La Fundación Pedro Casaldáliga presenta en Barcelona la nueva edición de la Agenda Latinoamericana Mundial. El acto tendrá lugar el próximo jueves 18 de noviembre a las 19h en la Casa América Cataluña y se podrá seguir presencialmente o bien telemáticamente:
- Para asistir presencialmente hay que llenar y enviar este formulario de solicitud de entrada.
- También se puede seguir la sesión a través de estos enlaces en YouTube y Facebook Live de Casa América Cataluña.
La presentación será en catalán e irá a cargo de Gabriela Serra, activista y miembro del Consejo de Redacción de la Agenda Latinoamericana en catalán.
Esta nueva edición, la 31ª, está dedicada a los movimientos populares y a reflexionar sobre su función, su estado y el futuro que tienen en la transformación de la sociedad. Por eso la Agenda Latinoamericana Mundial del 2022 se titula “Organización popular. Esperanza y acción transformadora”.
Cómo es costumbre desde que Pedro Casaldáliga y José Maria Vigil pusieron en marcha la Agenda el 1992, destacadas personalidades, intelectuales y militantes ofrecen sus reflexiones y análisis alrededor del tema principal y, en esta edición, cuenta con la participación entre otras de Leonardo Boff, Ivone Gebara, Juan José Tamayo, Josep Maria Terricabras, Arcadi Oliveres (EPD), Salvador Martí, Frei Betto, Jordi Corominas, etc
Reflexiones cualificadas por un cambio urgente
Tal como explican desde la Comisión de la Agenda Latinoamericana en Cataluña, «la transformación en seguimiento de una nueva sociedad mundial es, sin duda, uno de los retos más grandes que la humanidad ha enfrentado en su historia, si no el que más. El punto de no retorno ecológico nos pone contra las cuerdas, al umbral del abismo hacia la extinción. Afrontamos el mayor reto como especie, la no autoextinción.
Si se piensa en la enorme evolución social, tecnológica, de pensamiento, de desarrollo, etc. y se contrasta, solo, con la huella ecológica de estas evoluciones en los mares, los bosques, las selvas, los desiertos, la atmósfera, la fauna, el planeta entero, el coste de la evolución es terriblemente alto.
Si además la contrastamos con el momento actual de nuestras sociedades –sociedades egocéntricas, sociedades organizadas por y para el consumismo desmesurado, sociedades que ningunean su humanidad, sociedades que luchan para deshumanizar aquello humano– entonces el contraste incluso es irónico y nefasto, una locura.
Este año 2022, la Latinoamericana Mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.
Habiendo advertido esta crisis desde tantos espacios de lucha, por diferentes voces, a través de las décadas, es innegable que no está todo perdido. De hecho, hay mucha esperanza latiente en todo el mundo y, cómo no, a nuestra Patria Grande, dentro de estas voces, en nuestra Agenda. Este año 2022, la Latinoamericana mundial, viene tamizada por muchos puntos críticos que, como siempre, alertan sobre aquello que no tiene ningún tipo de contradicción (el cambio climático, por ejemplo), pero, sobre todo, por una realidad todavía más cruda, la COVID-19 y la vida POSTPANDEMIA.
El virus ha desenmascarado, todavía más, estas realidades de la «evolución humana», que este año se muestran en los pensamientos variados y siempre proféticos de nuestros articulistas, hijos de su tiempo, poniendo un especial interés en el papel de las voces en conjunto, de los esfuerzos de hermandad y la importancia de unir estos esfuerzos. Las organizaciones sociales se convierten en el eje donde giran las ideas del ver, juzgar y sobre todo el actuar, de nuestras letras.
Es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas.
Ciertamente, la pandemia que empezó el 2019 todavía es lejos de acabar y ha agraviado las injusticias y las desigualdades. Sin embargo, es a través del trabajo en grupo, en comunidad, que se entrevé la mayor de las esperanzas; con un trabajo de base renovada por los ideales y por las tecnologías, las conciencias continuarán despertándose. Y en consecuencia y con esperanza, la historia tendrá que pararse y después girar verso la humanización y el proceso de amalgamación con la madre tierra.
Romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.
De signos de esperanza hay, a pesar de que en algunas realidades parecería que no. Todavía hay esfuerzos titánicos para evitar la hecatombe global, y es allá donde se tienen que encaminar nuestros esfuerzos. La adaptación ha empezado, está claro que con un enorme esfuerzo por parte de todo el mundo, porque la humanidad es así, cambiar y adaptarse es difícil: romper paradigmas, trabajo de base, humanizar la humanidad, son algunas de las claves que los movimientos populares ya han empezado a poner en práctica.
En algunos ámbitos con menos bastante, como en los espacios religiosos o de espiritualidad, donde los cambios son realmente más difíciles (a pesar de que son evidentes los giros en los paradigmas de la iglesia católica con el papa Francisco para mencionar una feliz excepción); no obstante, existen grupos que realmente lo tienen claro, los de nuevos espacios a la diversidad sexual, los grupos de apoyo y defensa de los migrantes o los que luchan encarnizadamente por la defensa de la Pachamama, nuestra madre tierra. Y es a todos estos esfuerzos en conjunto que la Latinoamericana mundial abre sus espacios este año, siempre en consecuencia de su tiempo y de su gente.
La Agenda Latinoamericana 2022 presenta el esfuerzo de muchos grupos, de pensadoras y pensadores, soñadoras y soñadores, articulistas, promotores y promotoras, editores y editoras que incansablemente luchan por estas esperanzas que impulsan las grandes causas, desde el más mínimo, haciendo frente a los más grandes retos de la especie humana sin tregua y sin dudar.»
Fundación Pedro Casaldáliga