuento de Andersen: es ya bastante gente la que intuye que es falso, que es precisamente lo contrario lo que estamos necesitando: no tanto crecer, cuanto simplemente desarrollarnos, es decir, organizarnos mejor, distribuir más equitativamente, y dejar de destruir nuestro propio hábitat, cuidar nuestro nicho ecológico, romper con hábitos y lujos superfluos y dañinos. Y sobre todo, cambiar el patrón energético actual, a base de energías fósiles que envenenan constantemente el aire que respiramos.

Seamos realistas y digamos la verdad: ya estamos en la 6ª gran extinción, en el camino cierto que conduce a la gran catástrofe. Otra cosa es que «teóricamente» pudiéramos detenernos… La realidad es que llevamos una gran inercia que nos hace dificilísimo parar, y para colmo, no estamos convencidos de la necesidad de hacerlo, ni estamos dispuestos a asumir los grandes sacrificios que habría que hacer para conseguir ir frenando y finalmente detenernos en la carrera hacia la catástrofe.

 

Sólo si cambiáramos mucho, muchísimo, y sólo si lo hiciéramos muy rápidamente, podríamos evitar esa catástrofe que ahora mismo es lo más probable.

 

Sólo si lográramos hacer una reconversión socio-político-económico-productiva descomunal de nuestra sociedad, y una transformación radical de nuestro estilo de vida, de nuestro patrón energético y de nuestro sistema de producción, podríamos detenernos.

Sólo si cambiáramos mucho, muchísimo, y sólo si lo hiciéramos muy rápidamente, podríamos evitar esa catástrofe que ahora mismo es lo más probable. Si no lo conseguimos, o –lo que es peor– si simplemente no hacemos nada –aunque sea sin dejar de «hablar» del tema– la catástrofe está garantizada. Continuar teniendo miedo a decirlo es un error, y un falso servicio a la humanidad. Hay que decirlo.

 

Nens del Poble Xavante

Los Pueblos Indígenas «sienten la sacralidad de la tierra». Por eso, valorar y luchar por la preservación de su cultura y visión del mundo es también un compromiso con la vida.

 

7. PRACTICAR LA ECOLOGÍA INTEGRAL

 

Urge poner en marcha un nuevo sistema económico que sea integralmente funcional a la conservación y al crecimiento de la Comunidad de la Vida en este planeta, y al Buen Vivir de la humanidad en armonía con nuestra hermana Madre Tierra. Ésta es la gran transformación que urge poner en marcha.

 

Dada la nueva visión ecológica crítica a la que hoy hemos llegado, es obvio que tenemos que cambiar. Si sabemos que el mundo no es como habíamos imaginado; si nos percibimos a nosotros mismos de otra manera; si nuestra conducta equivocada nos ha metido en un camino de autodestrucción… debemos ser coherentes con esta nueva visión ecológica: urge abandonar el actual modelo de civilización, volcado enteramente hacia el «crecimiento económico», a costa de la vida –que estamos destruyendo en la nueva extinción masiva que hemos desatado–.

Urge poner en marcha un nuevo sistema económico que sea integralmente funcional a la conservación y al crecimiento de la Comunidad de la Vida en este planeta, y al Buen Vivir de la humanidad en armonía con nuestra hermana Madre Tierra. Ésta es la gran transformación que urge poner en marcha.

Con los nuevos fundamentos teóricos (la nueva visión que la ciencia ha hecho posible), y con la fuerza interior que nos da la nueva sensibilidad espiritual hacia la naturaleza, podemos/debemos poner en marcha nuevas prácticas integradas con esta visión integralmente ecológica. Hemos de asumirlas con plena convicción, en nuestra propia vida en primer lugar, y tratar de difundirlas militantemente.

 

Un cambio radical de sistema energético

 

Obviamente necesitamos energía para vivir, y en la Tierra, y sobre todo en los rayos del sol, la hay más que suficiente, sobreabundantísima. El problema es que ingenuamente, hemos montado nuestra civilización sobre la energía del carbono, cuyo dióxido (CO2) sólo muy tarde hemos sabido que envenena la atmósfera y produce el efecto invernadero, que ya está en marcha hace tiempo, y que hoy sabemos que se acelera indubitablemente: todos los años de este siglo XXI son de los más calurosos conocidos.

Ya no hay tiempo para discutir, sólo urge cortar radicalmente la emisión de más CO2. Hay que reducir drásticamente el uso de los combustibles fósiles (petróleo, gasolina, gas, carbón…) en favor de energías limpias y renovables.
 

Un cambio de estilo de vida

 

Muchas personas, en muchos lugares, haciendo cosas pequeñas, en todos los aspectos de su vida, marcarán un cambio profundo en la vida de este planeta y darán comienzo a una civilización nueva, civilización de la austeridad compartida y del Vivir Bien y en armonía con la Madre Tierra:

• Vivir con austeridad, sin lujos innecesarios, sin niveles de vida ofensivos para la inmensa mayor parte de la población mundial, que vive en la pobreza. Erradicar en mí el consumismo. No comprar lo que no necesito. No pretender tener «el último modelo». Cero gastos innecesarios. Recortar comodidades innecesarias e invertirlas a favor de la ecología.

• Utilizar menos agua caliente.

• Cero comida tirada a la basura. No a la dieta obsesivamente cárnica.

• Apagar las luces innecesarias, no utilizar el standby de los electrodomésticos. No comprar nuevos aparatos cuando no nos son necesarios.

• Las «cinco erres»: reutilizar, reducir, reparar, reciclar, regular.

Se trata de una «reconversión ecológica», tanto como de una «revolución cultural»: todo es distinto, y es la única salida. El viejo estilo de vida es «ecocida»: si no nos convertimos, nos suicidamos.
 

Una opción por el decrecimiento

 

Es un tema delicado, porque tiene muchos enemigos, ya que toca uno de los «dogmas» más sensibles del sistema económico, el del «crecimiento continuo, ilimitado». Pero en un planeta finito, donde ya hemos ocupado mucho de lo que él necesita para reponer nuestro consumo, abogar por un crecimiento ilimitado resulta insostenible (suicida incluso).

 

El «decrecimiento» es una corrección del estilo de vida que hoy se hace imprescindible para desandar parte del camino recorrido en la autodestrucción del planeta. Es un tema delicado, porque tiene muchos enemigos, ya que toca uno de los «dogmas» más sensibles del sistema económico, el del «crecimiento continuo, ilimitado». Pero en un planeta finito, donde ya hemos ocupado mucho de lo que él necesita para reponer nuestro consumo, abogar por un crecimiento ilimitado resulta insostenible (suicida incluso).

Continuar reivindicando el crecimiento ilimitado para dar a toda la población mundial el nivel de vida actual de los países desarrollados implicaría poder disponer de varios planetas; pero sólo tenemos éste. Pretender continuar creciendo de ese modo es optar por autoasfixiarnos.

 

Este es un resumen del texto publicado en la Agenda Latinoamericana Mundial de 2017.

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Presentación de la Agenda Latinoamericana Mundial 2022 en Barcelona

Presentación de la Agenda Latinoamericana Mundial 2022 en Barcelona

 

La Fundación Pedro Casaldáliga presenta en Barcelona la nueva edición de la Agenda Latinoamericana Mundial. El acto tendrá lugar el próximo jueves 18 de noviembre a las 19h en la Casa América Cataluña y se podrá seguir presencialmente o bien telemáticamente:

La presentación será en catalán e irá a cargo de Gabriela Serra, activista y miembro del Consejo de Redacción de la Agenda Latinoamericana en catalán.

Esta nueva edición, la 31ª, está dedicada a los movimientos populares y a reflexionar sobre su función, su estado y el futuro que tienen en la transformación de la sociedad. Por eso la Agenda Latinoamericana Mundial del 2022 se titula “Organización popular. Esperanza y acción transformadora”.

 

Tema de l'Agenda LlatinoAmericana 2022

 

Cómo es costumbre desde que Pedro Casaldáliga y José Maria Vigil pusieron en marcha la Agenda el 1992, destacadas personalidades, intelectuales y militantes ofrecen sus reflexiones y análisis alrededor del tema principal y, en esta edición, cuenta con la participación entre otras de Leonardo Boff, Ivone Gebara, Juan José Tamayo, Josep Maria Terricabras, Arcadi Oliveres (EPD), Salvador Martí, Frei Betto, Jordi Corominas, etc

 

 

Reflexiones cualificadas por un cambio urgente

 

Tal como explican desde la Comisión de la Agenda Latinoamericana en Cataluña, «la transformación en seguimiento de una nueva sociedad mundial es, sin duda, uno de los retos más grandes que la humanidad ha enfrentado en su historia, si no el que más. El punto de no retorno ecológico nos pone contra las cuerdas, al umbral del abismo hacia la extinción. Afrontamos el mayor reto como especie, la no autoextinción.

Si se piensa en la enorme evolución social, tecnológica, de pensamiento, de desarrollo, etc. y se contrasta, solo, con la huella ecológica de estas evoluciones en los mares, los bosques, las selvas, los desiertos, la atmósfera, la fauna, el planeta entero, el coste de la evolución es terriblemente alto.

Si además la contrastamos con el momento actual de nuestras sociedades –sociedades egocéntricas, sociedades organizadas por y para el consumismo desmesurado, sociedades que ningunean su humanidad, sociedades que luchan para deshumanizar aquello humano– entonces el contraste incluso es irónico y nefasto, una locura.

 

Este año 2022, la Latinoamericana Mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.

 

Habiendo advertido esta crisis desde tantos espacios de lucha, por diferentes voces, a través de las décadas, es innegable que no está todo perdido. De hecho, hay mucha esperanza latiente en todo el mundo y, cómo no, a nuestra Patria Grande, dentro de estas voces, en nuestra Agenda. Este año 2022, la Latinoamericana mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.

El virus ha desenmascarado, todavía más, estas realidades de la «evolución humana», que este año se muestran en los pensamientos variados y siempre proféticos de nuestros articulistas, hijos de su tiempo, poniendo un especial interés en el papel de las voces en conjunto, de los esfuerzos de hermandad y la importancia de unir estos esfuerzos. Las organizaciones sociales se convierten en el eje donde giran las ideas del ver, juzgar y sobre todo el actuar, de nuestras letras.

 

Es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas.

 

Ciertamente, la pandemia que empezó el 2019 todavía es lejos de acabar y ha agraviado las injusticias y las desigualdades. Sin embargo, es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas; con un trabajo de base renovada por los ideales y por las tecnologías, las conciencias continuarán despertándose. Y en consecuencia y con esperanza, la historia tendrá que pararse y después girar verso la humanización y el proceso de amalgamación con la madre tierra.

 

Romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.

 

De signos de esperanza hay, a pesar de que en algunas realidades parecería que no. Todavía hay esfuerzos titánicos para evitar la hecatombe global, y es allá donde se tienen que encaminar nuestros esfuerzos. La adaptación ha empezado, está claro que con un enorme esfuerzo por parte de todo el mundo, porque la humanidad es así, cambiar y adaptarse es difícil: romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.

En algunos ámbitos con menos bastante, como en los espacios religiosos o de espiritualidad, donde los cambios son realmente más difíciles (a pesar de que son evidentes los giros en los paradigmas de la iglesia católica con el papa Francisco para mencionar una feliz excepción); no obstante, existen grupos que realmente lo tienen claro, los de nuevos espacios a la diversidad sexual, los grupos de apoyo y defensa de los migrantes o los que luchan encarnizadamente por la defensa de la Pachamama, nuestra madre tierra. Y es a todos estos esfuerzos en conjunto que la Latinoamericana mundial abre sus espacios este año, siempre en consecuencia de su tiempo y de su gente.

La Agenda Latinoamericana 2022 presenta el esfuerzo de muchos grupos, de pensadoras y pensadores, soñadoras y soñadores, articulistas, promotores y promotoras, editores y editoras que incansablemente luchan por estas esperanzas que impulsan las grandes causas, desde el más mínimo, haciendo frente a los más grandes retos de la especie humana sin tregua y sin dudar.»

 

Fundación Pedro Casaldáliga

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