(Posem el poema original, en castellà)

DEJA LA CURIA, PEDRO

Deja la curia, Pedro,
desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables
por palabras de vida, temblorosas.

Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.

La túnica inconsútil es esta humilde carne destrozada,
el llanto de los niños sin respuesta,
la memoria bordada de los muertos anónimos.

Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
En la pulcra jofaina Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.

El Pueblo es sólo un «resto»,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos sólo entre guardias y príncipes.
Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres
y erguir la Cruz, desnuda de certezas,
y quebrantar la losa—ley y sello— del sepulcro romano,
y amanecer
de Pascua.

Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.

¡No nos conturbes más!
Como Lo amas,
ámanos,
simplemente,
de igual a igual, hermano.
Danos, con tus sonrisas, con tus lágrimas nuevas,
el pez de la Alegría,
el pan de la Palabra,
las rosas del rescoldo…
…la claridad del horizonte libre,
el Mar de Galilea ecuménicamente abierto al Mundo.

Pere Casaldàliga, 1983.

La cristologia poètica de Pere Casaldàliga

Text extret del treball de Michael P. Moore, per la Facultat de Teologia, Universitat del Salvador San Miguel, Argentina.

«Profèticament crític amb la jerarquia eclesiàstica, de la qual ell en forma part!, en un altre audaç poema, dedicat a Joan Pau II, titulat “Deixa la cúria, Pere”, Casaldàliga convida al Papa, als seus successors…, a tota l’Església, a descentralitzar-se, desinstal·lar-se, marxar cap als nous Getsemanís.

Deja la curia, Pedro, desmantela el sinedrio y la muralla,
ordena que se cambien todas las filacterias impecables por palabras de vida, temblorosas.
Vamos al Huerto de las bananeras,
revestidos de noche, a todo riesgo,
que allí el Maestro suda la sangre de los Pobres.

Cal notar que els mots “Mestre” i “Pobres” -el nom de Déu fet home i el nom de l’oprimit, tots dos sense confusió, però sense separació-, estan escrits amb majúscules. I gairebé com una súplica exhorta als pastors, a mantenir viva la utopia de Jesús de Natzaret i del seu Regne de colors precisos.

Diles, dinos a todos,
que siguen en vigencia indeclinable
la gruta de Belén,
las Bienaventuranzas
y el Juicio del amor dado en comida.

Així mateix, Casaldàliga demana a l’Església que no sigui còmplice dels imperialismes que oprimeixen als més pobres, en un escenari movible dels palaus de Pilat i Caifàs al nostre continent empobrit.

Legión de mercenarios acosan la frontera de la aurora naciente
y el César los bendice desde su prepotencia.
En la pulcra jofaina, Pilatos se abluciona, legalista y cobarde.
El Pueblo es solo un “resto”,
un resto de Esperanza.
No Lo dejemos solo entre guardias y príncipes.

Es hora de sudar con Su agonía,
es hora de beber el cáliz de los Pobres.

Complicitat eclesial que, dolorosament, recorda a la vida, i a la mort, de Monsenyor Romero:

¡Pobre pastor glorioso,
abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa…!
(Las curias no podían entenderte:
ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo)

POTSER US INTERESSARÁ