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Porque hay mártires en América Latina

Porque hay mártires en América Latina

Porque hay mártires en América Latina

«Un pueblo o iglesia que olvida a sus mártires no merece sobrevivir». Pedro Casaldáliga.

¿Por qué hay tantos mártires en América Latina

Asesinados por una causa; a veces torturados, siempre perseguidos.

América Latina es una de las regiones más desiguales del planeta, por lo que defender a los pobres siempre es un ataque contra los ricos. En América Latina no hay verdadera solidaridad sin enfrentamiento. Y la reivindicación es, en la mayoría de los casos, objeto de confrontación con el capital.

Cuando forma parte de un movimiento social, una organización de voluntarios o una ONG significa elegir una postura clara, la realidad solo admite una opción : el compromiso radical con los pobres y contra los poderosos.

Por lo tanto, en la realidad latinoamericana, tenemos muchos casos de hombres y mujeres que dieron su vida impulsados ​​por la fe y el deseo de servir a las causas de los campesinos, los pueblos indígenas, los trabajadores y los pobres.

¿Qué es ser un mártir?

En palabras del teólogo español Juan Ignacio González Faus: «La muerte del mártir no es la muerte del kamikaze … el mártir, por el contrario, lo recibe pasivamente: todo lo que hace no es apartarse del camino». Entonces actúa como Jesús. Además, agrega, «el mártir, el testigo, es el que da fe. Es decir, el mártir es un generador de fe, es el testigo más creíble.

El mártir, en el sentido actual, es el que da su vida por la verdad. En este sentido, el texto del Origen es muy expresivo: «Cualquiera que sea fiel a la verdad, ya sea de palabra o de hecho o trabajando para ello, puede llamarse a sí mismo, con todo derecho: testigo «.

Tiempo de los mártires

«Este es, más que nunca, un tiempo de mártires». Pedro Casaldáliga.

La memoria es una cita. Mantenerlo y mantenerlo vivo es obligación de todos. Mantener la memoria de quienes dieron vida a las causas de la justicia debería ser una de nuestras prioridades.

La memoria subversiva de tantos mártires es un alimento fuerte para la espiritualidad de nuestras comunidades y la resistencia de nuestros pueblos, el camino de la liberación. La celebración de esta memoria sacramentalmente efectiva es la mejor expresión de una gratitud reconfortante y comprometida.

Una pueblo o una iglesia que olvida a sus mártires no merece sobrevivir.

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Padre Nuestro de los Mártires

Padre Nuestro de los Mártires

Padre nuestro, de los pobres y de los marginados.
Padre nuestro, de los mártires y de los torturados.

Santificado sea Tu nombre en aquellos que mueren defendiendo la vida.
Tu nombre es glorificado, cuando la justicia es nuestra medida.
Tu Reino es de libertad, hermandad, paz y comunión.
Maldita toda la violencia que devora la vida por la represión.

Queremos hacer tu voluntad, Tú eres el verdadero Dios liberador.
No seguimos las doctrinas corrompidas por el poder opresor.
Te pedimos el pan de la vida, el pan de la seguridad, el pan de las multitudes.
El pan que da la humanidad, que construye hombres en lugar de cañones.

Perdónanos cuando, por miedo, permanecemos en silencio ante la muerte.
Perdonad y destruir los reinos donde la corrupción es la ley mayor.
Protégenos de la crueldad, de los escuadrones de la muerte.

Padre Nuestro revolucionario, compañero de los pobres, Dios de los oprimidos.
Padre Nuestro revolucionario, compañero de los pobres, Dios de los oprimidos.

Padre Nuestro de los pobres y de los marginados.
Padre Nuestro, de los mártires y de los torturados.

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¿Es la vejez la mejor edad?

¿Es la vejez la mejor edad?

¿Es la vejez la mejor edad?

Los viejos y las viejas, podemos responder desde nuestra propia experiencia.

Conocemos nuestras limitaciones, sentimos nuestras preocupaciones. La vista y el oído disminuyen, las fuerzas se debilitan, el estado de ánimo se agria fácilmente, la vida se siente como cansada. Son cuidados y más cuidados, pastillas y más pastillas. Coche viejo que tiene que aparcarse de vez en cuando y buscar un taller.

Eso, en el lado malo de la vejez. Pero, también tiene su lado bueno: Los deslumbrantes fuegos de la juventud sin el brillo molesto de la edad «fuerte».

La vejez es una larga lección aprendida, con muchos días de vida y clases personalizadas. Estas muchas hojas de calendario, que han estado cayendo a lo largo de los años, se han unido en el libro personal de la vida misma. Mi vejez es mi vida acumulada.

Es un buen momento para meditar, aceptar la palabra de Dios, rehacer algunas líneas torcidas que hemos estado trazando nuestras vidas.

La vejez es una especie de sacramento de penitencia y conversión, acción de gracias y esperanza. Dios se acerca.

Las vanidades y las mentiras se han van, llevadas por el viento del Espíritu, despojadas a la luz de la experiencia.

Para aquellos que son viejos, la vejez es la mejor edad. Para cada persona, la mejor edad es la que tiene. ¡Hoy será la juventud, mañana será la edad adulta, pasado mañana será la vejez. La dulce, la sufrida, vejez esperanzada!

Ahora, hablando con aquellos que aún no son viejos o viejas (¡y que Dios les conceda una vejez feliz!), algunos consejos. ¿Me permiten?

– Valorar a los ancianos como personas con su propia historia, con experiencia vivida, con derechos inalienables. Los viejos no son una carga; una anciana no es un resto de vida.

– Las personas mayores quieren comprensión, atención y afecto, no quieren sólo compasión.

– Deben ser visitados, deben ser informados de lo que sucede a su alrededor y en el mundo. ¡Están vivos!

– Deben activarse para el diálogo y ser llamados a participar.

– Pero deben respetarse en su silencio y su ritmo. El ruido y la prisa no van con la vejez.

– Se debe fomentar la vida de oración, su participación en la comunidad eclesial, su madurez en la fe.

A la vejez le gustan y necesita flores y música, buen humor y esperanza. ¡Fuera toda la tristeza! ¡que incluso la muerte es Pascua!

El bastón en la mano, la mano en el hombro, el nieto en el regazo, el tiempo que pasa, las hojas que caen y la vida madura. Dios se acerca. Para nosotros, los viejos y las viejas (incluso Dios es «el viejo de los días» según la Biblia), la vejez es la mejor edad porque es la nuestra, Dios es hoy en nuestro hoy maduro.

Pedro Casaldáliga

Publicado no Jornal Alvorada, em março-abril de 2003

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Así concretamos las causas de Casaldáliga en el Araguaia

Así concretamos las causas de Casaldáliga en el Araguaia

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Pedro Casaldáliga es una figura global. Reconocido en todo el mundo por su compromiso, su coherencia y su lucha a favor de los campesinos sin tierra, los Pueblos Indígenas y de aquellos que más sufren. Pero, ¿cómo es su trabajo concreto, día a día, en la región donde vive hace más de 50 años?

29 de febrero de 2020 (actualitzado)

Las causas de Pedro Casaldáliga

EJE DE TRABAJO 1

Campesinos/as sin tierra

La región del Araguaia tiene el mismo tamaño que países como Portugal o Guatemala. Con la mayoría de carreteras sin asfaltar, para atravesarla necesitamos más de 10 horas de autobús entre barro o polvo, según sea estación seca o de lluvias.

El Araguaia es una tierra marcada por una historia de grandes terratenientes que, todavía hoy, mantienen imperios agroindustriales dedicados a la producción de soja o a la cría de ganado para carne.

Son hectáreas y hectáreas de plantaciones, cuyos productos se envían a Europa, junto a millares de cabezas de ganado cuya carne se envía sobretodo a China.

En los primeros años de la llegada de Casaldáliga al Araguaia, en 1972, el principal problema era el acceso a la tierra: los pequeños campesinos no tenían donde plantar. Así, el surgimiento de las primeras ciudades se hizo sobre la base del enfrentamiento abierto y sangriento entre terratenientes y campesinos.

Los Pueblos Indígenas fueron simplemente expulsados de sus tierras o diezmados de sus formas de vida hasta que desaparecieron del lugar. La “ley del 38” era la única Ley y tomar partido como lo hicieron Casaldáliga y su equipo, era un acto donde se jugaba la vida. Muchos fueron torturados y asesinados.

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Hecho desde el Araguaia y desde Barcelona!

Hoy, la violencia en el campo continúa siendo una realidad palpable en esta región de la Amazonía y, por desgracia, vivimos casos de agresiones, expulsiones y amenazas. Quizás los enfrentamientos no son tan habituales o tan violentos como lo fueron en las décadas de 70 y 80, pero todavía hoy vivir en el Araguaia y defender a los sin tierra o a los indígenas, es correr riesgo.

Además, si bien algunas tierras se conquistaron en la década de los 70 y 80, en buena parte gracias a la fuerza de Casaldáliga, todavía estamos lejos de conseguir que el campo brasileño sea un buen lugar para vivir. El latifundio continua siendo predominante y el pequeño campesino olvidado.

Desde los años 2000, la principal dedicación del equipo de Casaldáliga es, por tanto, trabajar junto a los campesinos que tienen la “posse” (el usufructo) de una pequeña parcela de tierra, para que puedan alimentar a su familia con el fruto de su esfuerzo.

Construyendo huertas junto a las familias

La alimentación de las familias es nuestra prioridad.

Todavía tenemos problemas graves de desnutrición, sobretodo infantil, que abordamos ayudando a las familias a tener su propia producción de alimentos: arroz, mandioca, maíz, calabaza, etc son productos que se pueden cultivar en el Araguaia y que forman la base de la alimentación regional.

Por eso, nos dedicamos a proveer mangueras, bombas, alambre, etc para que más o menos 50 familias al año puedan hacer su pequeña huerta y alimentar mejor a sus familias.

Después, a lo largo de todo el año, nuestros técnicos agrónomos visitan las plantaciones y acompañan las dificultades y el proceso para asegurarse de que está yendo bien.

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Mini-industria de zumo de fruta

Además de legumbres y algunas hortalizas, la fruta también nos hace falta. Por eso, trabajamos con los pequeños campesinos para que planten frutales en sus tierras. Les damos materiales de riego, construímos pozos para el agua, llevamos semillas y plantones, etc.

El excedente, lo pueden vender a la mini-industria que tenemos en São Félix do Araguaia, donde hacemos zumo que después vendemos por la región.

Es un proceso largo, porque los árboles necesitan su tiempo para dar fruta; además, estamos siempre sujetos a los riesgos de una agricultura desarrollada en tierras que han sido ambientalmente destruídas (con escasos nutrientes); y enfrentamos la enorme dificultad que supone no disponer de agua todo el año.

Pero, a pesar de ello, cada año conseguimos comprar 50.000 quilos de frutas tropicales que transformamos en zumo naturalísimo!

EJE DE TRABAJO 2

Pueblos Indígenas

En Brasil hay más de 250 Pueblos Indígenas, que hablan 150 lenguas diferentes. Casi 1 millón de personas que pertencen a alguna de las poblaciones ancestrales que poblaban Brasil antes de la ocupación europea.

En el Araguaia conviven los Pueblos Tapirapé (Apyãwa), Karajá (Iny) y Xavante (A’uwe). Desde que la región empezó a ser ocupada por los “blancos”, la historia de los indígenas está marcada por la violencia, la pérdida de sus tierras y el saqueo de sus recursos naturales.

En un momento histórico en que el pensamiento único se propaga y en el que parece que sólo hay una forma aceptable de sentir, de hablar y de vivir, algunos pueblos indígenas se encuentran en el desafío de (re)construir su identidad y de (re)situarse en el contexto global en que vivimos.

En 2012, el Pueblo Xavante, a 120 Km de casa de Pedro, en São Félix do Araguaia, recuperó su territorio ancestral: la Tierra Indígena Marãiwatsédé.

No obstante, tras más de 50 años estando ocupada por los blancos, el área no tiene más que el 15% de su vegetación original y sufre de falta de agua, de suelos sin nutrientes, etc.

En esta situación, nuestro día a día, se basa en apoyar las plantaciones de alimentos para las más de 800 persones que viven en Marãiwatsédé; ayudar en la construcción de pozos y ruedas para que tengan agua; y, en general, apoyamos las actividades de recuperación cultural que una organización especializada en la Causa Indígena realiza en el área.

Para llegar a la tierra Marãiwatsédé tardamos 4 horas en coche, y las condiciones de vida allí son muy duras. Además, hace falta que las personas que están en la aldea conozcan la cosmovisión Xavante reflejada a través de sus costumbres, creencias y valores, así como sus formas de participación y de organización, etc.

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EJE DE TRABAJO 3

Con las familias que viven debajo el umbral de la pobreza

En São Félix do Araguaia, el 30% de la población vive con menos de 1 euro al día. La mayoría no tienen un empleo registrado y el acceso al hospital con especialistas más cercano está a 24 horas de autobús.

Mejorar su salud

Uno de los primeros derechos necesidades universales es la salud. En el Araguaia no está garantizado. Y está lejos de serlo.

Como complemento y prevención, creemos en la efectividad de las plantas, yerbas y frutas medicinales, cuyos beneficios son conocidos por toda la comunidad y se transfieren de padres a hijos de generación en generación, sin derechos de propiedad.

Recuperar y dar valor a los saberes tradicionales, que forman el patrimonio de la Humanidad, forma parte de nuestras convicciones.

Por eso, nos dedicamos a enseñar la fabricación de medicamentos caseros, naturales, a partir del conocimiento local, y hacemos jarabe contra la tos, jabón contra los piojos, caramelos expectorantes, etc.

La mayoría de familias que atendemos no tienen la menor condición de tratar a sus hijos en clínicas privadas y la salud pública es muy deficiente, así que intentamos prevenir tanto como podemos la complicación de enfermedades que les obligarían a enfrentar 24 horas de autobús y a terminar con las ya de por sí escasas economías familiares.

Apoyar el auto-empleo

La falta de empleo y de renta para la familia condena a muchos a la pobreza extrema. Una realidad que afecta sobretodo a mujeres, que ven como su papel social y familiar es sometido por una cultura machista, que las aprisiona en “sus labores”.

Pensando en eso, ya en el año 2000, empezamos un proyecto de microcrédito solidario para que las personas en situación de pobreza pudieran montar pequeños negocios y ganarse la vida con ellos.

Atendemos sobretodo a mujeres y les facilitamos un préstamo de entre 120 y 300 euros, para que puedan empezar una pequeña panadería, un taller de remiendos y costura, una cría de gallinas, una huerta, etc.

No pedimos avales, ni garantía de ingresos ni nada: sólo que se junten con otras 2 o 3 personas y que se comprometan a devolver el préstamo.

Cada año, hacemos más de 300 créditos, pues muchas mujeres renuevan y amplían sus préstamos para continuar creciendo y mejorar la vida de sus familias.

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El «otro» mundo

«La primera semana de nuestra estancia en São
Félix murieron cuatro niños y pasaron por casa en
cajitas de cartón, como zapatos, camino de aquel
cementerio sobre el río en el que posteriormente tendríamos
de enterrar tantos otros niños y a tantos
otros adultos, muchos sin caja y
incluso sin nombre «.

Yo creo en la Justícia y la Esperanza. Pedro Casaldáliga, 1975

Siete días en camión desde Sao Paulo. Era en julio de 1968 y los misioneros Pedro Casaldáliga y Manuel Luzón llegaban a las tierras de São Félix do Araguaia, en la Amazonía, a unos 1.200 km al norte de Brasília. Un área del tamaño de todo Portugal, «de ríos y campos y selva, en el noroeste del Mato Grosso, dentro de la Amazonia llamada «legal», entre los ríos Araguaia y Xingu», era su «misión» y terminaría siendo también su tierra.

La región del Araguaia pertenece políticamente al Estado brasileño del Mato Grosso, un área el doble del tamaño de España, pero con 3 millones de habitantes: un «desierto» verde, en el corazón de Brasil, donde la selva amazónica empieza y donde termina uno de los biomas más importantes del mundo (aunque bastante desconocido), llamado Cerrado.

Pedro explica que «lo primero que me llamó la atención, fueron las distancias. Geográficas, sociológicas y espirituales. Era como aterrizar en otro mundo. Había propietarios con hasta un millón de hectáreas de tierra. Era el capitalismo feroz financiado por los militares. Era tierra de nadie, donde nacer y morir era fácil, y donde lo difícil era vivir. Pero era también la tierra de los sueños lucrativos para los ricos «.

Esta es la primera imagen que tenemos de la llegada de Pedro Casaldáliga y Manuel Luzón al Araguaia. Era agosto de 1968 y Pedro tenía 40 años.

Nacer, morir o matar. Los únicos «derechos».

Ante la violencia, la pobreza y la esclavitud, había que decidir: o se estaba junto a los pobres, con todas las consecuencias, o se hacía la vista gorda y se favorecía a los ricos. Como nos cuenta Francesc Escribano: «Allí las posiciones tibias y las medias tintas no sólo son inútiles, sino que también son imposibles. Por ello Casaldáliga tuvo que tomar partido. Lo hizo de manera inequívoca y radical a favor de los pobres y de los oprimidos. «

Esta posición, sin embargo, no era fácil: suponía declarar la guerra, abiertamente, a los terratenientes y, de paso, a los militares. Suponía poner en el punto de mira de la Dictadura aquella Iglesia y las personas que en ella participaban.

«Fue hora de opción, desgarrada opción que violentaba mi propio temperamento, mis ganas naturales de estar a bien con todos, la formación de «mansedumbre» evangélica recibida, la vieja norma pastoral de «no apagar la mecha que aún humea»…desgarro que sigue dejando en tensa cruz la vida de uno «.

La radicalidad de Casaldáliga, sin embargo, no debe confundirse con un «arrebato». Pedro tiene una claridad de ideas absoluta, es cierto; un compromiso inquebrantable, también; pero sobre todo una inteligencia privilegiada que le ha permitido oponerse a los poderosos y proteger a los más débiles. Pedro Casaldáliga es, sobre todo, sabiduría.

Un obispo sin «adornos»

Desde el primer día, Casaldáliga quiso ser un obispo diferente. Decidió no utilizar mitra, ni báculo. El anillo episcopal que lleva es lo que le regalaron los indios Tapirapés. Siempre ha dicho que no quiere ningún lujo o comodidad que no pueda encontrar en las casas de sus vecinos. La vivienda del obispo de Sao Félix, abierta siempre a todos, no tenía tele y hasta que no cumplió 70 años, no tuvo nevera.

La habitación de Pedro Casaldáliga no ha tenido nunca puerta.

Pedro es una persona «normal». Con un sentido del humor brillante y muy «pícaro». Decía Paco Escribano en el mismo artículo del Diario Ara que: «Si tuviera que destacar un rasgo característico de su personalidad, para quedar bien diría la coherencia, la radicalidad, la espiritualidad …, pero la verdad es que lo que siempre me ha sorprendido más de él es su sentido del humor. «

Casaldáliga es capaz de ver más allá, de sentir cosas que los demás no sentimos. De hacernos sentir una intensa ola de renovación interior a los que hemos tenido el privilegio de convivir con él; pero al mismo tiempo, el obispo lava los platos de casa, pone en remojo la ropa sucia o barre el patio de casa con toda naturalidad. La humildad de Casaldáliga está interiorizada y se vive con toda tranquilidad. El lujo, o incluso las comodidades, no son parte de su vida. La pobreza es y ha sido su forma normal de vivir.

El cambio mundial

Pensamos que no es exagerado afirmar que el mundo no es igual después de la vida, la obra y la tarea de Pedro Casaldáliga. Llegando a una región olvidada, donde «no encontramos ninguna infraestructura administrativa, ninguna organización laboral, ninguna fiscalización. El derecho era del más fuerte o del más sucio. El dinero y el 38 imponían su ley» y, 50 años después, encontramos un pueblo vivo, que lucha y se defiende. Unos movimientos sociales que apoyan a los que más sufren y, sobre todo, una sociedad más consciente de los desafíos que enfrenta.

Si hoy podemos hablar con cierta tranquilidad de medio ambiente, de desigualdades, de los pueblos indígenas o de derechos laborales es, en buena parte, gracias al trabajo y la visión de Casaldáliga.

Es cierto que en el Araguaia todavía sufrimos las consecuencias de enfrentarnos con los poderosos. Es cierto que la pobreza y el hambre todavía forman parte de la cotidianidad de esta región. No podemos decir que se ha ganado la guerra. Pero sí que Pedro Casaldáliga ha sido fundamental para que, hoy, sobre todo en América Latina, haya sindicatos, pastorales sociales, ONGs, movimientos asociativos e incluso una Iglesia diferente, que son esperanza.

Cómo está hoy Pedro Casaldáliga

El obispo Pedro continúa viviendo en Sao Félix do Araguaia. Nunca más ha vuelto a Cataluña. Convive desde hace muchos años con el Parquison y, ahora, con 91 años, «no se expresa con profusión de palabras y escritos, que siempre han sido muy marcantes. Y esto ciertamente es un gran sufrimiento. Pero Pedro se comunica de otras formas, con gestos, miradas, apretones fuertes en nuestras manos, y nos da la bendición con los gestos de las suyas. La gente sabe que él está, que es Pedro, y que nos reconoce», nos explicaba la antropóloga y amiga María Julia Gomes Andrade, en la revista Brasil de Fato.

Las más de 500 personas que pasan anualmente por la asociación que él fundó en el Araguaia todavía necesitan mucho apoyo, pero el camino está trazado y su luz está con nosotros!

Pedro continúa siendo inspiración, fuerza y compromiso. Desde el Araguaia trabajamos con la asociación que él fundó en 1974, atendiendo a trabajadores sin-tierra, a campesinos que quieren plantar, a mujeres en situación de vulnerabilidad y a los pueblos indígenas que aún enfrentan muchos desafíos. Pedro está en cada uno de nosotros!

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