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Pedro Casaldáliga cumplió 92 años este pasado mes de febrero. Después de más de 50 años viviendo en la Amazonía brasileña, así es como está.

27 de julio de 2020

La vida de Pedro Casaldáliga

«Para descansar
sólo quiero
esta cruz de madera
como lluvia y sol,
estos siete palmos
y la Resurrección! »

Poema «Cemitério do Sertão», Pedro Casaldáliga
[Originalmente escrito en portugués. Traducción nuestra.]

La maldición de la esclavitud

El día 1 de noviembre de hace unos 20 años, Pedro Casaldáliga celebraba la misa del día de los difuntos en uno de los cementerios de São Félix do Araguaia, en [el estado del] Mato Grosso. Al final del oficio, en presencia de todo el pueblo y de los agentes pastorales, dijo:

Quiero que me escuchéis bien, porque voy a deciros algo muy serio: aquí es donde quiero ser enterrado.

Pedro Casaldáliga

El “aquí” era el lugar que la gente de la región conoce como el “Cementerio Karajá”. El lugar donde él mismo enterró a más de 1.000 indígenas y trabajadores rurales (“peones”) que llegaban de diversos lugares de Brasil y terminaban siendo explotados por los terratenientes. El lugar donde fueron enterradas las personas más humildes de esta tierra. El cementerio de los más pobres.

De las cosas que más impactaron a Casaldáliga cuando llegó a esta región de la Amazonía en 1968 fue la situación de los “peones”: trabajadores asalariados que migraban de otras partes de Brasil para trabajar en las grandes propiedades. Estas grandes “fazendas” los reclutaban por los pueblos más pobres de Brasil, les prometían muchas ventajas y una vida mejor, pero ya durante el viaje y sobre todo después durante el tiempo de trabajo les iban atribuyendo deudas y más deudas, hasta que debían más de lo que ganaban y se tornaban rehenes de los terratenientes: la maldición de la esclavitud por la deuda.

La explotación, las condiciones de vida infra-humanas y la violencia que sufrían hacía que muchos intentaran huir. Eran, sin embargo, duramente reprimidos … incluso había la macabra tradición de cortar las orejas a todo trabajador que intentara escapar de aquel martirio.

Casaldáliga construíndo casa. 1977

Pedro Casaldáliga ayudando a construir una capilla en una de las comunidades rurales de su Prelatura (diócesis)

Pedro Casaldáliga del campo

Durante la dictadura militar brasileña, que terminaría formalmente en 1985, el Araguaia era una de las regiones de Brasil con la mayor concentración de tierras en manos de pocos propietarios.

Así, expulsados ​​de sus territorios o impedidos de tener un pedazo de tierra para vivir, la situación de los pequeños campesinos y los Pueblos Indígenas del Araguaia era muy parecida a la de los peones.

De hecho, el eje central de la Carta Pastoral que Casaldáliga publicó el día de su Consagración Episcopal, en 1971, “Una Iglesia de la Amazonía en Conflicto con el Latifundio y la Marginalización Social” es una fuerte, abierta y detallada denuncia de todas las situaciones de explotación y abusos que los terratenientes llevaban a cabo contra los más pobres.

De esta manera, apenas 4 años después de llegar a la región, Casaldáliga posiciona públicamente la Iglesia del Araguaia junto a los más pobres y contra el latifundio.

El latifundio continúa presente en la vida de Casaldáliga

El latifundio todavía es una de las principales preocupaciones de Casaldáliga, 52 años después de su llegada a Brasil.

No obstante, el Obispo Pedro siempre ha tenido esta comprensión profunda de que los cambios estructurales no pasan sólo por una victoria de la izquierda en las elecciones. Él sabe que los cambios más importantes deben nacer de la conciencia y la organización de las personas.

De hecho, la vida pastoral de Casaldáliga ha contribuido decisivamente en la organización de muchas personas que luchan por los derechos económicos, sociales, políticos y ambientales, en todo Brasil.

No es de extrañar pues que, ahora, toda esta historia profunda de reflexiones y de actuación política decidida haya sido etiquetada por los partidarios de Bolsonaro como la opinión de un “obispo comunista”

Pere Casaldàliga celebrant missa a l'Araguaia

Pedro Casaldáliga celebrando misa en una de las comunidades de su Prelatura.

¿Cómo está el Obispo Pedro?

El obispo Pedro, como le llaman en el pueblo, continúa en São Félix do Araguaia. El “hermano Parkinson”, con quien convive hace 20 años, le afecta mucho. Sus 92 años, las 8 malarias que ha sufrido y las cientos de horas a caballo que ha hecho por este Mato Grosso, también. Su mobilidad es muy reducida y necesita atendimiento 24 horas.

Casaldáliga ya no se expresa con palabras o escritos, siempre tan esenciales en su comunicación. Ciertamente esta limitación es un gran sufrimiento para él. Pero Pedro se comunica de otras formas: con gestos, miradas y apretones en nuestras manos.

Todos y todas en el pueblo sabemos que está aquí, que es el obispo Pedro, y él nos siente próximos.

Su casa continúa siendo un refugio para los indígenas Karajá que pasan por São Félix venidos de alguna de las diversas comunidades que hay en la Isla del Bananal, junto al río Araguaia. Saben que en casa del obispo Pedro siempre tendrán un vaso de agua fresca, un plato en la mesa y un lugar para descansar.

El obispo Pedro está siempre acompañado y ahora, el pueblo que él ha cuidado a lo largo de más de 50 años, lo cuida a él.

Pere Casaldàliga

A modo de epílogo

En el epígrafe hemos puesto sólo la primera parte del poema “Cementerio del Sertão”. Pero Pedro continúa:

«Pero para vivir
quiero ahora mismo
la parte que me corresponde
de tu latifundio:
que la tierra no es tuya
Sr. Doctor Don Nadie!
La tierra es de todos
porque la tierra es de Dios.»

La lucha de Pedro Casaldáliga y de su Iglesia comprometida siempre ha sido a favor de la justicia y la vida.

Pedro es lucha. Pedro es inspiración. Pedro es ejemplo. Y la enfermedad y la vejez de Pedro no deben ser entendidas sólo como un sufrimiento. Nos deben provocar una “profunda reflexión sobre el significado de 90 años de vida dedicados a la resistencia contra el capital y en defensa de los pobres”, en palabras de la profesora y luchadora María José Silva.

Y que podamos, todos y todas, inspirarnos en Pedro Casaldáliga en estos tiempos tan difíciles que está atravesando nuestro país y el mundo.

Que la esperanza activa e indignada nos guíe!

 

Maria Julia Gomes Andrade. Antropóloga y coordinadora del Movimiento pela Soberania Popular na mineração (MAM).

Adaptación, actualización y traducción: Asociación Araguaia con el Obispo Casaldáliga.

Texto originalmente publicado en portugués en la página web Brasil de Fato.

Actualizado el 25 de julio de 2020.

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