por Administrador/a | 13 Dic, 2021 | Las causas de Pedro Casaldáliga
El pueblo en el que nació Pedro Casaldáliga profundiza en su legado con un trabajo escolar y una matinal para recordar la lucha del obispo y espolear el seguimiento de su testigo.
El pueblo de Balsareny continúa profundizando en su conocimiento sobre la tarea y la huella que Pedro Casaldáliga ha dejado.
Esta vez, la Fundación Pedro Casaldáliga y las entidades sociales y educativas del pueblo han organizado dos actos populares para acercar la figura del obispo a la ciudadanía y conocer con más profundidad su tarea en América Latina.
Una actividad escolar para profundizar en el conocimiento del trabajo concreto de Casaldáliga
El viernes 3 de diciembre, la Escola Guillem organizó una charla de la brasileña Zilda Martins, colaboradora de la Fundación Pedro Casaldáliga, nacida en el Araguaia y responsable del Archivo del obispo entre 2013 y 2017.
La Escuela Guillermo de Balsareny profundiza en la figura y el legado del Obispo Pedro Casaldáliga.
Los niños y niñas de 4º de ESO se mostraron muy activos e interesados, haciendo muchas preguntas y queriendo saber muchas cosas de la vida del obispo y de la región donde vivió más de 50 años.
Zilda pudo explicar en primera persona como era Pedro Casaldáliga, como actuaba y qué hacía en su día a día. También pudo acercar a los alumnos la realidad de São Félix do Araguaia, haciéndolos conscientes de las dificultades en materia de educación o salud que todavía se sufren en aquella región de la Amazonia.
Los niños y niñas de 4º de ESO se mostraron muy activos e interesados, haciendo muchas preguntas y queriendo saber muchas cosas de la vida del obispo y de la región donde vivió más de 50 años.
Una matinal popular para recordar la lucha de Casaldáliga
Posteriormente, el miércoles 8 de diciembre, a pocos días de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, más de 100 personas participaron de la matinal para recordar el obispo y apelar por la continuidad a su trabajo.
Mural a favor de los derechos humanos que se pintó ayer por la mañana y que después se colgó al campanario.
Tal como relata Queralt Casals, del diari Regió7, en su edición del 9 de diciembre de 2021:
Las causas de Casaldáliga y su legado fueron presentes a la jornada de la mano del activista social y periodista David Fernández y del miembro de la Fundación Pedro Casaldáliga Raul Vico, que glosaron la figura del que fue y continúa siendo un símbolo de la lucha para combatir las desigualdades sociales.
El nombre de Pedro Casaldáliga, que murió el agosto del año pasado, está intrínsecamente ligado en la lucha por los derechos humanos. El obispo de Balsareny dedicó su vida a trabajar por los derechos de los pueblos campesinos e indígenas de la Amazonia brasileña. Su pueblo natal quiso recoger ayer su testigo universal en una matinal organizada por la Fundación Pedro Casaldáliga, el Círculo Cultural de Balsareny y el Centro Instructivo y Recreativo, que tuvo lugar en el Casino [Centro Social] del pueblo. La jornada empezó con un almuerzo que destinará la recaudación a proyectos solidarios de la fundación y todos los niños que lo desearon pudieron dar color a un mural en favor de los derechos humanos que se colgó en el campanario de la iglesia.
David Fernández y Raul Vico en un momento de la explicación.
Casaldáliga hoy, en la vigilia de la celebración del Dia Mundial de los Derechos Humanos del año 2021, es la mejor enmienda al mundo injusto de nuestros días y al mismo tiempo el mejor antídoto contra la peor versión de nosotros mismos.
David Fernàndez
El plato fuerte de la matinal llegó con la charla. Por su parte, David Fernández, que reconoció que a Casaldáliga «no lo he conocido nunca y es como si lo conociera de siempre», lo definió como «un referente de que las cosas se pueden hacer diferente». El activista social aseguró que «Casaldáliga hoy, en la vigilia de la celebración del Dia Mundial de los Derechos Humanos del año 2021, es la mejor enmienda al mundo injusto de nuestros días y al mismo tiempo el mejor antídoto contra la peor versión de nosotros mismos.». En la misma línea, el exdiputado de la CUP añadió que «Pedro es por suerte hoy el nuestro otro mundo posible y nuestra utopía necesaria y practicable contra todos los tiranos y ladrones» y apeló al compromiso con sus causas «que al final son todas las causas del mundo que tienen algo a ver con la dignidad humana».
Los actos fueron organizados por la Fundación Pedro Casaldáliga, el Círculo Cultural de Balsareny y el Centro Instructivo y Recreativo, y tuvieron lugar al Casino [Centro Social] de Balsareny.
Casaldáliga no fue el obispo de los pobres, fue el obispo de la subversión, que puso boca abajo la sociedad del Araguaia, el poder político y la dictadura brasileña y fue construyendo una nueva sociedad.
Raul Vico
A su vez, Raul Vico, que sí que conoció de cerca a Casaldáliga, con quién trabajó activamente en São Félix do Araguaia, contextualizó la tarea del obispo en defensa de los pueblos indígenas. A su entender «no fue el obispo de los pobres, fue el obispo de la subversión, que puso boca abajo la sociedad de la Araguaia, el poder político y la dictadura brasileña y fue construyendo una nueva sociedad».
Balsareny tiene mucho más que un obispo, una persona avanzada a su tiempo.
Raul Vico
Por todo ello, el asesor del ONG brasileña ANSA dijo que «Balsareny tiene mucho más que un obispo, tiene una persona avanzada a su tiempo que percibió con su visión profética cuáles eran las luchas esenciales para hacernos más humanos a nosotros individualmente y como sociedad». Por eso, animó a los asistentes a «mirar más allá de la figura del obispo» y a «mantener limpio el camino que él ha abierto».
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por Administrador/a | 9 Dic, 2021 | La obra de Pedro Casaldáliga
En palabras al final de sus días, Pedro Casaldáliga nos decía: “opten por los pobres. Opten verdaderamente por los pobres”. Sin embargo, ¿sabemos realmente lo que eso implica? Él mismo lo explicaba.
Las causas de Pedro Casaldáliga
La Opción por los Pobres sigue siendo la opción por los pobres, textualmente.
Quiero decir: sigue siendo una conciencia de que los pobres son la opción del mismo Dios, el Dios de Jesús. La biblia entera, y, sobre todo, la palabra, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, nos confirman en esta conciencia teológica, teologal, de que Dios optó, opta y seguirá optando por los pobres, sus hijos -mayoría- prohibidos de ser plenamente humanos, por sistemas de prepotencia y de marginación
La opción por los pobres es «para los pobres»: fundamentalmente, los que no tienen, los que no pueden, aquellos que viven las «carencias» de la vida normal, económicamente: falta de tierra, de vivienda, de salud, de educación, de participación. Los prohibidos de vivir plenamente su dignidad de personas, hijos e hijas de Dios, hermanos y hermanas.
Optar significa siempre «volverse hacia», entregarse, comprometerse.
Cuando se opta por los pobres se opta contra las causas, las estructuras, los sistemas que hacen pobres a los pobres y les impiden vivir con dignidad esa condición humana, histórica, de hijos e hijas de Dios, hermanos y hermanas.
Hoy la OP es de mayor actualidad. Por dos motivos. Los pobres son más en número, en América Latina, en todo el tercer mundo. Y son más pobres; es mayor el empobrecimiento […].
Es más actual también hoy la OP porque hay muchos intereses que quieren desactualizarla.
Entre los poderosos, evidentemente, pero también en la conciencia o cansada o dormida o egoísta de muchos cristianos. Son muchos los que están cansados -dicen- de oír hablar de la opción por los pobres. (A mí me gusta responderles que seguramente los pobres están mucho más cansados de ser pobres).
Simultáneamente, esta opción se ha hecho más actual porque se ha hecho también más dialéctica. Este cansancio, estas ganas de marginar la misma opción, de considerarla como ya pasada, por un lado, y por otro lado, el movimiento ascendente de conciencia popular -en América Latina de un modo muy especial, en todo el tercer mundo, y en los sectores solidarios de la sociedad del primer mundo, los medios de comunicación con sus bienes y sus males- nos facilitan también esta conciencia.
Podríamos decir de un modo global que las mayorías oprimidas, prohibidas, marginadas (como pobres, económicamente tales; como culturas, hasta ahora consideradas subculturas, culturas menores, culturas al margen) están adquiriendo una conciencia clara no sólo de sus derechos, iguales a los derechos de cualquier otro pueblo o cultura, o de cualquier otra persona humana; están adquiriendo la conciencia de su protagonismo en la historia.
Los teólogos y los sociólogos de la liberación nos han hablado con frecuencia de «la lógica de las mayorías». Podríamos, deberíamos hablar hoy de la conciencia creciente de las mayorías y del protagonismo de las mayorías. De un modo difuso unas veces, de un modo más consciente otras, se siente, se palpa en la vida social la reivindicación de la igualdad entre los varios sectores de cada país y de los países o naciones entre sí.
Siguen ahí las estructuras (la ONU misma, el FMI, el Banco Mundial) marginando, excluyendo y esa misma exclusión crea una conciencia mayor de la iniquidad del sistema sociopolítico-económico que se nos ha impuesto, como exasperación, como el «no va más» del capitalismo, transnacionalizado, que hace de la sociedad humana un mercado simplemente, que proclama el derecho exclusivo de una minoría insignificante, y justifica la inmensa exclusión de la inmensa mayoría.
Al revés de lo que la propia Biblia -Palabra de Dios- con respecto al «resto de Israel» -un resto sacramental de la humanidad toda, progresivamente liberada y salvada- el neoliberalismo proclama el derecho y el futuro de un resto que excluye al otro resto mayoritario, inmenso, de la humanidad.
El triunfo del neoliberalismo coincide -es causa en parte, en parte efecto- con la caída del socialismo real, con el retroceso -o la transición por lo menos- de ciertas revoluciones sociales, políticas, más radicales.
El pragmatismo del neoliberalismo se asienta feliz sobre el desmoronamiento de muchas utopías. Y ese pragmatismo, que tiene en sus manos la economía, los medios de comunicación, fácilmente se justifica en la conciencia inmadura, o cansada, o fatalista, de muchos, el que las cosas sean así.
La derechización de la economía es también, con mucha frecuencia, de las Iglesias, de las religiones. El «no va más» proclamado por el neoliberalismo, de un modo conformista o de un modo fatalista, acaba también siendo con mucha frecuencia el no va más de una aceptación del mismo pueblo.
En la Iglesia, en las últimas décadas, más fundamentalmente a partir del pontificado de Juan Pablo II, estamos viviendo una involución, un auténtico conservadurismo eclesial, eclesiástico.
También el Concilio Vaticano II fue una auténtica revolución eclesial y abrió el horizonte para muchas utopías, dentro y hasta fuera de la Iglesia.
De unos años para acá se le vienen recortando las alas a esta utopía que nos abrió el Concilio Vaticano II.
En América Latina, como en ninguna otra región del mundo, el Concilio levantó el eco y la praxis de Medellín y Puebla. En nuestra Iglesia latinoamericana, el Concilio se encarnó, se ubicó, en una teología nueva, propia, la teología de la liberación; en una pastoral explícita de múltiples pastorales que llamamos «específicas» que significaban fundamentalmente la acogida, el clamor de las mayorías marginadas y de los varios sectores de esa marginación: indígenas, negros, campesinos, mujeres, menores, migrantes.
La utopía se hizo carne y sangre de nuestra iglesia, y muy particularmente de las bases mayoritarias de nuestra Iglesia; de un modo más concreto en las propias comunidades de base.
Es curioso recordar con qué obsesión se quiere pulir, perfilar, condicionar, la opción por los pobres, añadiéndole aquél «ni exclusiva ni excluyente», y se olvida que la economía, la política, la sociedad en sus estructuras y en sus poderes, son cada vez más exclusivas y excluyentes.
Hoy, como nunca, la opción por los pobres debería ser radical. Debería ser al servicio de las mayorías, incluyendo también -eso sí, y con mucha lucidez, y hasta las últimas consecuencias- la opción por los pobres «otros», la opción por las culturas -valga la palabra- «empobrecidas» por ser prohibidas, marginadas, desconsideradas.
No es que todo sea oscuro, ni es que podamos aceptar el pesimismo como horizonte. De un modo difuso, informal -como se da la economía informal en la sociedad- en la misma sociedad y en la Iglesia muy concretamente, dentro del movimiento popular social o eclesial, hay una conciencia, una organización y una praxis alternativa y ascendente de los mismos pobres.
De la opción por los pobres, pues, quedan los pobres y queda el Dios liberador de los pobres.
Conozca a Pedro Casaldáliga
y sus Causas
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